2012-09-16 10:40:48

Guía para los caminos en los que Cristo nos precede


(RV).- Con el anhelo de que sea una ayuda en la misión evangélica, signo de la fraternidad universal que Jesús vino a instaurar, en la esperanza y la caridad, Benedicto XVI entregó con gran alegría la Exhortación apostólica postsinodal a los queridos hermanos del Líbano y a la querida Iglesia en Oriente Medio. El Papa alentó a impulsar el compromiso de comunión y testimonio, con un solo corazón y una sola alma, precedidos por Cristo, aun en los caminos complejos. Tras destacar que con la entrega de este documento, comienza su estudio y asimilación por parte de todos los protagonistas eclesiales, para que cada uno encuentre una alegría nueva en su misión, Benedicto XVI se refirió a los distintos aspectos humanos, doctrinales, eclesiológicos, espirituales y pastorales.

Reiterando su deseo de que la Ecclesia in Medio Oriente sea una guía, el Santo Padre selló esta entrega dirigiendo un llamado a la Iglesia en esta amada Tierra, única entre todas, avanzando en fidelidad por el camino de la respuesta de la humanidad a la Revelación de Dios.


(CdM - RV)




Texto completo de las palabras de Benedicto XVI:

Beirut City Center Waterfront – Beirut
Domingo, 16 septiembre 2012

Benedicto XVI entregó Con el anhelo de que la Exhortación apostólica post-sinodal Ecclesia in Medio Oriente



Beatitudes, señores cardenales,
Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
Queridos hermanos y hermanas en Cristo.

La celebración litúrgica que acabamos de vivir nos ha permitido agradecer al Señor el don de la Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, celebrada en octubre del 2010 sobre el tema: La Iglesia católica en Oriente Medio, comunión y testimonio. «El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma» (Hch 4,32). Quiero agradecer a todos los padres sinodales su aportación. Mi reconocimiento se dirige también al Secretario general del Sínodo de los Obispos, Mons. Eterović, por el trabajo realizado y las palabras que me ha dirigido en vuestro nombre.
Después de haber firmado la Exhortación apostólica post-sinodal Ecclesia in Medio Oriente, tengo la alegría de entregarla a todas las Iglesias particulares a través de vosotros, Beatitudes y obispos orientales y latinos de Oriente Medio. Con la entrega de este documento, comienza su estudio y asimilación por parte de todos los protagonistas eclesiales: pastores, personas consagradas y laicos, para que cada uno encuentre una alegría nueva en proseguir su misión, animados y fortalecidos para aplicar el mensaje de comunión y de testimonio desarrollado según los distintos aspectos humanos, doctrinales, eclesiológicos, espirituales y pastorales de esta Exhortación. Queridos hermanos y hermanas del Líbano y de Oriente Medio, deseo que esta Exhortación sea una guía para avanzar por los caminos multiformes y complejos en los que Cristo os precede. Que la comunión en la fe, la esperanza y la caridad se fortalezcan en vuestros países y en cada comunidad para hacer creíble vuestro testimonio del solo Santo, el Dios Uno y Trino, que se ha hecho cercano a cada persona.
Querida Iglesia en Oriente Medio, vivifica la savia original de la salvación que se ha realizado en esta Tierra única y amada entre todas. Avanza en el seguimiento de tus padres en la fe, que abrieron con su constancia y fidelidad el camino de la respuesta de la humanidad a la Revelación de Dios. Encuentra en la esplendida diversidad de los santos, que han florecido en ti, los ejemplos y los intercesores que inspiraron tu respuesta a la llamada del Señor a caminar hacia la Jerusalén celeste, donde Dios enjugará las lágrimas de nuestros ojos (cf. Ap 21,4). Que la comunión fraterna sea una ayuda en la vida cotidiana y signo de la fraternidad universal que Jesús, el primogénito entre muchos, vino a instaurar. Y así, en esta región, que vio sus obras y recogió sus palabras, continúe resonando el Evangelio como hace 2000 años y que sea vivido hoy y siempre.








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