(Rv).- (Audio) A Benedicto XVI en
su viaje a México y Cuba se le demostró todo el cariño que le tiene el continente
latinoamericano. En México, los mariachis le dedicaron algunas piezas musicales populares,
y lo despidieron con las palabras cariñosas: "¡Benedicto hermano ya eres mexicano!".
En uno de sus discursos, el Pontífice recordó al pueblo mexicano que la verdadera
devoción a la Virgen María nos acerca siempre a Jesús, y "no consiste ni en un estéril
y transitorio sentimentalismo, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe
verdadera, que nos lleva a reconocer la excelencia de la Madre de Dios y nos inclina
a un amor filial hacia nuestra Madre". (PY-RV)