(RV).- (Con Audio) La figura de san Alfonso María Ligorio evocada en el marco de
la Audiencia General que Su Santidad Benedicto XVI reanudó este 1º de agosto en la
plaza de Castel Gandolfo, la localidad de verano donde transcurre estos meses.
La
figura del gran Obispo y Doctor de la Iglesia, fundador de los Padres Redentoristas,
ha sido recordada a través de uno de sus más importantes escritos, “El gran medio
de la Oración”, un tratado en el que el santo que vivió en el Siglo XVIII y nació
en Nápoles nos muestra la potencia salvífica de rezar.
En esta Ocasión el
Pontífice ha subrayado una vez más la importancia de la oración en nuestra vida, haciendo
suyas las palabras del santo «Quien ora se salva, quien no ora se condena» pues como
solía recordar San Alfonso, con la oración, la salvación es segura y fácil, ya que
la misericordia de Dios Padre es infinita y está ahí, y solamente hay que acceder
a ella a través del diálogo personal e íntimo de la oración.
TRADUCCIÓN
DE LA CATEQUESIS EN IDIOMA ITALIANO DE BENEDICTO XVI (audio doblado) Castel
Gandolfo, 01 de agosto, 2012.
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy
se celebra la memora litúrgica de San Alfonso María Ligorio, Obispo y Doctor de Iglesia,
fundador de la Congregación del Santísimo Redentor, redentoristas, patrono de los
estudiosos de teología moral y de los confesores. San Alfonso es uno de los santos
más populares del siglo XVIII, por su estilo sencillo e inmediato y por su doctrina
sobre el sacramento de la Penitencia: en un período de gran rigorismo, fruto de la
influencia jansenista, él recomendaba a los confesores de administrar este Sacramento
manifestando el abrazo gozoso de Dios Padre que en su misericordia infinita no se
cansa de recibir al hijo arrepentido. La celebración de hoy nos ofrece la ocasión
para detenernos en las enseñanzas de San Alfonso sobre la oración, más que nunca preciosas
llenas de inspiración espiritual. Data del año 1759 su tratado El gran medio de la
Oración, que él consideraba el más útil entre todos sus escritos. En efecto, describe
a la oración como «el medio necesario y seguro para obtener la salvación y todas las
gracias de las cuales tenemos necesidad para conseguirla» (introducción). En esta
frase está sintetizado el modo Alfonsiano de entender la oración.
Antes
que nada, diciendo que es un medio, nos llama con el fin de alcanzar: Dios nos ha
creado por amor, para podernos donar la vida en plenitud; pero esta meta, la vida
en plenitud, a causa del pecado se ha, por así decirlo, alejado, todos lo sabemos,
y solo la gracia de Dios la puede hacer accesible. Para explicar esta verdad basilar
y hacer comprender con rapidez cómo sea real para el hombre el peligro de “perderse”,
San Alfonso había acuñado una famosa máxima muy elementar que dice: «Quien ora se
salva, quien no ora se condena». Como comentario de esta frase lapidaria, añadía:
«Sin oración cosa muy difícil es que nos podamos salvar; tan difícil que, es del todo
imposible… con la oración, la salvación es segura y fácil» (II, Conclusión). Y aún
dice: «Pensemos que, si no rezamos, ninguna excusa podremos alegar, porque Dios a
todos da la gracia de orar... si no nos salvamos, culpa nuestra será. Y la causa de
nuestra infinita desgracia será una sola: que no hemos rezado» (ibíd.). Diciendo por
lo tanto que la oración es un medio necesario, San Alfonso quería hacer comprender
que en cada situación de la vida no se puede prescindir de orar, en especial en el
momento de la prueba y en las dificultades. Siempre debemos llamar confiadamente a
la puerta del Señor, sabiendo que en todo Él cuida de sus hijos, de nosotros. Por
esto, estamos invitados a no temer de acudir a Él y presentarle confiados nuestras
peticiones, con la certeza de obtener aquello de lo cual tenemos necesidad.
Queridos
amigos, esta es la cuestión central: ¿Qué cosa es verdaderamente necesario en mi vida?
Respondamos con san Alfonso: «La salud y todas las gracias que para ella se necesitan»
(ibíd.), naturalmente entendiendo no solo la salud del cuerpo, sino sobre todo también
aquella del alma, que Jesús nos dona. Más que de cualquier otra cosa tenemos necesidad
de su presencia liberadora que hace verdaderamente humano, y por ello colmado de gozo
nuestro existir. Y solo mediante la oración podemos recibirlo a Él, su Gracia, que,
iluminándonos en cada situación, nos hace discernir el verdadero bien y, fortificándonos,
hace eficaz también nuestra voluntad, es decir la hace capaz de actuar el bien conocido.
Muchas veces reconocemos el bien, pero no somos capaces de hacerlo. Con la oración,
lo conseguimos. El discípulo del Señor sabe de estar siempre expuesto a la tentación
y para vencerla no deja de pedir ayuda a Dios en la oración.
