(RV).- Al término de su Visita ad limina apostolorum, Benedicto XVI recibió esta mañana
en el Palacio Apostólico a los obispos de Papúa - Nueva Guinea. En la alocución que
les dirigió, el Santo Padre les anima a prestar especial atención a una auténtica
pastoral de la cultura, a la pastoral familiar y a la formación de sacerdotes, religiosos
y laicos comprometidos al servicio de la Iglesia.
Papúa - Nueva Guinea es un
vasto territorio en el Océano Pacífico, cerca de Australia. Comprende la parte oriental
de la isla del mismo nombre y un archipiélago formado por otras islas más pequeñas
con una población total de seis millones de habitantes, pertenecientes a diferentes
tribus, algunas de las cuales viven aún aisladas del mundo exterior. Los católicos
constituyen el 30% de la población, la confesión mayoritaria es la protestante, pero
se mantienen todavía muchos ritos ancestrales.
El Papa Benedicto expresó su
agradecimiento por todo lo que están realizando los obispos de Papúa-Nueva Guinea,
en el campo de lo que podría considerarse "la evangelización de la cultura". Teniendo
en cuenta "el papel esencial de la cultura en la historia de la salvación" y “en la
misión de la Iglesia", enviada a predicar el Evangelio a todas las naciones, más allá
de las fronteras establecidas por los hombres."
En la obra de evangelización,
señaló el Papa, tenemos que "seguir aplicando las verdades eternas del Evangelio a
las costumbres de las personas, al servicio de las cuales está la Iglesia, con el
objetivo de reforzar y consolidar los elementos positivos que hay en ellas y purificando
otros, si es necesario". Así es como los obispos de Papua Nueva Guinea han de llevar
a cabo “la misión de la Iglesia para llevar a todas las naciones, razas e idiomas,
a Jesucristo el Salvador, en el que se revela la plenitud de la humanidad y la verdad".
El
Pontífice también subrayó la importancia que asume en las áreas de evangelización,
la pastoral familiar. "La familia -subrayó- tiene un papel clave que desempeñar, ya
que es la unidad básica de la sociedad humana y el primer lugar donde se desarrolla
la fe y la cultura. Es una prioridad pastoral evangelizar el matrimonio y la familia
en consonancia con la doctrina moral católica. Para los cristianos -observó el Papa-
el matrimonio es una alianza elevada por Cristo a nivel sobrenatural como sacramento,
en el que el marido y la esposa participan del amor de Dios, llegando a ser una sola
carne, tratando de amar y respetarse a sí mismos y entre sí y permanecer abiertos
al don de Dios que son los niños. (ER – RV)