Madrid: "matrimonio y familia, el futuro de la sociedad"
(RV).- En el marco del inminente Encuentro Mundial de las Familias es oportuno recordar
que el domingo 27 de mayo, en la Solemnidad de Pentecostés, bajo el lema "matrimonio
y familia, el futuro de la sociedad", finalizó en Madrid el VI Congreso Mundial de
Familias, que constituye el foro de ideas y cultura más importante del mundo sobre
el matrimonio, la familia y el valor de la vida humana. En una declaración los participantes
destacan que "la familia natural no puede ser redefinida por los entusiastas de la
ingeniería social”.
Después de tres días de encuentros, la Declaración de
Madrid denunció los ataques a la familia que se están produciendo de la mano de “las
ideologías del estatismo, el individualismo atomista y la revolución sexual” que “corrompen
el significado y la dignidad del matrimonio, devalúan la paternidad, alientan el divorcio
fácil y los nacimientos fuera del matrimonio, confunden identidades sexuales, promueven
la promiscuidad, crean las condiciones para que aumente el abuso infantil, aíslan
a los ancianos y fomentan la despoblación”. La iniciativa nace como respuesta a los
continuos ataques que recibe la institución familiar en todos los continentes.
Entre
los puntos más destacados de esta Declaración sobresale la constatación de que la
familia natural es la unidad fundamental de la sociedad, y se constituye por la unión
de un hombre y una mujer a través del matrimonio con el objetivo de compartir el
amor y la alegría, engendrar niños y proveer a su educación moral construyendo una
economía doméstica.
Otro aspecto destacado es el de que la familia natural
no puede convertirse en una realidad de nueva creación ni puede ser redefinida por
los practicantes de la ingeniería social. De esto se desprende que la familia natural
es el sistema familiar ideal y verdadero. La declaración subraya la familia natural
es anterior al Estado y los gobiernos legítimos existen para proteger y apoyar a la
familia.
La Declaración de Madrid aborda asimismo el ámbito de la educación
para reafirmar “el derecho de los padres a educar a sus hijos para su bien, sin interferencias
del Estado” y recuerda que todo ser humano tiene derecho a la libertad religiosa y
que la comunidad política debe respetar la libertad de profesar la propia fe, de transmitirla
y de educar a los hijos en ella”.(Patricia L. Jáuregui Romero - Radio Vaticano)