Falleció el cardenal Eugenio de Araújo Sales, arzobispo emérito de Río de Janeiro
(RV).- Falleció esta noche a la edad de 91 años, el Cardenal Eugenio de Araújo Sales,
arzobispo emérito de Río de Janeiro. Figura insigne del episcopado brasileño, fue
un referente de buena doctrina y de fidelidad a Roma.
Había sido creado Cardenal
por el Papa Pablo VI en 1969 y trasladado a Río de Janeiro en 1971. En el año 2001
se le aceptó la renuncia al cargo por haber alcanzado el límite de edad impuesto por
el Código de Derecho Canónico. Durante 57 años fue obispo, participó en los Cónclaves
que eligieron a Juan Pablo I y Juan Pablo II si bien por su edad ya no pudo hacerlo
en el que eligió al Santo Padre Benedicto XVI.
Tras el fallecimiento del Cardenal
Eugenio de Araújo Sales, sólo viven aún dos purpurados creados por el Papa Pablo VI.
Se trata de Paulo Evaristo Arns, de Brasil y William Wakefield Baum, de EE.UU.
Los
Cardenales brasileños son ahora nueve, mientras el Colegio Cardenalicio queda compuesto
por 208 purpurados, de los cuales 121 son electores.
(María Fernanda Bernasconi
– RV).
Telegrama de Benedicto XVI
(RV).- En un telegrama
enviado a Mons. Orani Joao Tempesta, Arzobispo de San Sebastiàn de Río de Janeiro,
Benedicto XVI hace hincapié en la “triste noticia de la muerte del venerado cardenal
Eugenio de Araújo Sales, tras una larda vida de dedicación a la Iglesia en Brasil”.
El
Papa expresa su pésame y “condolencias a los obispos auxiliares, el clero y comunidades
religiosos, y fieles de la Arquidiócesis de San Sebastián de Río de Janeiro, que durante
tres décadas tuvieron un intrépido pastor, que se reveló como un auténtico testimonio
del evangelio en medio de su pueblo”.
El Pontífice “agradece al Señor el haber
dado a la Iglesia este generoso pastor que, en sus casi setenta años de sacerdocio
y cincuenta y ocho de obispo, procuró llevar a todos por el camino de la verdad en
la caridad, sirviendo a la comunidad, con una atención especial por lo más desfavorecidos,
fiel a su lema episcopal: ‘IMPENDAM SUPERIMPENDAR ET’ (Gastar y gastarme enteramente
por vosotros)”.
El Papa mientras eleva plegarias para que Dios acoja en su
felicidad eterna a “este siervo bueno y fiel”, envía a su comunidad diocesana y a
toda la Iglesia de Brasil, que lamenta la pérdida de “esta admirada figura de la Iglesia,
su particular y confortadora bendición apostólica”. (ER – RV)