Cristo y la Iglesia: vida y apostolado de Don Giussani
(RV).- Llevando el saludo y la bendición Apostólica de Benedicto XVI, el Cardenal
Secretario de Estado, presidió en la tarde de ayer en la Basílica vaticana, la Santa
Misa en ocasión del 30° aniversario del Reconocimiento Pontificio de la Fraternidad
de Comunión y Liberación y del 7° aniversario de la muerte de don Luigi Giussani.
Haciendo
hincapié en que esta celebración eucarística estaba marcada también por la alegría
de los primeros pasos cumplidos, en días pasados, en vista del comienzo formal de
la Causa de beatificación y de canonización del fundador del Movimiento de Comunión
y Liberación, el Cardenal Tarcisio Bertone recordó que «Don Giussani fue ‘profeta’
del insuperable anhelo del encuentro con Dios para el hombre de nuestro tiempo. Encuentro
con la Persona de Jesús, en el que ‘Dios se hizo hombre’. Encuentro con la Iglesia,
lugar de comunión de los cristianos en camino hacia y dentro la verdadera vida. Con
el camino de la Causa de beatificación y canonización de Don Giussani, nos espera
la experiencia de una apasionada implicación en su audacia de cristiano y de Sacerdote».
Tras
poner de relieve la importante actualidad del carisma de Don Giussani, el Cardenal
Bertone destacó la necesidad de «cumplir un serio recorrido para mostrar la relación
de la fe con las necesidades de la existencia, superando la que los Pontífices, desde
Pablo VI a Benedicto XVI, describen como fractura moderna entre razón y fe, entre
saber y creer».
Se trata – explicó el purpurado –«de cumplir un camino real
y humano, en el que el Señor Jesús no es una idea, sino un acontecimiento, una Persona
que da a la vida una perspectiva nueva. Algo que Don Giussani sentía y vivía íntimamente,
proponiéndolo con ardor inquebrantable y con fascinadora razón». Por lo que el fundador
de Comunión y Liberación «convenció a multitudes de personas, en especial a los jóvenes,
a poner a Cristo en el centro de su propia vida, percibiéndolo como verdadero compañero
de camino, hacia una nueva humanidad. Y como recordó, el entonces Cardenal Joseph
Ratzinger, en la homilía de su funeral, supo vivir esa experiencia ‘en’ la Iglesia
y ‘con’ la Iglesia, con amor incondicional y dócil obediencia: Cristo y la Iglesia:
he aquí la síntesis de su vida y de su apostolado. Sin separar nunca al uno de la
otra, comunicó a su alrededor un verdadero amor por el Señor y por los Papas que conoció
personalmente».
«Don Giussani hizo percibir la fe como experiencia fuerte e
irrepetible de un ‘encuentro’, gracias al cual también para nosotros es posible repetir,
como Pedro: ‘Señor ¡qué bien estamos aquí!’», reiteró el Card. Bertone, evocando las
palabras que Benedicto XVI dirigió a los miembros de Comunión y Liberación, en el
multitudinario encuentro, celebrado en la Plaza de San Pedro, con motivo del 25 aniversario
de su reconocimiento pontificio.
El 27 de marzo de 2007, el Papa destacó que
esta gran Familia espiritual, nacida de la fe y de la tensión apostólica de Don Giussani,
«se sigue ofreciendo como una posibilidad de vivir de modo profundo y actualizado
la fe cristiana, por una parte con total fidelidad y comunión con el Sucesor de Pedro
y con los Pastores, que aseguran el gobierno de la Iglesia. Y, por otra con una espontaneidad
y una libertad que permiten nuevas y proféticas realizaciones apostólicas y misioneras».
Alentando
a los hijos espirituales de Don Giussani, cuyo rpesidente es el epsañol Julián Carrón,
a seguir siendo dignos de sus orígenes y de la confianza del Papa, testimoniando al
mundo la belleza del acontecimiento cristiano, con valentía y generosidad, el Cardenal
Bertone concluyó su densa homilía, encomendándolos a todos al amparo de María, elegida
para brindar a Jesús al mundo.