San Alfonso
reporta el ejemplo de San Felipe Neri, muy interesante, que «Imitemos a San Felipe,
el cual apenas despertaba por la mañana decía al Señor: Señor, no dejéis hoy de la
mano a Felipe, porque si no, este Felipe os va a hacer alguna trastada» (III, 3).
Grande realista, pide a Dios de posar su mano sobre él. También nosotros, conscientes
de nuestra debilidad, debemos pedir el auxilio de Dios con humildad, confiando en
la riqueza de su misericordia. En otro pasaje dice San Alfonso: «Nosotros somos pobres
de todo, pero si pedimos ya no somos pobres… Si nosotros somos pobres, Dios es rico»
(II, 4). Y, sobre la huella de San Agustín, invita a cada cristiano a no tener temor
de procurarse de Dios, con las oraciones, aquella fuerza que no tiene, y que le es
necesaria para hacer el bien, con la certeza de que el Señor no niega su ayuda a quien
le reza con humildad (cfr. III, 3). Queridos amigos, San Alfonso nos recuerda que
la relación con Dios es esencial en nuestra vida: sin la relación de Dios falta la
relación fundamental y la relación de Dios se realiza en el hablar con Dios, en oración
personal cotidiana y con la participación en los Sacramentos, y así esta relación
puede crecer en nosotros; puede crecer en nosotros la presencia divina que dirige
nuestro camino, lo ilumina y lo hace seguro y sereno, también en medio de las dificultades
y peligros. Gracias. (Traducción: Patricia L. Jáuregui Romero – Radio Vaticano)
SALUDO DEL PAPA EN LENGUA ESPAÑOLA (audio)
SALUDOS
DEL PAPA EN OTRAS LENGUAS:
El patio de la residencia estiva del Papa,
que puede acoger hasta cinco mil fieles, como hemos dicho, no ha sido suficiente,
esta mañana, para recibir la gran cantidad de peregrinos que en la primera Audiencia
de agosto han llenado toda la adyacente plaza de la República, en el exterior del
Palacio Apostólico. En esta primera Audiencia General de agosto, el Santo Padre les
ha hablado a todos ellos en sus propias lenguas insistiendo en la necesidad re rezar
incluso en período de vacaciones.
Saludando a los peregrinos de lengua
francesa, Benedicto XVI les ha invitado a tomar el tiempo para orar personalmente
todos los días, porque la relación con Dios es esencial en nuestras vidas. “No tenga
miedo de pedir al Señor la fuerza que les falta y que es necesaria para hacer el bien,
en la certeza de que Él nunca niega su ayuda a los que oran con humildad”.
El
Papa saludando después a los peregrinos de habla Inglesa, les ha recordado que hoy
la Iglesia celebra la fiesta de San Alfonso María de Ligorio, fundador de los Redentoristas,
un gran teólogo moral y un maestro de la oración. “San Alfonso -ha dicho el Papa-
nos enseña la belleza de la oración diaria, en la que abrimos nuestras mentes y corazones
a la presencia del Señor, y recibimos la gracia de vivir bien y sabiamente.
Como
siempre un caluroso saludo, el Pontífice lo ha dedicado a sus compatriotas y demás
peregrinos de lengua alemana. “Hoy celebramos la memoria de San Alfonso María de Ligorio,
patrono de los confesores, les ha dicho. “En sus escritos el santo nos recuerda, sobre
todo, que para desarrollar una relación viva con Dios es indispensable la oración
diaria y la participación personal en los sacramentos para que podamos crecer en la
presencia divina que se necesita para guiarnos en el camino correcto de la plena comunión
con el Creador”.
No ha faltado tampoco el saludo cordial del Santo
Padre a todos los polacos presentes esta mañana en la plaza de Castelgandolfo. El
Papa ha saludado a las Hermanas de Santa Isabel que participan en el seminario de
renovación espiritual, en Roma. “Os exhorto -les ha dicho- a vivir con intensidad
espiritual los eventos importantes y aniversarios que se celebran en el mes de agosto
en Polonia: el levantamiento de Varsovia, el "Milagro en el río Vístula," las fiestas
de la Virgen, las peregrinaciones. “La oración, de hecho, es la fuente de la renovación
de nuestros corazones. Esto lo aprendemos de San Alfonso María Ligorio”.
Benedicto
XVI también ha dado la bienvenida, en su propia lengua, a los peregrinos llegados
de Eslovaquia. Finalmente el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua italiana,
en particular a las Hijas de María Inmaculada, a las Siervas de María de los Dolores
y a las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón, que toman parte en las reuniones
del Capítulo religioso de los respectivos institutos. Saludo que el Papa ha extendido
luego a los muchachos del Oratorio de Gandino y Bonate, así como a los de las áreas
de Emilia Romagna y Lombardía, regiones afectadas por el reciente terremoto. Por último,
ha saludado a los jóvenes, enfermos y recién casados. A todos el Santo Padre les ha
exhortado a dar un alegre testimonio evangélico.