Por la paz y los cristianos en Tierra Santa, Oriente Medio y el mundo
(RV).- «La Congregación para las Iglesias Orientales recuerda a los obispos del mundo
entero la constante solicitud del Papa Benedicto XVI para que se sostenga generosamente
la misión de la Iglesia en los Lugares Santos. Misión que es específicamente pastoral
y que al mismo tiempo ofrece a todos sin distinción un encomiable servicio social.
Así crece aquella fraternidad que supera y derriba las divisiones y las discriminaciones
para inaugurar sin cesar el diálogo ecuménico y la colaboración interreligiosa. Ello
constituye una admirable obra de paz y de reconciliación, aún más necesaria hoy, en
que junto con el Santo Padre estamos profundamente preocupados».
Así se lee
en la Carta de la Congregación para las Iglesias Orientales que se publicó este jueves,
«mientras vivimos la espera cuaresmal de la Pascua del Señor, ocasión propicia para
sensibilizar a toda la Iglesia católica en favor de Tierra Santa, promoviendo particulares
iniciativas de oración y de caridad fraterna».
Dirigiendo «una cordial invitación
a todas las comunidades eclesiales para que acompañen a los cristianos de Jerusalén,
Israel y Palestina, así como a los de los países de la región, como Jordania, Siria,
Líbano, Chipre y Egipto, que integran juntos aquella Tierra bendita» - donde se hizo
hombre el Hijo de Dios, donde anunció el Reino, se inmoló, padeciendo y muriendo en
la Cruz, y donde resucitó y nos donó el Espíritu - el Prefecto de la Congregación
para las Iglesias Orientales reitera en esta tradicional misiva, con motivo de la
Colecta cuaresmal en favor de Tierra Santa, las palabras y oraciones del Papa por
la paz.
«Por las poblaciones de los países en los que se siguen verificando
tensiones y violencias, en particular en Siria y Tierra Santa», como dijo Benedicto
XVI en su discurso a los embajadores ante la Santa Sede a comienzos de este año. Y
como el apremiante llamamiento de Su Santidad, para que se ponga fin a la violencia,
por el bien común de toda la sociedad y de toda la región, el pasado 12 de febrero.
El
Card. Leonardo Sandri recuerda asimismo que el día elegido por los Sumos Pontífices
para esta colecta es el viernes que precede la Pascua de Resurrección, aunque cada
comunidad podrá elegir otro momento, pero destaca que «el Viernes Santo de este año
parece interpretar aún más la necesidad de los pastores y de los fieles, que abarcan
los sufrimientos de todo Oriente Medio».
«Para los discípulos de Cristo las
hostilidades son el pan de cada día, que alimenta la fe y hace resonar algunas veces
el eco del martirio en toda su actualidad», afirma la Carta, añadiendo que «la emigración
cristiana se agudiza por la falta de paz, que intenta empobrecer la esperanza, transformándose
en el miedo de quedarse solos ante un futuro que parece no existir, sino como abandono
de su propia patria».
Alentando a la esperanza, el Prefecto de la Congregación
para las Iglesias Orientales, asegura que «al igual que el grano de trigo, la fatiga
de los cristianos de Tierra Santa prepara sin duda un mañana de bien, pero pide hoy
que se sostengan las escuelas, la asistencia sanitaria, las viviendas, los lugares
de encuentro y todo lo que ha sabido suscitar la generosidad de la Iglesia».
Tras
poner de relieve «cuánta fe descubrimos en los jóvenes, que anhelan testimoniar las
bienaventuranzas, amando a sus países, en el compromiso por la justicia y por la paz,
con los medios evangélicos de la no violencia» y «cuánta fe y firmeza nos transmiten
los que pronuncian palabras de reconciliación y de perdón, respondiendo de este modo
a la violencia y a la injusticia» el Card. Sandri asegura también que «tenemos el
deber de restituir el patrimonio espiritual recibido por su milenaria fidelidad a
las verdades de la fe cristiana. Lo podemos y lo debemos hacer, con nuestra oración,
con nuestra ayuda concreta y con las peregrinaciones.
Con el Año de la Fe,
en el 50 aniversario del Concilio Vaticano II, «el próximo Viernes Santo, alrededor
de la Cruz de Cristo, nos sentiremos al lado de estos nuestros hermanos y hermanas...
para que puedan proclamar en la serenidad del cuerpo y del espíritu que ‘Jesús es
el Señor’, para que la puerta de la fe, siga abriéndose de par en par desde aquella
Tierra, asegurando el perdón y la bondad de Dios para toda la familia humana» alienta
el Cardenal Prefecto de la Congregación para la las Iglesias Orientales, haciéndose
portavoz de la gratitud del Papa Benedicto XVI, sin olvidar el agradecimiento de las
Diócesis patriarcal de Jerusalén, de la Custodia Franciscana y las Iglesias Orientales
católicas.