(RV).- (Audio)
En Agosto, pueblos
originarios de los Andes Centrales de América del Sur celebran la fiesta de “La Pachamama”.
La
Pachamama está relacionada con la vida agrícola. Es la Tierra concebida como madre;
como una mujer madre, fecunda y nutriente, que protege y sustenta a los seres humanos.
Se la representa como una mujer dando a luz o amamantando. Su imagen brota de la tierra
como un árbol o una montaña, o como una mujer sentada con grandes cestas llenas de
los frutos de la tierra. El rito -que expresa respeto, gratitud, estrecha relación
con la tierra; con la naturaleza-, establece que el 1 de agosto se debe entregar a
la Madre Tierra todo lo que no quisiéramos que a nuestra familia le faltara durante
el año. También se dan las gracias por los favores recibidos durante el año pasado.
Familias
y vecinos se reúnen para abrir un pozo en la tierra, el cual será adornado con serpentina
y papel picado. A continuación, se “alimenta a la Pachamama” introduciendo en el hoyo
diversas comidas típicas del lugar.
Su conmemoración se alarga durante todo
el mes de Agosto y es una de las celebraciones más antiguas de la zona sur de América.
Valores
Indígenas de gran significación
En el Documento de Aparecida de la V Conferencia,
los obispos dedican espacio a los pueblos indígenas junto a los afroamericanos. Dicen
entre otras cosas: DA 88. Los indígenas constituyen la población más antigua del Continente.
Están en la raíz primera de la identidad latinoamericana y caribeña. 89. Los indígenas
y afroamericanos son, sobre todo, “otros” diferentes, que exigen respeto y reconocimiento.
La sociedad tiende a menospreciarlos, desconociendo su diferencia. Su situación social
está marcada por la exclusión y la pobreza. La Iglesia acompaña a los indígenas y
afroamericanos en las luchas por sus legítimos derechos.
90. Hoy, los pueblos
indígenas y afros están amenazados en su existencia física, cultural y espiritual;
en sus modos de vida; en sus identidades; en su diversidad; en sus territorios y proyectos.
Algunas comunidades indígenas se encuentran fuera de sus tierras porque éstas han
sido invadidas y degradadas, o no tienen tierras suficientes para desarrollar sus
culturas… 91. Los indígenas y afroamericanos emergen… con su cosmovisión, sus valores
y sus identidades particulares, para vivir un nuevo Pentecostés eclesial.
92.
Ya, en Santo Domingo, los pastores reconocíamos que “los pueblos indígenas cultivan
valores humanos de gran significación”; valores que “la Iglesia defiende... ante la
fuerza arrolladora de las estructuras de pecado manifiestas en la sociedad moderna”;
“son poseedores de innumerables riquezas culturales, que están en la base de nuestra
identidad actual”; y, desde la perspectiva de la fe, “estos valores y convicciones
son fruto de ‘las semillas del Verbo’, que estaban ya presentes y obraban en sus antepasados”.
93. Entre ellos podemos señalar: “Apertura a la acción de Dios por los frutos
de la tierra, el carácter sagrado de la vida humana, la valoración de la familia,
el sentido de solidaridad y la corresponsabilidad en el trabajo común, la importancia
de lo cultual, la creencia en una vida ultra terrena”. Actualmente, el pueblo
ha enriquecido estos valores ampliamente por la evangelización, y los ha desarrollado
en múltiples formas de auténtica religiosidad popular.
“Jesús es referencia
para discernir valores
Continúan los obispos en Aparecida: “94. Como Iglesia,
que asume la causa de los pobres, alentamos la participación de los indígenas y afroamericanos
en la vida eclesial. Vemos con esperanza el proceso de inculturación discernido a
la luz del Magisterio. Es prioritario hacer traducciones católicas de la Biblia y
de los textos litúrgicos a sus idiomas. Se necesita, igualmente, promover más las
vocaciones y los ministerios ordenados procedentes de estas culturas.
95.
Nuestro servicio pastoral a la vida plena de los pueblos indígenas exige anunciar
a Jesucristo y la Buena Nueva del Reino de Dios, denunciar las situaciones de pecado,
las estructuras de muerte, la violencia y las injusticias internas y externas, fomentar
el diálogo intercultural, interreligioso y ecuménico. Jesucristo es la plenitud de
la revelación para todos los pueblos y el centro fundamental de referencia para discernir
los valores y las deficiencias de todas las culturas, incluidas las indígenas. Por
ello, el mayor tesoro que les podemos ofrecer es que lleguen al encuentro con Jesucristo
resucitado, nuestro Salvador. Los indígenas que ya han recibido el Evangelio están
llamados, como discípulos y misioneros de Jesucristo, a vivir con inmenso gozo su
realidad cristiana, a dar razón de su fe en medio de sus comunidades y a colaborar
activamente para que ningún pueblo indígena de América Latina reniegue de su fe cristiana,
sino que, por el contrario, sientan que en Cristo encuentran el sentido pleno de su
existencia.”
Un peregrino “loco por Dios”
(RV).- (Audio) Lleva un bastón para
ayudarse como los peregrinos que caminan lejos. Camina herido en una pierna, pero
sin embargo no se detiene. No se detiene porque tiene un objetivo; sabe lo que quiere.
No vagabundea buscando satisfacerse hoy y mañana verá. Quiere, desea y tiene la determinación
deliberada hoy –y la sostiene cada día- de llegar a la fuente inagotable de la consolación
de Dios, que sacia definitivamente. Para gozar allí la corriente profunda de vida
verdadera en el amor. Es decir desea y busca lo máximo.
Esta determinación
efectiva y afectiva por encontrarse con Jesús, le da a Ignacio de Loyola un aspecto
de “loco por Dios” -como lo definen los que en su camino cruzan palabras con él, porque
ya del inicio le fascinaba la “conversación espiritual”-. Es que se trata de una verdadera
obsesión, porque nada, ni nadie lo distrae o lo dispersa. Y si se le presenta el mismo
demonio vestido de luces encantadoras, lo descubre y rechaza con el sabio ejercicio
de la oración y el discernimiento. De esto se convierte en un maestro inigualable,
al nivel de los “doctores” de la Iglesia.
