(RV).- (Audio) La Argentina podría
tener en breve un nuevo beato: el sacerdote José Gabriel Brochero, el cura gaucho,
recordado cada año en las cabalgatas que rememoran su estilo criollo de evangelización.
El Vaticano examina un milagro que se le atribuye, requisito para ser declarado beato,
que es el paso previo a la santidad, para lo cual se requiere un segundo milagro.
El cura gaucho, fue motor de grandes transformaciones en su tierra, dignificando
a las personas. Fue un hombre idealista y trabajador incansable. No sólo pensaba y
ejecutaba obras públicas para el progreso de su pueblo, sino que se arremangaba su
sotana y trabajaba a la par de los paisanos. Al verlo acarrear pesados postes y pisar
barro para la fabricación de los ladrillos con tanto esmero, los pobladores uno a
uno se iban sumando a las obras. El cura invitaba a los más pobres y buscaba como
colaboradores a los de peor reputación, y así los iba ganando para Dios.
El
obispo de Cruz del Eje, Monseñor Santiago Olivera, co-actor de la causa y delegado
de la Comisión Episcopal para la Causa de los Santos, destaca algunas de las características
esenciales y particulares de este "cura gaucha" tan amado y aún hoy recordado.