(RV).- "La Conferencia Nacional de Obispos Brasileños, espera que la reunión de Río+20
confirme el compromiso para la construcción de un modelo de desarrollo" alternativo,
integral, fundado en una ética que incluya la responsabilidad de un "auténtica ecología
natural y humana, que se base en el evangelio de la justicia, de la solidaridad y
el destino universal de los bienes, superando la lógica individualista y utilitarista
y donde no se sometan los criterios éticos a los poderes económicos y tecnológicos
".
"Retomando el documento de Aparecida, los obispos de Brasil han querido
ofrecer su contribución a la Conferencia de Río+20, sobre desarrollo sostenible que
se clausuró este viernes, en Río de Janeiro, 20 años después de la histórica Cumbre
de la tierra.
En el mensaje se hace hincapié en que, ya en la Conferencia
de Aparecida, en el año 2007, los obispos de América Latina y el Caribe había denunciado
la necesidad de "replantear la relación del hombre con el medio ambiente". “Es deber
de todos, especialmente de los que guían las naciones, asegurar a las generaciones
presentes y futuras, una casa común”, ‘el planeta tierra’, ha de quedar íntegro y
no sometido a la destrucción. Este objetivo se logrará "con la subordinación del desarrollo
económico a la justicia social, al respeto por el hombre, la naturaleza y los pueblos".
Según
los obispos brasileños cada persona y en primer lugar los gobernantes del mundo, "deben
asumir con valentía y determinación, el compromiso de revisar las formas y las decisiones
que a lo largo de la historia, han condenado a los pobres a la miseria y la muerte."
Concretamente
la Iglesia de Brasil, sobre todo a través de la Campaña de la Fraternidad, está llamando
constantemente la atención sobre la "destrucción de la naturaleza, causada por un
desarrollo económico depredador, impulsado por una forma de vida consumista" que ha
llevado, entre otras cosas, a la deforestación, la contaminación, la escasez de agua
y el cambio climático.
"Y los que están sufriendo el impacto de todo esto
son los pobres y los excluidos" señala el documento de los obispos, que concluye con
esta exhortación: "Los cristianos, en particular, movidos por la solidaridad que genera
fraternidad y comunión, están llamados a trabajar para la conservación del medio ambiente
y cooperar en la en la construcción de una paz justa, ecológicamente sostenible".
(ER –RV)