Antes de su conversión sí, gustaba
del vagabundeo vanidoso y bravucón. Hasta que el mismo Dios frenó este ímpetu violento
hacia el vacío, con una bala de cañón en Pamplona. En su convalecencia en Loyola
fue que descubrió la diversidad de pensamientos y sentimientos que lo movían y aprendió
a distinguir cada vez mejor cuales eran inspiración de Dios y cuales no. Es así que
empieza a caminar según las “mociones” espirituales de Dios, rechazando las que no
son de Dios.
Los santuarios marianos establecieron la primera parte de su peregrinación,
un camino físico que después que pasa por tierra santa -para tocar lo mismo que toco
Jesús a quien quiere conocer internamente para amarlo cada vez más, seguirlo y servirlo
mejor-, termina en Roma a los pies del Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo.
Elegido
por sus compañeros superior de la nueva Orden religiosa, el peregrino presenta al
Papa Pablo III, las Constituciones de la Compañía de Jesús. A este punto, se trata
ya de una peregrinación espiritual que desde el mismo corazón de la Iglesia y al servicio
del Papa, quiere llevar a todo el mundo el gozo del perdón de Dios; la consolación
de permanecer en su amor para siempre.
Lloraba lleno de gozo hasta cuando miraba
las estrellas y decía: “Basta, basta, ya se de quién me están.”
Jesús
no cayó en paracaídas
(RV).- (Audio) Como con la cámara
de cine o de TV, hoy hacemos un zoom sobre un aspecto del misterio de Jesús, hijo
de Dios e hijo del hombre. Y vemos que Jesús no cayó del cielo en paracaídas, no sólo
porque nació de santa María, sino porque tiene abuelos. María de Nazaret tiene a su
madre y a su padre, Ana y Joaquín, los abuelos de Jesús.
En muchas iglesias
está la imagen de bulto de Ana, indicando a María los textos sagrados porque son los
padres los primeros catequistas y es por eso que está el mandamiento de honrarlos.
En varias pinturas aparecen los dos, Joaquín y Ana con María pequeña entre ellos.
Y varios hospitales tienen la imagen de santa Ana, como patrona de las mujeres en
cinta, en dulce espera, siempre con un ramo frezo de flores. En cualquier caso, siempre
cuidando la vida, ayudando a crecer bien a la hija, al nieto y a todos los que se
ponen bajo su protección.
Por eso, la fiesta litúrgica de los abuelos de Jesús,
nos hace presente la importancia de los abuelos, sobre todo para aquellos que pudimos
gozar de ellos. En sus rodillas escuchamos cantos y cuentos de nuestra cultura, aprendimos
cosas de la escuela y del catecismo. Crecimos abrazados por su ternura y afecto.
La
educación es hoy una gran deuda social. Hay muchísimos niños que hoy no pueden ir
a la escuela y muchos no van porque tampoco fueron sus padres. En el mejor de los
casos son hoy los abuelos los que fueron por lo menos a la escuela primaria y al catecismo.
Los abuelos fueron y son, ahora más que nunca, la memoria viva de nuestras familias
y culturas. Los necesitamos.
Podemos pedirles a los santos Joaquín y Ana que
nos ayuden a cuidar, valorar y escuchar a los que nos cuidaron y enseñaron a nosotros
de chicos; a los que hoy están cuidando a los más chicos porque los papas están trabajando
todo el día. Los abuelos también son frágiles, y necesitan de nuestro cuidado.
Bendición
al paso
(RV).- (Audio) Con el niño Jesús
en sus rodillas y ofreciendo el escapulario, salió en procesion en su gran retablo,
la imagen de la Virgen del Carmen de la iglesia de Santa María en Transpontina, de
la Vía de la Conciliación, en Roma. Y la imagen pasó detrás de Radio Vaticana. También
aquí en Roma los Carmelitas celebran a la Virgen, con tantos vecinos de esta parroquia,
a solo tres cuadras de la Plaza de San Pedro. Ha sido el domingo 15 de julio, el más
cercano a la fiesta. Los devotos ocupaban cinco cuadras largas en las calles más
estrechas. Muchos rosarios en las manos. Varios vecinos del barrio se asomaban a sus
ventanas, algunas de las cuales ostentaban pendones de la Virgen. A los costados de
la calle se aglomeraban los turistas que sacaban fotos. Ví a más de uno contemplar
absorto la imagen, recordando quizá la antigua procesión en su pueblo. En el recorrido,
la estacion obligada es la Iglesia Santa Ana, pegada a la puerta del Vaticano que
lleva ese nombre. Allí se detiene la imagen de la Virgen para un saludo simbólico
a la abuela de Jesús. En las rodillas de su madre Jesús ofrece también el escapulario
de la Virgen y en su mano izquierda sostiene un mundo dorado rematado en cruz. Es
la promesa de que él con su cruz consigue el triunfo del Reino del amor de Dios entre
nosotros. El mismo mundo dorado rematado en cruz se ve en la cúpula del Santuario
de san Pedro, trasnfondo del último tramo de la procesión. Las avemarías del Rosario
piadoso en el camino, se entrelazaron con los vivas a la Virgen, los cantos de los
fieles y la música de la típica banda municipal. Hugo Antonio, que no le sacaba
los ojos a la bella imagen, me confió que así como Jesús crece en los brazos de la
Virgen, asi le ruega él que, en su regazo, crezca también su fe en Jesús y la fe de
sus familiares, amigos y conocidos.
Una reserva de Amor
(RV).-
(Audio) Hay muchos atendiendo
hoy a los enfermos. Te llama la atención porque no es algo fácil. Inmediatamente lo
relacionamos con una vocación. En realidad hay tantos -en la familia católica y fuera
de ella-, profesionales y voluntarios que hoy llevan serenidad y esperanza a los que
sufren. El Sucesor de Pedro y Obispo de Roma, en la oración con los peregrinos
el domingo 1 de julio, pidió a la Virgen María por los hermanos que viven un sufrimiento
en el cuerpo o en el espíritu. Antes de la oración, con las imágenes del padre
desesperado por la muerte de su hija y de la mujer desahuciada por los médicos, probó
renovar nuestra esperanza, afirmando que Jesús nos cura el corazón. Pero no se
olvido de los que trabajan con los enfermos. Dijo que son “una reserva de amor”. Y
explicó que la necesaria competencia profesional sola, no basta. Los que ayudan a
los enfermos necesitan “una formación del corazón”. Se los ha de guiar hacia el encuentro
con Cristo que suscita el amor y abre el corazón al otro. ¿Cómo está hoy tu corazón? Escuchemos
al Papa: “Jesús se hace atento al sufrimiento humano y nos hace pensar también en
todos aquellos que ayudan a los enfermos a llevar su cruz, en particular a los médicos,
a los agentes sanitarios y cuantos aseguran la asistencia religiosa en los nosocomios.
