(RV).- Jesús esta dispuesto a escucharnos y en el diálogo con Él conoceremos que hay
alguien que nos ama, dijo el Sucesor de Pedro, al reflexionar en español, este domingo
de la Solemnidad del Corpus Christi, en la plaza de San Pedro, ante la multitud de
peregrinos internacionales que rezaron con él la oración del Ángelus. En la fiesta
de Corpus dijo “se realza la presencia real de Cristo con nosotros en todo momento”.
Audio
completo en español
Texto
completo palabras en español:
“Saludo cordialmente a los peregrinos
de lengua española que se unen a esta plegaria mariana. En diversos lugares, se traslada
a este domingo la celebración de la Solemnidad del Corpus Christi, en la cual se realza
la presencia real de Cristo entre nosotros en todo momento. Él está dispuesto de continuo
a escucharnos personalmente, y este coloquio frecuente y confidencial hará de nosotros
hombres esperanzados, sabedores de que, en la propia vida y en el mundo, hay alguien
que nos ama infinitamente y con quien siempre podemos contar. Que la Virgen María
nos enseñe a vivir con el corazón y la mirada constantemente fija en su divino Hijo.
Feliz domingo.”
Texto completo Ángelusen español
También
el Cuerpo de Cristo bajo los escombros
¡Queridos hermanos y hermanas!
Hoy, en Italia y en muchos otros Países, se celebra el Corpus Domini,
o sea la fiesta solemne del Cuerpo y Sangre del Señor, la Eucaristía. Es una tradición
siempre viva, en este día, realizar solemnes procesiones con el Santísimo Sacramento,
por las calles y plazas. En Roma esta procesión se ha ya llevado a cabo a nivel diocesano
el pasado jueves, día preciso de esta conmemoración, que cada año renueva en los cristianos
el gozo y la gratitud por la presencia eucarística de Jesús en medio de nosotros.
La
fiesta del Corpus Domini es un gran acto de culto publico de la Eucaristía, Sacramento
en el cual el Señor permanece presente también más allá del tiempo de la celebración,
para estar siempre con nosotros, a lo largo del transcurrir de las horas y de los
días. Ya san Justino, que nos ha dejado uno de los testimonios más antiguos sobre
la liturgia eucarística, afirma que, después de la distribución de la comunión a los
presentes, el pan consagrado venía llevado por los diáconos también a los ausentes
(cfr Apología, 1, 65). Por ello en las iglesias el lugar más sagrado es justamente
aquel en el que se custodia la Eucaristía. Con este motivo no puedo dejar de pensar
con conmoción en las numerosas iglesias que han sido gravemente dañadas por el reciente
terremoto en Emilia Romagna, en el hecho que también el Cuerpo eucarístico de Cristo,
en el tabernáculo, ha permanecido en algunos casos bajo los escombros. Con afecto
rezo por las comunidades, que con sus sacerdotes deben reunirse para la Santa Misa
al abierto o en grandes carpas; les agradezco por su testimonio y por cuanto están
haciendo a favor de la entera población. Es una situación que hace resaltar una vez
más la importancia de estar unidos en el nombre del Señor, y la fuerza que proviene
del Pan eucarístico, llamado también «pan de los peregrinos». Del compartir este Pan
nace y se renueva la capacidad de compartir también la vida y los bienes, de cargar
con los pesos de los otros, de ser hospitalarios y acogedores.
La solemnidad
del Cuerpo y Sangre del Señor nos vuelve a proponer también el valor de la adoración
eucarística. El Siervo de Dios Pablo VI recordaba que la Iglesia católica profesa
el culto de la Eucaristía cito «no sólo durante la Misa, sino también fuera
de su celebración, conservando con la máxima diligencia las hostias consagradas, presentándolas
a la solemne veneración de los fieles cristianos, llevándolas en procesión con gozo
de la multitud cristiana» (Enc. Mysterium fidei, 57). La oración de adoración se puede
cumplir ya sea personalmente, permaneciendo en recogimiento ante el tabernáculo, o
de forma comunitaria, también con salmos y cantos, pero siempre privilegiando el silencio,
para escuchar interiormente al Señor vivo y presente en el Sacramento. La Virgen María
es maestra también de esta oración, por que nadie mejor que ella ha sabido contemplar
a Jesús con una mirada de fe y acoger en el corazón las intimas resonancias de su
presencia humana y divina. Que por su intercesión se difunda y crezca en cada comunidad
eclesial una autentica y profunda fe en el Misterio eucarístico. (Traducción del
Italiano, Raúl Cabrera- RV)