(RV).- “El preso es el rostro de Cristo. Creemos en la conversión del hombre, para
que tenga posibilidades de rehabilitarse y regrese a la sociedad, y debemos ofrecerles
esa medicina que es la conversión”, afirmó el Presidente del Episcopado Peruano, en
el marco de la celebración de un acuerdo con el Estado para promover y desarrollar
la asistencia religiosa y actividades para mejorar la vida de los encarcelados.
La
Conferencia Episcopal Peruana (CEP) y el Instituto Nacional Penitenciario del País
(INPE), representados respectivamente por el Presidente de la CEP, Mons. Salvador
Piñeiro, Arzobispo de Ayacucho y el Dr. José Luis Pérez Guadalupe, jefe del INPE,
con la presencia del Dr. Juan Jiménez Mayor, Ministro de Justicia; celebraron un
encuentro con el objetivo de promover la pastoral de cárceles de cada jurisdicción
eclesiástica.
Al mismo tiempo, se busca establecer, por intermedio de los
directores de los respectivos establecimientos penitenciarios, y en coordinación con
el Equipo Pastoral de la Iglesia Católica, los mecanismos y requisitos para que los
talleres de promoción humana y desarrollo personal realizados por la Pastoral puedan
ser aceptados como parte del tratamiento de los internos e internas, y la participación
en los mismos pueda ser considerada en los informes psicológicos y sociales.
En
su discurso, Monseñor Salvador Piñeiro comentó que como Obispo Castrense conoce de
cerca la realidad de las personas privadas de su libertad, pues ha visitado los diversos
centros penitenciarios del país y conoce el esfuerzo del INPE. Asimismo, destaca la
loable tarea de la Iglesia Católica, que a través de los religiosos, sacerdotes y
laicos, acompañan a los presos para consolarlos y ayudarlos en su incorporación a
la sociedad. (Patricia L. Jáuregui Romero – RV) Fuente: CEP