Ellos son “reservas de amor”, que llevan serenidad y esperanza a los que sufren. En
la Encíclica Deus caritas est observaba que, en este precioso servicio, es necesaria
ante todo la competencia profesional – esta es una primera y fundamental necesidad
– pero esta sola no basta. Se trata, en efecto, de seres humanos, que tienen necesidad
de humanidad y de la atención del corazón. “Por eso, dichos agentes, además de la
preparación profesional, necesitan también y sobre todo una ‘formación del corazón’:
se les ha de guiar hacia ese encuentro con Dios en Cristo, que suscite en ellos el
amor y abra su espíritu al otro” (n. 31). Pidamos a la Virgen María que acompañe
nuestro camino de fe y nuestro empeño de amor concreto, especialmente hacia quien
tiene necesidad, mientras invocamos su materna intercesión por nuestros hermanos que
viven un sufrimiento en el cuerpo o en el espíritu.
Más Vida y Salud Hoy
(RV).-
(Audio) Un padre desesperado
por la muerte de su hija y una mujer desahuciada por los médicos, buscaron a Jesús.
La mujer se curó cuando tocó el manto de Jesús y Jesús le devolvió al padre su hija
viva. Este es hoy, el tema de contemplación, reflexión y oración de muchos católicos
que durante la semana rezan con la actualización que el Papa hizo del Evangelio en
la reflexión del domingo. Curiosamente, lo actualísimo es que se repite. Y muchos
de los que rezan hoy reciben del mismo Jesús el milagro de más vida y salud.
Dijo
Benedicto en esta ocasión: “…el evangelista Marcos nos presenta el relato de dos curaciones
milagrosas (Mc 5, 21-43). Son dos episodios en los que están presentes dos niveles
de lectura; el puramente físico: Jesús se inclina sobre el sufrimiento humano y cura
el cuerpo; y el espiritual: Jesús ha venido curar el corazón del hombre, a dar la
salvación y pide la fe en Él”.
“… Ante la noticia de que la hijita de Jairo
ha muerto, Jesús dice al jefe de la Sinagoga: “¡No temas; solamente ten fe!” (v. 36),
lo lleva consigo hasta donde estaba la niña y exclama: “¡Muchacha, a ti te digo, levántate”!
(v. 41). Y ella se levantó y se puso a caminar...”.
“El segundo episodio, el
de la mujer afectada por hemorragias, pone nuevamente de manifiesto que Jesús ha venido
para liberar al ser humano en su totalidad. En efecto, el milagro se realiza en dos
fases: primero se produce la curación física, pero ésta está estrechamente ligada
a la curación más profunda, la que dona la gracia de Dios a quien se abre a Él con
fe. Jesús dice a la mujer: “¡Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada
de tu enfermedad!” (Mc 5, 34)”.
“Estos dos relatos de curación son para nosotros
una invitación a superar una visión puramente horizontal y materialista de la vida.
A Dios nosotros le pedimos tantas curaciones de problemas, de necesidades concretas,
y es justo, pero lo que le debemos pedir con insistencia es una fe cada vez más firme,
para que el Señor renueve nuestra vida, y una firme confianza en su amor, en su providencia
que no nos abandona”.
No esperes para mañana el encuentro con Jesús que hoy
puede sanarme y sanarte, llenarte y llenarme de su Vida plena.
Un alivio
para el Papa (RV).- (Audio) Como todos los años,
en estos calurosos días romanos, el Papa se retira a Castel Gandolfo. Pero el descanso
de Benedicto XVI, más que fundarse en la menor cantidad de actividades, y estar en
un lugar más retirado y fresco, está sostenido por la serenidad de la fe. Sí, Benedicto
tiene la respuesta o mejor dicho la esperanza grande, en su propio corazón de creyente
y testigo, de que la solución de los conflictos, escándalos y cosas por el género,
viene con la apertura del corazón de cada uno a la acción de Dios, que es el único
que puede transformar la debilidad, para recibir y vivir el don de Dios.
La
fe fuerte de Papa frágil en su cuerpo por la edad, lo hace profundamente conciente
de la debilidad humana, del fango de miseria en el que nos revolvemos tantas veces.
Pero esta misma fe fuerte le responde que la acción de Dios es más fuerte que el mal
y que el mismo infierno. Benedicto lo dijo claramente el 29 de junio, hablando de
la oposición de Pedro, el primer Papa, a que Jesús afrontara su muerte en cruz: “El
discípulo que, por un don de Dios, puede llegar a ser roca firme, se manifiesta en
su debilidad humana como lo que es: una piedra en el camino, una piedra con la que
se puede tropezar – en griego skandalon. Así se manifiesta la tensión que existe entre
el don que proviene del Señor y la capacidad humana; y en esta escena entre Jesús
y Simón Pedro vemos de alguna manera anticipado el drama de la historia del mismo
papado, que se caracteriza por la coexistencia de estos dos elementos: por una parte,
gracias a la luz y la fuerza que viene de lo alto, el papado constituye el fundamento
de la Iglesia peregrina en el tiempo; por otra, emerge también, a lo largo de los
siglos, la debilidad de los hombres, que sólo la apertura a la acción de Dios puede
transformar.”
Y, cuando habló de la autoridad concedida a Pedro, es decir,
de la verdadera autoridad del Papado, dijo: “aparece claramente que la autoridad de
atar y desatar consiste en el poder de perdonar los pecados. Y esta gracia, que debilita
la fuerza del caos y del mal, está en el corazón del ministerio de la Iglesia. La
Iglesia, no es una comunidad de perfectos, sino de pecadores que se deben reconocer
necesitados del amor de Dios, necesitados de ser purificados por medio de la Cruz
de Jesucristo. Las palabras de Jesús sobre la autoridad de Pedro y de los Apóstoles
revelan que el poder de Dios es el amor, amor que irradia su luz desde el Calvario.
