Encuentro Mundial de las Familias: ¡Nos preparamos!
(RV).- De cara al VII Encuentro Mundial de las Familias Milán 2012 - del miércoles
30 de mayo al domingo 3 de junio- este 3 de mayo inicia el ciclo de preparación que
concluirá el día 24 de mayo con seminarios conducidos por destacadas personalidades
en el ámbito de la cultura académica de Milán que se desarrollan con el patrocinio
del Pontificio Consejo para la Cultura y del Pontificio Consejo para la Familia.
Benedicto
XVI, en su carta fechada el 23 de agosto de 2010, dirigida al Cardenal Ennio Antonelli,
Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, con vistas al VII Encuentro Mundial
de las Familias explicaba que el trabajo y la fiesta están íntimamente relacionados
con la vida de las familias: condicionan sus elecciones, influyen en las relaciones
entre los cónyuges y entre padres e hijos, inciden en la relación de la familia con
la sociedad y con la Iglesia. La experiencia cotidiana demuestra que el desarrollo
auténtico de la persona comprende tanto la dimensión individual, familiar y comunitaria,
como las actividades y las relaciones funcionales, al igual que la apertura a la esperanza
y al Bien sin límites.
«En nuestros días, lamentablemente, la organización
del trabajo, pensada y realizada en función de la competencia de mercado y del máximo
beneficio, por tanto, es preciso promover una reflexión y un compromiso encaminados
a conciliar las exigencias y los tiempos del trabajo con los de la familia y a recuperar
el verdadero sentido de la fiesta, especialmente del domingo, pascua semanal, día
del Señor y día del hombre, día de la familia, de la comunidad y de la solidaridad»,
explicaba el Papa.
El VII Encuentro mundial tendrá, como los anteriores encuentros,
una duración de cinco días y culminará el sábado 2 de junio por la noche con la «Fiesta
de los testimonios» y el domingo 3, por la mañana, con la misa solemne. Sobre estas
dos celebraciones que serán presididas por Benedicto XVI, el Papa ponía de relieve
que se tratará de un encuentro de «familia de familias».
Por otra parte, durante
su encuentro con los participantes en la asamblea plenaria del Pontificio Consejo
para la Familia del 1 de diciembre de 2011, también aludiendo a este encuentro mundial
de familias, en el marco del trigésimo aniversario de la Exhortación apostólica Familiaris
consortio, publicada el 22 de noviembre de 1981 por el beato Juan Pablo II, y el del
dicasterio mismo, instituido por él el 9 de mayo precedente con el Motu proprio Familia
a Deo instituta, como signo de la importancia que se debe atribuir a la pastoral familiar
en el mundo; el Papa ponía de relieve que la nueva evangelización depende en gran
parte de la Iglesia doméstica.(…)
El sucesor de Pedro recordaba además que
la familia, que está fundada en el sacramento del Matrimonio, es actuación particular
de la Iglesia, comunidad salvada y salvadora, evangelizada y evangelizadora; poniendo
en relieve la necesidad de «superar una visión reductiva de la familia, que la considera
como mera destinataria de la acción pastoral, e indicando que la familia es riqueza
para los esposos, bien insustituible para los hijos, fundamento indispensable de la
sociedad, comunidad vital para el camino de la Iglesia». En virtud de esto, el Papa
expresaba que «la familia es lugar privilegiado de educación humana y cristiana,
y permanece, por esta finalidad, como la mejor aliada del ministerio sacerdotal. Ninguna
vocación es una cuestión privada; tampoco aquella al matrimonio, porque su horizonte
es la Iglesia entera». (Patricia L. Jáuregui Romero - Radio Vaticano)