Combatir juntos el tráfico de personas hace la diferencia
(RV).- (Audio) Este 24 de mayo en
el Centro de Estudios Americanos en Roma, se celebró un encuentro sobre el tema “Construir
puentes de oportunidades: mujeres y migración”, promovido por el Embajador de los
Estados Unidos ante la Santa Sede el Sr. Miguel Díaz, en el que participó el cardenal
Antonio Maria Vegliò, Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes
e Itinerantes quien habló sobre las vejaciones a las que son sometidas las mujeres
que emigran, recordando que su dicasterio se preocupa por brindar asistencia pastoral
a las personas en movimiento.
Destacó que en este cuadro de realidades
la mayor parte de los conflictos en el mundo está constituido por guerras civiles
en las que los ciudadanos representan más del 80% de los muertos. Entre aquellos que
se ven obligados a escapar, las mujeres cada vez son más numerosas. Según datos elaborados
son 43 millones las personas que han dejado sus casas a causa de la guerra o las violaciones
de los derechos humanos, y el 80% de éstas, son mujeres, niños y jóvenes que tienen
que afrontar necesidades específicas que derivan de su situación. Y llega a suceder
–destacó- que en la confusión de la fuga, uno o más hijos se pierden.
Las
mujeres y las jóvenes se han convertido en destinatarias de numerosos enfrentamientos
y objeto de secuestros y brutalidad. Su vulnerabilidad es usada deliberadamente con
el fin de deshumanizarlas, destruir la vida cotidiana de las comunidades y propiciar
el miedo en la región. Otro aspecto de la realidad de las mujeres que emigran es
el de su permanencia en campos de refugiados, con una presencia que puede comprender
según estadísticas, hasta de 17 años.
En este sentido, el compromiso de
la Iglesia es amplio, el cardenal Vegliò expuso el importante trabajo que realizan
varias organizaciones, en primera línea el Servicio Jesuita a Refugiados, la Comisión
Internacional Católica para las Migraciones, las Caritas locales, las Comisiones Episcopales
y los representantes de Caritas Internationalis.
El trasfondo del tráfico
de seres humanos también fue abordado en el encuentro organizado por la Embajada de
Estados Unidos ante la Santa Sede sobre el tema “Construir puentes de oportunidades:
mujeres y migración”, subrayando el uso de mano de obra a muy bajo precio y en condiciones
de trabajo deficientes. En estos caso las armas empleadas son las amenazas y la violencia.
Las causas profundas del tráfico no son solamente la pobreza y la desocupación de
los países en vías de desarrollo, sino también la demanda de mano de obra a bajo costo,
como también de los productos a bajo precio, o el “sexo exótico o inusual”.
Recordó
que la Iglesia promueve actividades de prevención y sensibilización. Y citó que en
82 países surgió la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la trata de personas,
denominada Talitha Kum, mientras en treinta países está presente la COATNET que reúne
a organizaciones cristianas activas contra el tráfico de seres humanos y que trabaja
bajo la autoridad jurídica de Caritas Internationalis.
Las conclusiones
del cardenal Veglió han sido que las medidas preventivas pasan por la adopción de
leyes en materia de trabajo, y reglamentación de las condiciones de trabajo y en consecuencia
de su aplicación. La lucha contra el tráfico de seres humanos es tarea de la Iglesia,
de los gobiernos, de las Organizaciones No Gubernamentales, de los dadores de trabajo,
del comercio, de los sindicatos y de la opinión pública. Todo esto significa que combatir
juntos hace la diferencia. (Patricia L. Jáuregui Romero - Radio Vaticano)