… en efecto, Jesús con su muerte ha vencido el poder del infierno, con su sangre ha
derramado sobre el mundo un río inmenso de misericordia, que irriga con su agua sanadora
la humanidad entera.”
El descanso del Papa es la serenidad de la fe firme,
fuerte. Aumentará en estos días el descanso de la oración en la serenidad de la fe.
Y yo creo saber qué pedirá el Papa en su oración serena que le da descanso. Creo que
pedirá que él, tú y yo, y no solamente aquellos de la familia católica, fieles, peregrinos,
sacerdotes, obispos, cardenales y “cuervos” incluidos, también los ladrones de documentos
reservados, abramos el corazón a la acción de Dios, la única que nos puede transformar.
Para
tu Radio, jesuita Guillermo Ortiz, de Radio Vaticana.
Su Cuerpo entre
Escombros
(RV).- (Audio) En diciembre en Roma,
al centro de Piazza Navona, se arma un pesebre, entre los incontables y coloridos
puestos de venta de piezas para pesebres de todos los tamaños. En 2010 pusieron a
Jesús, María y José en un pesebre armado con escombros, en alusión al terremoto de
L’Aquila, que dejó a tantas familias sin casa. Era una imagen del Hijo de Dios recién
nacido, pero en un pesebre de escombros.
La tierra continúa temblando, y dejando
aquí y allá a tantas familias sin casa y sin trabajo –en muchos casos por la negligencia
de los que pueden preveer y proveer en estas catástrofes terribles, en vez de hacer
negocio también con esto-.
El Sucesor de Pedro volvió a instalar la imagen
de Jesús entre los escombros, cuando en la Solemnidad de Corpus Cristi, en su reflexión
del Ángelus, habló del cuerpo eucarístico de Jesús sepultado en los escombros de los
terremotos que afectaron el norte de Italia a fines de mayo.
Ya no se trata
de una imagen de material: “también el Cuerpo eucarístico de Cristo, en el tabernáculo,
quedó en algunos casos bajo los escombros” dijo Benedicto el 7 de junio de 2012. En
la misma ocasión el Papa dijo, en su idioma a los peregrinos alemanes, que con la
Eucaristía Jesús quiere tocar a la gente en su corazón.
Como en otras catástrofes,
muchos se preguntan hoy: ¡¿dónde está Dios?! Dios está ahí, también entre los escombros,
no solo en silencio, porque no hay palabras en medio de tanta desgracia. Pero está
ahí presente entero, aunque magullado también, entre nosotros, aunque desconozcamos
o no reconozcamos su presencia y su cercanía. Aunque parezca que no basta con que
él conoce nuestro sufrimiento y lo asume en su propio cuerpo… entre escombros, como
uno más de nosotros.
¡PREPÁRENSE! El Gran Presentador jesuita
Guillermo Ortiz
(RV).- (Audio) Vemos hoy a los presentadores
de los grandes en la TV, festivales y espectáculos. Él anunciaba al gran protagonista
ya desde el seno de su madre. Antes de ser un embrión dejó mudo a su padre Zacarías
por lo extraordinario de su nacimiento. Y su madre Isabel reconoce, gracias a él,
la presencia del gran protagonista, cuando todavía lo carga en su vientre.
Ya
hombre, desarreglado, sin cámaras de TV, ni micrófonos de Radio apuntándolo, grita
en el desierto para presentar a su personaje. Y logra una audiencia notable. Pero
a muchos corruptos como Herodías les molesta y da miedo su denuncia. Entonces, como
hoy 2012, desde el poder le cortan la cabeza, después de haberlo puesto ilegalmente
en la cárcel. (Como si amordazarlo o matarlo cambiara el juicio de Dios).
Su
mensaje de presentación es esencial y se puede resumir en pocos términos: Es él no
yo –dice Juan. Jesús es el cordero de Dios que quita los pecados. Yo los bautizo con
agua. Él los bautizará con fuego. ¡PREPARENSE!
Su primo Jesús lo pondera con
cariño: “De los nacidos de mujer, no hay nadie mayor que Juan Bautista” (Mateo 11,11)
Sublime
presentador; Profeta definitivo; denunciador-anunciador; Primo de Jesús; Juan Bautista:
Que tu grito áspero y crudo resuene en mí, para que me des-anestesie y me prepare
al Encuentro vital con Jesús.
(24 de junio: nacimiento del Bautista)
Como
una Tela delante del Pintor
(RV).- (Audio) “Ponerse delante de
nuestro Señor, como una tela preparada delante de un pintor...”.
Si, así refiere
santa Margarita María lo que entiende por oración. Margarita María es la santa que
recibió las revelaciones de Jesús que le mostró su corazón herido “Mi soberano maestro
me hizo ver que mi alma era tela preparada, sobre la cual el quería pintar todos los
rasgos de su vida...”. Eso es para ella la oración: ponerse delante del Señor en el
sagrario de la capilla de su monasterio de monja de la Visitación, donde pasaba largo
tiempo, como una tela preparada para que Jesús pinte los rasgos de su vida.
Y
nos relata: “Yo vi... él me mostró... El me hizo ver... El se presentó a mi alma diciéndome
que mirara...” “Este Divino Corazón me fue representado como en un trono de fuego
y llamas, irradiando de todas partes, más brillante que el sol y transparente como
un cristal, la llaga que Él recibió ahí sobre la cruz aparecía visiblemente. Había
una corona de espinas circundando este sagrado corazón y una cruz en la parte superior”.
En
muchas iglesias y capillas de nuestra geografía nacional. Hay imágenes de Jesús representando
lo que vio santa Margarita María.
Es el mismo Corazón que también hoy palpita
por vos, te llama, te perdona, te invita a vivir su mandamiento de amor.
Son
los más felices
(RV).- (Audio) En la investigación
realizada resultan también los más pobres, porque sostener una familia grande no es
fácil y, ciertamente, si se pone el corazón y la vida en la familia, no hay tiempo
para dedicarse solamente al trabajo o a los negocios. Pero en esta investigación empírica
encomendada a profesionales por el Consejo Pontificio para la Familia en vistas al
VII Encuentro Mundial de las Familias, en la que se han evaluado las ventajas comparativas
entre los diversos tipos de familia, se concluye que las familias bien constituidas
son las más felices. Las parejas se sienten más seguras con el matrimonio. Los hijos
consolidan la pareja y mientras más son los hijos, más enriquecen el círculo de relaciones
sociales dentro y fuera de la familia. Son más fuertes.
