Liberar a la humanidad de estos terribles artefactos
(RV).- El Santo Padre Benedicto XVI reanudó esta mañana a las 10,30 su tradicional
audiencia semanal, en la que participaron varios miles de fieles y peregrinos de numerosos
países en la soleada Plaza de San Pedro. Teniendo en cuenta que hoy se celebra
la Jornada internacional por la lucha contra las minas antipersona, que sigue afectando
a numerosas poblaciones del mundo, el Papa hizo el siguiente llamamiento:
Hoy
se celebra la Jornada internacional para la sensibilización sobre el problema de las
minas antipersona, a cuyas víctimas, junto a sus familias, expreso mi cercanía. Animo
a todos aquellos que se empeñan por liberar a la humanidad de estos terribles y engañosos
artefactos, los cuales, como dijo el Beato Juan Pablo II con ocasión de la entrada
en vigor de la Convención para su prohibición, impiden a los hombres caminar “juntos
por los senderos de la vida, sin temer las asechanzas de destrucción y muerte”
(Ángelus, 28 de febrero de 1999).
En efecto, como decía el Papa Wojtyla –el
28 de febrero de 1999– “para toda la comunidad internacional se trata de una meta,
que representa una victoria de la cultura de la vida sobre la cultura de la muerte”.
A la vez que recordaba que la Santa Sede se adhirió a la Convención para la prohibición
y destrucción de las minas antipersonas ya desde el comienzo, firmando y ratificando
el documento de Ottawa del 4 de diciembre de 1997.
“Desgraciadamente –añadía
el Beato Juan Pablo II –, es aún largo el camino para que el mundo se vea libre de
estos terribles y engañosos artefactos”. Por esta razón, pedía a Dios “que dé a todos
la valentía de la paz, para que los países que aún no han firmado este importante
instrumento del derecho internacional humanitario lo hagan cuanto antes, y continúen
con perseverancia la actividad de desactivación y la labor de rehabilitación de los
heridos”.