(RV).- El Papa ha escrito el prólogo del libro del cardenal Paul Josef Cordes, presidente
emérito del Consejo Pontificio “Cor Unum”, titulado “La ayuda no cae del cielo. Caritas
y espiritualidad”.
Benedicto XVI escribe que en el segundo capítulo de los
Hechos de los Apóstoles, san Lucas describe a la Iglesia naciente con las características
que caracterizan la vida. A saber: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles,
a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones” (Hch, 2, 42); “Acudían
al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan
por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón” (Hch,
2, 46). Y añade que la fracción del “pan”, nombrado dos veces, se presenta como elemento
central de la comunidad cristiana y nos recuerda el encuentro del Resucitado con los
discípulos de Emaús, que a su vez nos remite a la última cena. Se trata de una palabra
que en la multiplicidad de sus significados deja entrever el centro portante y, al
mismo tiempo, toda la amplitud de la existencia cristiana.
El Papa escribe
que la expresión “partir el pan” en la Iglesia naciente designó la Eucaristía, es
decir, lo que la caracterizó y la tuvo unida como nueva comunidad. Mientras los cristianos
ahora pueden ver en el acto de partir el pan realizado por Jesús una imagen de la
hospitalidad de Dios, en la cual el Hijo encarnado se entrega a sí mismo como pan
de vida. En consecuencia, la fracción del pan eucarístico debe proseguir en el “partir
el pan” de la vida diaria, en la disponibilidad a compartir cuanto se posee, en donar
y así unir.
Porque como escribe el Santo Padre “es sencillamente el amor en
toda su inmensidad el que se manifiesta en este gesto, y con él el nuevo concepto
cristiano de culto y de atención por el prójimo: la Eucaristía debe llegar a ser “partir
el pan” en todos los niveles, de lo contrario su significado no se cumple. Debe llegar
a ser diaconía, servicio y don en la vida cotidiana. Y de modo especular, la premura
social de la “caritas” jamás es sólo obrar de modo pragmático, sino que surge de las
raíces profundas de la comunión con el Señor que se da, de la dinámica del amor partícipe
de Dios por nosotros.
Benedicto XVI se alegra por el hecho de que el Cardenal
Cordes haya recopilado y explicado, “con gran energía”, el impulso que el mismo Santo
Padre ha tratado de dar con su encíclica Deus caritas est. Por esta razón manifiesta
sus mejores deseos por la fatiga del purpurado que ha escrito este libro “La ayuda
no cae del cielo. Caritas y espiritualidad”, en el que muestra desde diversos puntos
de vista cuanto contiene la palabra fundamental “caritas – amor”. Por esta razón manifiesta
su deseo de que esta obra sea leída atentamente y penetre en los corazones incluso
más allá de la recepción y de la lectura, para que conduzca “a obrar con amor” y en
“una comunión más profunda con Jesucristo”. (María Fernanda Bernasconi – RV).