Para decirlo desde
el punto de vista negativo, de esta investigación en campo resulta que las familias
que no están formalmente constituidas, las parejas que no tienen hijos o donde solo
hay un hijo, son más frágiles y débiles; tienen más dificultades y problemas de relación.
Desde
el 30 mayo, esta investigación está en el centro de las reflexiones del VII Encuentro
Mundial de Familias, que se realiza en Milán y que ha sido convocado por el mismo
Papa Benedicto, que llega a Milán, en Italia, el viernes 1 de junio y permanece hasta
el domingo 3. “La familia, el trabajo y la fiesta” es el lema del Encuentro internacional.
Una
Suerte de Pararrayos
(RV).- (Audio) Así fue que todo se
fue literalmente congelando, por las peleas; por ese egoísmo en el que el cuerpo y
la vida del otro llegan a ser vendidos y comprados -refiere Antonio-, el testigo. No
fue una causa o un efecto atmosférico, climático- dice-. Eclosionó el rechazo de la
mayoría al diálogo, a la cooperación, al encuentro, porque nadie cedió en sus intereses
particulares. Entonces, hasta la tierra, los bosques, los ríos, el mismo mar, se fueron
congelando, sin el calor humano, sin amistad, sin amor. Y nos íbamos muriendo propiamente
de frío, porque ningún abrigo sirve cuando el calor no viene también de adentro. Cuando
se agrede y se rechaza la vida, se termina siempre como un cadáver, aunque sea un
cadáver maquillado que camina.
Pero un pequeño grupo de personas recapacitó
y reaccionó –atestigua Antonio-. Se dieron cuenta que se podía pensar y actuar de
otro modo. Y se agruparon para darse mutuamente calor, abrigándose entre sí con lo
poco que le quedaba de energía humana a cada uno, en tanta intemperie. Y fue como
si así abrazados constituyeran una suerte de pararrayos, porque fue ahí que descendió
fuego del cielo. Pero no como un rayo que quema y destruye. Fue una luz que nos iluminó
por dentro, que nos purificó, que nos revivió el amor y por tanto la vida; las ganas
de trabajar juntos, de amistad, de encuentro; de familia. Y desde ese foco, el mundo
agonizante comenzó a resurgir, a revivir, a cobrar sentido y dirección. Claro, como
es algo vivo y en movimiento-afirma Antonio-, este fuego de Amor necesita combustible.
El combustible es nuestra propia vida ofrecida y abierta al Amor de Dios.
Hacia
lo más alto
(RV).- (Audio) Cayó tres veces y
más, pero volvió a levantarse una y otra vez hasta subir a lo más alto. Se levantó
porque tenía un motivo preciso, un objetivo decidido, una intensión clara. Cayó tres
veces y más, porque hundido en el pozo de la muerte, descendió hasta los fondos del
infierno mismo. Pero se levantó hacia lo más alto y más ancho de la vida, resucitado
con heridas, hacia la plenitud del amor. Según sus huellas, lo que cuenta no es
lo que parece y aparece: desfigurado y roto. Lo que importa es el objetivo, el sentido
principal. Lo que define el camino es la intensión. Esa tensión de amor que mueve
a vencer el egoísmo para entrar en la vida plena que vale la pena. Esa in-tensión
que en movimiento ascendente, impulsa al encuentro con los otros para vivir la fiesta
de la comunión. Señor Jesús, quiero vivir esta tensión, ese movimiento del amor
al que me invitas y que sube a lo más alto y ancho de la Vida que rebosa tu Corazón.
No
quiero que el movimiento de mi vida sea el de la hoja al viento cada vez más marchita,
que cambia caprichosamente; que sube y baja sin sentido, con la única dirección del
interés mezquino; que apenas brilla en una efímera danza, remolino del aire.
Como
tu Señor Jesús, quiero que mi movimiento sea siempre determinado por la tensión gozosa
del amor generoso que mueve, rebalsa y derrama tu Persona. Quiero crecer hasta la
Vida plena que ofreces como Hijo de Dios a tus hermanos.
Se Hicieron
Uno con Él
(RV).- (Audio). Es parecido al papá
dicen del recién nacido. Después el niño crece y se identifica con un modelo, un
héroe; idealiza un deportista, un hombre público, un profesional y decide imitarlo.
Una cualidad, un don humano esencial es que “Somos y nos hacemos”; nos modelamos y
nos dejamos modelar bien o mal, por las fuerzas naturales internas y por los paradigmas
de las culturas. Y se forman grupos de pertenencia; se generan culturas; modos de
ser, de vivir y morir.
A este punto de la vida tu ¿de quién sigues las huellas?
El
cristiano tiene ante los ojos a Jesús de Nazaret; se abisma en su misterio, no ve
a nadie más fuerte ni poderoso en amor y fidelidad, capaz de luchar contra el mal
y la muerte y vencerlos con su propio cuerpo, sangre, alma, divinidad.
Muchas
conceptos expresan este abismarse en Cristo para crecer con Él, por Él, en Él, para
alcanzar la estatura del crucificado resucitado, su gozo en el Amor: imitación de
Cristo, configuración, conformación, transparencia... “Ya no soy yo sino Cristo que
vive en mí” confiesa Pablo de Tarso, subyugado por la fuerza de su perdón y de su
amor victorioso.
En cualquier caso sucede lo que vemos con tantos jóvenes:
la identificación con Cristo mueve a unirse en grupo; a salir del egoísmo para abrirse
al otro; para generar puentes, vínculos, comunidad, comunión; para construir juntos
en el perdón y el amor mutuo una familia de hermanos, especialmente con los más frágiles
y pobres.
La lucha por la vida
(RV).- (Audio). Por eso el enemigo
lo atacó con esa furia. Con armas diversas se combate hoy aquí y allá por un pedazo
de tierra, un espacio de poder, una herencia. En el fondo se lucha por la felicidad,
pero de modo cruel, porque mi hermano sangra; agoniza a causa de mi avidez por poseer,
por dominar, por mi ansiedad de sentirme bien a toda costa aquí y ahora, aunque corran
ríos de sangre de las víctimas; de niños, mujeres, ancianos. Así comanda su ejército
de adictos el Mal.
