(RV).- Ante la trágica situación
en Siria, el Patriarca de los Greco-Melkitas Gregorio III Laham, en un comunicado
enviado en exclusiva a la Agencia Fides, señala la urgencia del diálogo y la reconciliación,
poniendo en guardia contra los peligros de la anarquía, de las armas y de las interferencias.
Como señala la Agencia misionera de la Iglesia, Fides, el Patriarca destaca
que mientras se agrava la crisis de Siria, frente a lo que se llama ahora una “guerra
civil” - mientras “el lenguaje de la violencia prevalece y ha debilitado la voz de
la moderación” - “es urgente realizar un esfuerzo para promover el diálogo y la reconciliación”.
El Patriarca Gregorio III Laham, confiando en el espíritu del pueblo sirio, dice que:
“los sirios, a través de su larga historia, pueden resolver esta peligrosa crisis
ayudándose mutuamente, a través del amor y el perdón” Por lo que lanza “un llamamiento
urgente para el diálogo, la reconciliación, la paz” y recuerda que “nosotros, los
cristianos, a quienes ha sido encomendado el evangelio de la paz, nos sentimos llamados
a promoverla”.
Asimismo el Patriarca Greco- Melkita señala: “la mayor amenaza
para Siria hoy es la anarquía, la inseguridad y la entrada de armas por muchas partes.
La violencia engendra violencia, que llega a todos los ciudadanos, sin distinción
de raza, religión o color político”. En este contexto, “los cristianos viven los mismos
peligros, pero son el eslabón más débil. Indefensos, son los más vulnerables a la
explotación, a la extorsión, al secuestro, al abuso. A pesar de esto, no hay conflictos
entre cristianos y musulmanes. No hay persecución, y los cristianos no son blanco
de agresiones como tales, pero están entre las víctimas del caos y la falta de seguridad”.
Sobre
la actitud de las Iglesias, el Patriarca Gregorio III Laham recuerda también que:
“las Iglesias católicas en Siria han levantado su voz, exigiendo reformas, libertad,
democracia, combatir la corrupción, ayudas al desarrollo, libertad de expresión. Hoy
– añade - pedimos que se detenga la serie de asesinatos y destrucción, especialmente
contra los civiles necesitados, de todas las religiones, que en realidad son las verdaderas
víctimas. La Iglesia siempre ha rechazado el sectarismo, sin ponerse de ninguna parte,
y apuntando a los valores éticos y evangélicos”.