2012-08-16 10:02:49

El diálogo frente a la violencia


(RV).- El Patriarcado Ecuménico de Constantinopla expresa su profunda preocupación por el resurgimiento de la violencia en la actualidad y su difusión en todo el mundo. Desde América hasta África, toda Europa y Asia, los continentes se enfrentan con el fenómeno de la intolerancia que no sólo socava la estabilidad y la paz mundial, sino que también constituye una negación de la dignidad humana. Los asesinatos raciales, los genocidios, la depuración étnica, el antisemitismo, la destrucción de los lugares de culto, etc, constituyen actos de barbarie que deben ser denunciados públicamente, sobre todo cuando se enmascaran con el velo de la religión en un esfuerzo por justificar.
El Patriarcado Ecuménico de Constantinopla está especialmente preocupado por la situación en el Oriente Medio, así como en Nigeria y Sudán. Los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en estas partes del mundo deben ser superados mediante la promoción de amor al prójimo, como expresión pacífica del vínculo que une a todo ser humano.
Por otra parte, el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla está profundamente preocupado por el futuro de la población en Siria, así como el futuro del cristianismo en ese país. “Es por todo ello que, hacemos un llamamiento a todas las partes involucradas en este conflicto a deponer las armas, sobre todo dada la urgencia de la situación humanitaria”.
La solución a estos conflictos requiere de un diálogo. “El diálogo es más que una simple y mejor comprensión de la tolerancia de nuestras diferencias, de hecho, el diálogo es la esencia de la reconciliación y la transformación”. Por lo tanto, los líderes religiosos deberían trabajar juntos, a través del diálogo, para afirmar la paz de Dios en el mundo. “Nosotros, como líderes religiosos, tenemos la obligación moral de resistir a la amenaza de la guerra y promover la paz como una necesidad vital y fundamental para toda la humanidad”. “La religión no puede y no debe ser una base para la guerra y los conflictos, ni debe ser utilizado como un instrumento del fundamentalismo y el fanatismo por motivos puramente políticos y fines. Con gran determinación, hemos subrayado en repetidas ocasiones que cualquier crimen en nombre de la religión es un crimen contra la religión”. Por último, Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé y el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla expresan su solidaridad y compasión para todas las comunidades afectadas por la violencia, la guerra y el odio. (ER –RV)








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