Por eso el Enemigo lo atacó a él con tanta furia. Vio que
podía liberarnos de la adicción, de su mentira asesina, del miedo que nos impone.
Si lo vencía tenia ya el triunfo asegurado. Un combate capital fue en el desierto
árido, sin comida y bajo el abismo sin fondo del silencio de Dios, y después en el
cadalso infame. Le dijo: Tu puedes saciarte aquí y ahora. Con la fama de tus milagros
todos se pondrán a tus pies.
Pero este Guerrero conocía bien el hambre de su
pueblo. Hizo lo diametralmente opuesto: se ganó la fe de la gente partiéndose el
mismo en incontables pedazos de pan sustancial; no apropiándose y guardando para sí
nada, sino entregándose a sí mismo todo entero. Ese pan que apenas es más que una
partícula, alimenta en millones de humanos el deseo de donarse a los demás. Ellos
encuentran así la felicidad, la vida. No en la avidez posesiva de cosas y poder, sino
en el dar hasta morir por el otro.
El Guerrero que parecía derrotado definitivamente,
se levanto de entre los muertos, invicto, y ató al enemigo como a un león enjaulado,
que solamente te muerde y te infecta de muerte, si entras voluntariamente en su círculo
infernal.
También tú y yo estamos en esta lucha por la felicidad.
Desde
tus mínimas partículas jesuita Guillermo Ortiz (RV).- (Audio) Hoy es automático.
En la misma perilla que abre el gas de la hornalla de la cocina también está la chispa
que enciende el fuego. Era antes y en el campo, cuando por la mañana temprano había
que remover la ceniza gris para descubrir debajo el tizón y avivar el fuego necesario
para el desayuno. Últimamente se supo por las noticias que algún volcán de la Cordillera
de los Andes esta escupiendo cenizas que el viento dispersa lejos y, en estos tiempos,
la incineración de los cuerpos es más común que antes y se escucha, especialmente
de los famosos, que esparcieron sus cenizas al viento en el funeral. Más gris o
blanca, puñados de ceniza se han dispersado desde todas los templos católicos del
mundo, en el dibujo de la cruz en la frente de los penitentes, el pasado miércoles
de ceniza. La ceniza bendita te recuerda a ti y a mí la fragilidad, levedad y brevedad
de nuestro barro y el extraordinario poder del amor de Dios, que es capaz de rehacernos
inmortales, desde unas mínimas partículas. Solo Dios puede hacerlo. Desde su tremenda
inmensidad Dios ve los castillos de arena que intentamos con nuestras pobres cenizas
consistentes aún y nos enseña que si mezclamos ahora esta ceniza nuestra con el agua
bendita del bautismo, y la enderezamos por el camino de Cristo, ya no será nuestra
existencia un fantasioso castillo de arena. Será santuario del mismo Dios invencible,
victorioso, animador de la fiesta sin fin.
Tormenta de Ceniza jesuita
Guillermo Ortiz (RV).- (Audio) Sí, tuve una visión
fugaz del vencimiento de todo; no solamente de los alimentos, los remedios, cosméticos,
materias y elementos, sino también de nosotros mismos- relató Teófilo Pereira. Separándose
del polvo de la tierra y los minerales, la tormenta de ceniza fue primero sutil, después
se hizo densa; gris, como los cabellos del anciano. Era la ceniza del hombre, creado,
crecido y fenecido a lo largo de todo el tiempo y la historia, y a lo ancho del extenso
globo trajinado, países, continentes, hemisferios. ¿Van hacia dónde las cenizas?
¿Hacia dónde convergen?, me preguntaba sin caer en la cuenta de que yo mismo soy parte
de esa masa volátil, marcado también con la ineluctable fecha de vencimiento. Y
vi, como en un sueño, que todo convergía hacia el Hijo del hombre, vivo, resucitado;
resurgido victorioso de su propia lucha contra la muerte y la nada; triunfante por
él y por nosotros. Frente a él se arremolinaron montañas de ceniza en siluetas
de hombres y mujeres primero. Después se reconstituyeron milagrosamente en su forma
humana de carne y huesos. Pero seguían siendo muertos, como zombis, hasta que él,
el Guerrero viviente, insufló en cada uno su propio Aliento de Vida y les dio Vida
nueva. Les sopló un aliento luminoso y llameante; un aliento de Fuego.
Hermanos
Por Elección jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Audio) Por el pasillo
del tren circulaba un hombre de unos 50 años. Otro que estaba sentado, le gritó bien
fuerte “Hermano”. El hombre que caminaba por el pasillo se dio vuelta y lo reconoció.
Quizá le reconoció la vos o el modo de decirle hermano o que sé yo. Se abrazaron como
los que hace tiempo que no se ven y con mucha alegría. Se sentaron juntos a conversar.
No se parecían en nada y no eran hermanos, sin embargo por esas cosas de la vida se
sentían hermanos, no sé, hermanos es algo más que amigos. Amigos parece algo más espiritual,
mientras que hermanos es como si algo material como la misma sangre corriera por las
venas de los dos, algo muy concreto los unía de modo que no tenían miedo de llamarse
hermanos entre ellos y de estar y dialogar como tales. ¿Qué les habrá sucedido juntos
para que estos hombres se sintieran hermanos? Los cristianos tenemos una razón
muy especial y concreta para llamarnos hermanos y es que el hijo de Dios se hizo como
nosotros, uno de los nuestros en el vientre de María de Nazaret y haciéndose uno de
los nuestros se hizo hermano nuestro en todo. Solo por esto, porque el Hijo de Dios
se hizo hombre, Dios Padre nos acepta como hijos y así, en Cristo todos los bautizados
somos material y espiritualmente hermanos. No porque en nuestras venas circule la
misma sangre sino porque respiramos el mismo Espíritu de Dios, que es la fuerza y
el aliento de Dios en nuestra vida; aquello que nos permite la comunión en la fe,
la esperanza y el amor cristiano. Hace Jesús que vivamos como hermanos. Del
18 al 25 de enero: Semana de Unidad de los Cristianos
Contra toda esperanza jesuita
Guillermo Ortiz (RV).- (Audio) Es hermosa la imagen del anciano Simeón de larga
barba blanca, los ojos aguzados en el horizonte, esperando. Es bello por esto, porque
se hizo viejo esperando; sin perder la esperanza. Espera en el templo, rezando y contemplando,
porque Dios le ha prometido que no morirá sin haber visto al “Sol de justicia”. Sosteniendo
a Jesús en sus brazos, con el alma colmada de gozo, de alegría, reza: “Ahora Señor
puedo morir en paz, porque mis ojos han visto… La luz que ilumina a las naciones,
la gloria de tu pueblo…”.
