(RV).- Ante las tensiones que se viven en la nación libanesa prosiguen los preparativos
para la llegada del Papa, el próximo 14 de septiembre. Sobre las esperanzas de la
comunidad cristiana, escuchemos la entrevista a Mons. George Masri, ecónomo general
del Patriarcado siro-católico en El Líbano, realizada por nuestro colega del Programa
árabe, de Radio Vaticano, Rabih Abi Abdullah:
«Esperamos
mucho con la visita del Santo Padre, porque es un evento de esperanza para toda la
Iglesia, sobre todo para nosotros, siro-católicos, que somos una pequeña minoría,
que vive su propio testimonio de sangre. Somos una Iglesia de mártires y, al mismo
tiempo, una minoría que vive la confianza y la esperanza en Jesucristo».
Mons.
George Masri destaca la importancia de la visita de Benedicto XVI para impulsar el
diálogo entre cristianos y musulmanes, en una región en la que los cristianos son
una minoría:
«Es muy importante
la visita del Santo Padre para Oriente Medio, sobre todo para este pequeño país que
es El Líbano. El Santo Padre nos da confianza y alienta a vivir con nuestros vecinos
musulmanes para llevar un diálogo de vida, porque el diálogo dogmático no es fácil,
sino que estamos conviviendo con la población musulmana. Esperamos mucho de la visita
del Santo Padre y nos estamos preparando – cristianos y musulmanes – para este gran
acontecimiento. Anhelamos que el diálogo entre nosotros y nuestros hermanos musulmanes
siga siendo un diálogo de verdadera convivencia».
Ante la delicada situación
en El Líbano, el ecónomo general del Patriarcado siro-católico hace hincapié en que
las tensiones políticas no ensombrecerán la visita del Papa:
«Lamentablemente
se verifican estos eventos, pero ciertamente no ensombrecen la visita del Santo Padre,
porque esta visita da confianza a la gran mayoría de toda la población libanesa y
a todos los cristianos de Oriente Medio. Esperamos que la primavera árabe sea verdaderamente
una primavera. El verdadero diálogo que debemos impulsar con nuestros hermanos musulmanes
es el de poder tener una igualdad entre todos los ciudadanos, fundada en la ciudadanía
y no en la pertenencia religiosa: somos todos hijos de Dios – musulmanes y cristianos.
Esperamos que Occidente pueda ayudar a esta región, en el desarrollo de una verdadera
democracia. La religión musulmana prevé un régimen teocrático, no democrático: si
queremos impulsar un verdadero diálogo, éste se debe afianzar en los valores civiles
y no en criterios religiosos».