2012-02-14 11:24:22

Una provocación a la sensibilización para despertar y reforzar el entusiasmo pastoral


(RV).- En su intervención de ayer durante la apertura del II Simposio del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa y de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar que se celebra en Roma hasta mañana, el Cardenal Josip Bozanic, Arzobispo de Zagreb, durante la sesión de apertura de ayer, explicó que la colaboración entre los Obispos africanos y europeos comenzó sobre la base de la comunión sacramental como profundización de la común responsabilidad por la evangelización y la promoción humana de los dos continentes.

Y recordó que este Simposio es una oportunidad para reforzar su comunión y profundizar su amistad, a fin de ver juntos la común misión pastoral y evangelizadora. Puesto que –como afirmó el Purpurado– “somos conscientes de que en este momento histórico nos encontramos ante el desafío de la Nueva Evangelización”.

Del tema sugerido por este Simposio, que está compuesto por dos expresiones “comunión y colaboración pastoral”, el Cardenal Bozanic destacó que, en este sentido, desean hablar de evangelización partiendo de una experiencia de vida, es decir su misma comunión, con vistas a una misión específica, que es la del pastor. En esta misión –prosiguió– que consiste en la curación de las personas, está presente todo, es decir, tanto las preocupaciones sociales como las espirituales, que no se separan por “ser dimensiones de un mismo desarrollo integral de la persona y de la sociedad humana”. De modo que para comprender esta unidad es necesario la apertura al Absoluto, tal como lo recuerda el Santo Padre en su encíclica “Caritas in Veritate”, cuando afirma que “El humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano. Solamente un humanismo abierto al Absoluto nos puede guiar en la promoción y realización de formas de vida social y civil”.

Por esta razón reafirmó que en la pastoral deben ante todo estar abiertos a la inspiración del Espíritu Santo. “No podemos olvidar –dijo textualmente– las indicaciones del Papa Juan Pablo II al inicio del Nuevo Milenio, cuando recordaba que cuanto se quiere proponer en la programación pastoral debe estar “profundamente enraizado en la contemplación y en la oración”. Por eso añadió que le parece importante, que este Simposio sea ante todo un tiempo de oración y, al mismo tiempo, una provocación a la sensibilización de sus participantes para “despertar y reforzar” su entusiasmo pastoral. Y esto es cuanto se ha querido subrayar con el subtítulo: “El hombre y Dios: la misión de la Iglesia de anunciar la presencia y el amor de Dio”.

También destacó que concluirán este Simposio con dos momentos muy significativos, a saber; la audiencia con el Santo Padre, el próximo jueves, y la peregrinación que harán a Manoppello para acercarse al Rostro Santo, allí donde está custodiado, a fin de encomendar su trabajo al Señor Jesús. “Encomendado al Seños nuestro trabajo –concluyó–, espero que sea para cada uno una experiencia rica y fructuosa”. (María Fernanda Bernasconi – RV).







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