(RV).- (Con audio) A Mons. Pedro Barreto,
jesuita peruano de la Arquidiócesis de Huancayo, Presidente del departamento Justicia
y Solidaridad del CELAM y miembro del Pontificio Consejo de Justicia y Paz le hemos
preguntado ¿qué sería lo mejor que puede suceder en este Sínodo?, teniendo en cuenta
que el Papa ha convocado a los Obispos para escucharlos:
El ‘reentusiasmarnos’
con Jesucristo si hay algo que Benedicto XVI ha escrito y ha transmitido y transmite
es la experiencia de Jesús, un Jesús realmente actual, que tiene mucho que dar a una
sociedad en decadencia, porque esta perdiendo valores, esta perdiendo principios y
por eso yo creo que esta irrupción del kerigma, del anuncio gozoso de Jesucristo,
está en la base de la Nueva Evangelización y lógicamente tendremos que trabajar otros
temas, pero en la base fundamental esta este anuncio de Jesucristo y este sentido
de comunión eclesial necesaria para una nueva evangelización.
“Sin Dios
el hombre termina por hacer prevalecer su propio egoísmo sobre la solidaridad y sobre
el amor, las cosas materiales sobre los valores, el tener sobre el ser. Es necesario
volver a Dios para que el hombre vuelva a ser hombre”. El Papa ofreció ayer esta reflexión
a cuantos se dieron cita en el Santuario Lauretano, con ocasión de la visita pastoral
que el Pontífice realizó en el 50° aniversario de la histórica peregrinación en tren
del Beato Juan XXIII a Loreto y Asís.
En efecto, el Papa Roncalli había encomendado
a la intercesión de la Santísima Virgen María el Concilio Vaticano II, mientras Benedicto
XVI rezó por el inminente inicio de los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre la
Nueva evangelización y por la apertura del Año de la fe.
En la Plaza de San
Pedro los peregrinos comentan el viaje del Papa a Loreto.
Dios puede obrar
“cosas buenas y hasta prodigiosas” en todo ámbito, incluso allí donde el hombre a
veces no se lo espera. Esta es la reflexión que Benedicto XVI ofreció a la hora del
ángelus del domingo 30 de septiembre, precisando que hay diversos modos para colaborar
en la causa del Reino de Dios y que los miembros de la Iglesia no deberían sentir
celos “si alguien externo a su comunidad obra el bien en el nombre de Cristo”.
“Pidamos
a la Virgen María que interceda por todos nosotros, bautizados en el Espíritu de Cristo,
para que seamos cada vez más conscientes del don que hemos recibido y nos decidamos
a quitar de nuestra vida todo lo que nos aparte del amor de Dios”.
La
liturgia como “presencia viva del misterio pascual de Cristo, por encima del tiempo
y el espacio”. La liturgia como “acción de Dios en nosotros y con nosotros”, en la
que “abrirnos y dejarnos guiar por él, y por su cuerpo que es la Iglesia”, fue el
tema que el Santo Padre desarrolló en su catequesis de la audiencia general del miércoles
3 de octubre
(...) Debemos recordar ante todo que la oración es la relación
viva y filial con Dios; es estar habitualmente en presencia suya. Y esto es posible
por el bautismo que nos une a Cristo, ya que sólo en Cristo podemos hablar con Dios
como un hijo con su padre. Así, la oración es mirar constantemente a Cristo, hablar,
estar y actuar con él”. (...) Pidamos al Señor que sepamos vivir cada día la liturgia,
especialmente la eucaristía, como acción de Dios en nosotros, y sintiéndonos parte
de la Iglesia viva”.