Simeón es imagen del Dios rico de tiempo. Así como
el padre bueno del hijo pródigo, que subido a la terraza mira el horizonte deseando
el regreso del hijo perdido, es la bellísima imagen del Padre Dios que no se cansa
de esperarnos a ti y a mí, así, la imagen de Simeón es la contra cara de la misma
esperanza del Dios rico de tiempo, pero en el rostro y el corazón del ser humano.
¡Cuantos de los que están a tu lado, a mi lado, se están haciendo viejos de esperar!
Peregrinan el largo camino de la esperanza sin desistir, sin abandonar, sin aflojar.
Como Simeón creen que Dios no falla; que Dios es demasiado rico de tiempo; pero cumple
lo que promete.
La hermosa imagen del viejo Simeón en la presentación de Jesús
en el templo es una reconfortante invitación a seguir esperando contra toda esperanza,
porque Dios no nos defraudará ni a ti ni a mí, si no desistimos en la esperanza. (jesuita
Guillermo Ortiz - RV).
Dejemos crecer la ternura jesuita
Guillermo Ortiz (RV).- (Audio) No nos amputemos la ternura del corazón, hagámosla
crecer con la caricia a los más indefensos. La imagen del pesebre con María y José
cuidando al Niño Jesús suscita en nosotros ternura, y esperanza de futuro de la familia
humana. Pidamos a Jesús, cuidado por María y José, que nos ayude a dejar crecer la
ternura con el gesto de amor, con la caricia a los próximos más frágiles, esos que
se hacen invisibles ocultos por el sufrimiento, verdaderas víctimas de la injusticia.
Contrasta
terriblemente esta imagen del Pesebre con la crueldad de Herodes, esa violencia que
hoy también es noticia por la masacre de cristianos en Nigeria, por ejemplo, y tantos
otros martirios, empezando por el mismo Jesús, el inocente por antonomasia, que no
fue alcanzado por Herodes esa vez, pero al final fue crucificado.
Asusta hasta
dónde podemos llegar tú o yo. Podemos mutilarnos del corazón la ternura a tal punto,
que ya no nos remuerda la conciencia el desprecio del otro, como les pasó a Herodes
y a los que lo indujeron al crimen.
Tanto la ternura como la crueldad pueden
crecer en nosotros, depende a qué le damos cabida; qué dejamos que crezca en nosotros.
Ignacio de Loyola habla de la conciencia fina y de la conciencia laxa. Con
la oración; con la escucha y la contemplación del Pesebre, de la Palabra hecha carne,
se afina la capacidad de sentir y conocer las inspiraciones de Dios; crece la ternura,
el amor. Ese amor con el que Jesús vence la crueldad. (jesuita Guillermo Ortiz – RV).
El
rechazo también es una puerta jesuita Guillermo Ortiz (RV).- (Audio)
Se terminó la ira de Dios con el niño que nace pobre y humilde en Belén, con el único
abrigo de la ternura y el amor de su Madre María y José carpintero. Con Jesús en el
pesebre -el niño de la no-violencia-, se terminó el furor del trueno, el terremoto
y el rayo que acompañaban las manifestaciones de Dios en el viejo testamento. Música
y luz, ternura, amor, paz, son ahora los signos de la presencia del Dios-con-nosotros,
y la paciencia, el perdón, la reconciliación son su camino, el camino del encuentro;
de la construcción de la familia humana nueva en germen.
Sin embargo hay quienes
hoy continúan con su violencia asesina. La violencia del egoísmo, de los intereses
particulares, que dominan, como somete y esclaviza la droga, sigue sembrando luto
y dolor con su estruendo y sus rastros de sangre.
¿Cómo entrará Dios en nuestro
mundo?
Entró y avanza por la misma puerta del rechazo. Nace pobre porque no
hay lugar para él en el albergue y alcanza la vida plena con el martirio, porque su
“pobreza” y su asesinato son testimonio de su amor por nosotros. Y Dios-amor triunfó,
triunfa y triunfará. “La verdadera imitación de Cristo es el amor… el martirio secreto",
dijo Benedicto XVI. Aquellos que ponen en práctica los mandamientos del Señor le rinden
testimonio en cada acción, porque hacen aquello que Él quiere y con fidelidad invocan
el hombre del Señor. Como en la antigüedad también hoy la sincera adhesión al Evangelio
puede pedir el sacrifico de la vida de muchos cristianos y en varias partes de mundo
están expuestos a persecuciones y a veces al martirio. Pero, nos recuerda el Señor,
“Quien persevere hasta el fin se salvará” (Mt 10,22). (jesuita Guillermo Ortiz – RV).
¿Llegaron
al lugar preciso?, ¿Qué puedes ver tu y yo si buscamos en el misterio?
Vieron
y vemos: Un niño en la miseria de un establo, pero cuidado por sus padres con todo
su amor. Vemos una familia pobre pero amante y por tanto vemos futuro, como es la
vida palpitando en el corazón de un hijo recién nacido. Es algo hermoso, sagrado.
Ahí está ya todo el hombre pero para alcanzar su estatura plena necesita todo nuestro
amor. En realidad pide la vocación esencial del ser humano: ayudar a crecer.
Ya
hay futuro, promesa, esperanza en la imagen de cualquier pareja con un niño en los
brazos. Pero esta familia ahí, en un hueco de la noche y del mundo es como una flor
en un pantano; entre el estiércol de un establo. ¿Qué harías tú ahí? Los escritos
sagrados hablan de signos maravillosos, como la cometa y el coro de ángeles que cantan
“Gloria”, esos que en mi pesebre navideño son hoy de cartón y luz de corriente eléctrica.
¿Quién vio y escuchó?
