(RV).-El Archivo Secreto Vaticano, en el que se custodian todas las actas y documentos
de la Santa Sede, celebra este año el IV centenario de su fundación. Como parte de
las iniciativas emprendidas con este motivo, el martes 17 se inauguró en el Vaticano
el congreso “Religiosa Archivorum Custodia”, durante el que se estudiarán la historia
del archivo, su importancia cultural y los resultados de las investigaciones más recientes.
A causa de una errónea interpretación de su nombre - “secreto” ha de entenderse
en su acepción latina de “privado”-, el archivo ha estado siempre rodeado de un aura
de misterio. Constituido originariamente por manuscritos del pontificado de Gregorio
VII (1073-1085) que sobrevivieron al cisma de Avignon, el archivo actual fue fundado
por el Papa Pablo V hacia 1611. Según ha explicado mons. Sergio Pagano, Prefecto del
Archivo Secreto, en una entrevista a la sección italiana de Radio Vaticano, “se trata
de siglos y siglos de registros de cartas enviadas o recibidas por los papas, de documentos
de la Cámara Apostólica y de documentación diplomática de los nuncios, las misiones
diplomáticas, los concilios, los sínodos, etc. Al principio, el archivo cabía en 400
metros lineales. Hoy alcanza 85 kilómetros lineales”.
En 1881, el Papa León
XIII abrió el archivo a los expertos para que pudieran consultarlo libremente. Según
el historiador alemán Arnold Esch, “es el mayor archivo del mundo, al menos por lo
que se refiere al Medievo; pero, sobre todo, es un archivo con un material universal”.
A pesar de los esfuerzos, buena parte del Archivo Secreto permanece aún inexplorada;
se trata, principalmente, del enorme material procedente de las nunciaturas, y del
periodo de la II Guerra Mundial. (RC-RV)