Aquellos trabajadores que cuidaban por la noche sus ovejas
contaron a María y José que un ángel de Dios les dijo: «No teman, les traigo una buena
noticia… les ha nacido un Salvador… encontrarán a un niño recién nacido envuelto en
pañales y acostado en un pesebre». Y una multitud de ángeles alababa a Dios: ¡Gloria
a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él».
Liturgia Oración:
Dios nuestro, que de modo admirable creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y de
modo aún más admirable lo elevaste con el nacimiento de tu Hijo, concédenos participar
de la vida divina de aquel que ha querido participar de nuestra humanidad.
Aleluya,
les anuncio una gran alegría: hoy nos ha nacido el Salvador que es Cristo el Señor.
Aleluya
Nacimiento de Jesús - Del Evangelio según san Lucas 2,1-16
En
aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara
un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la
Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía
a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de
Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio
a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque
no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores,
que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el
Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un
gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia,
una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un
Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un
niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y junto con el Ángel,
apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él». Después
que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos
a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente
y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
Ant.
Y el Verbo se hizo carne y hemos visto su Gloria.
Bendición Que desde el Santuario
de San Pedro en Roma, llegue en esta Navidad la Bendición de Dios para ti y tu familia,
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡FELIZ NAVIDAD!
El
Eco del Anuncio en Tu Corazón jesuita Guillermo Ortiz (RV).- (Audio)
Resonará nuevamente “La Voz del Papa” el 24 y 25 de diciembre, para actualizar al
mundo entero la Buena Noticia de Jesús, nacido en un establo, envuelto en pañales
y, sobre todo, por la caricia tierna de su Madre y por los cuidados amorosos de José
carpintero de Nazaret.
El deseo de los que hacemos Radio Vaticana en lengua
española es, que el eco de esta Buena Noticia para todos los que buscan a Dios, llegue
a tu casa estimadísimo oyente, a la gente de tu comunidad, a tu familia, como una
caricia del Amor tan grande de Dios también para tu corazón herido. Que el eco de
este anuncio reencienda la luz de la esperanza. ¡Sí! El Hijo de Dios nacido en el
pesebre camina con nosotros y su Amor puede transformar el mundo.
Como los
pastores, adoremos al Verbo hecho carne unidos al Papa, con todos los cristianos del
mundo.
¡Feliz Navidad!
Redacción de Programas en lengua española (jesuita
Guillermo Ortiz – RV).
Dios ofrece algo lindo jesuita
Guillermo Ortiz (RV).- (Audio) Escuchemos en esta Navidad el anuncio feliz;
el anuncio de que Dios no nos deja solos. Así, en un corral de animales, Jesús es
el Hijo de Dios que no nos abandona, viene a acompañarnos; a estar con nosotros; viene
para ser uno como nosotros, a pasar por nuestros trabajos, penas, pobrezas, dificultades,
y para mostrarnos que lo Dios ofrece es algo muy lindo y bueno como lo que le paso
a él mismo. Jesús trabajó, sufrió y murió como nosotros, pero ¡Resucitó! Viene para
que conozcamos el Camino de la Vida plena y feliz.
Nos gustaría más que el
Padre Dios fuera como ese Papa Noel que trae regalos lindos. El regalo del Padre Dios
es su propio Hijo Jesús que en nuestra propia carne nos acompaña, de modo que podamos
llegar con Él a la vida plena y feliz. Como dice Ignacio de Loyola: para que siguiéndolo
en la pena, también lo sigamos en la gloria (Cfr. Ejercicios 95).
El Árbol
de Navidad que vemos hasta en los lugares menos religiosos, nos recuerda que hay árboles
que no dan frutos venenosos, que matan –como tantos hombres y mujeres que han elegido
el camino del desprecio y maltrato de los hermanos-. También hay árboles que dan frutos
buenos, sanos. Hay un fruto que cura, que es medicina para el cuerpo y el alma. Por
eso le decimos a la Virgen: “Bendito el fruto de tu vientre”. Jesús, el fruto bendito
del vientre de María - representado en esos frutos brillantes del árbol de Navidad-,
es bueno y nos da la vida plena que tu y yo a veces buscamos en lugares equivocados.
Ese fruto bendito del vientre de María de Nazaret en el pesebre nos alimenta en serio,
es medicina, nos cura del mal y nos llena con la fuerza y la luz de la Vida viva.
Si
de veras escuchamos atentamente, y contemplando tratamos de penetrar el corazón del
Misterio de Navidad, la oración nos moverá a ponernos de rodillas para adorar al Verbo
hecho carne, como lo hicieron los pastores y los magos de oriente, y nos moverá a
abrir el corazón a los otros, sobre todo a los más necesitados.
Obra
Maestra jesuita Guillermo Ortiz (RV).- (Audio) Todo verdadero “artista”
tiene su obra maestra. ¿Cuál es la “obra maestra” del Artista con mayúscula? La
obra maestra del Creador es fruto del diálogo con un ser humano. Porque lo más grande
de la creación es el ser humano, que puede pensar, elegir, decidir, amar, como Dios
mismo. Después de siglos de intentos, por no decir ensayos –dado que Dios no tira
los borradores a la basura como otros artistas-; después de tanto tiempo de buscar
una rendija en el corazón humano clausurado al otro -como la puerta de un negocio
que terminó fraudulento-, el Artista divino encuentra en Nazaret una joven hermosa,
ungida en el cuerpo y el alma de inviolada esperanza; pudorosamente abierta a la potencia
fecunda del Misterio. El gran Artista la esposa y la hace Madre de Jesús; del Amor
hermoso que recrea el mundo masacrado desde los corazones que se abren y responden
¡Si!, como Ella. La liturgia invita: “canten al Señor un canto nuevo, porque hizo
maravillas”: En la inmensa creación agonizante, corrompida, devastada, brota un retoño
fiel a su “si” al amor y a la vida, que florece y da un Fruto que transforma el mundo
con la semilla nueva del Amor santo. Esta es la obra maestra de Dios, que podría
llamarse “Victoria”, porque es el triunfo del diálogo amoroso que alcanza la plena
comunión entre Dios y el ser humano, pero se llama solamente “María”; María de Nazaret,
la Madre de Jesús y de toda nuestra familia. ¡Gracias Madre querida!