“Hacia la curación y la renovación”: el deber de la verdad.
(RV).- La conmoción del escándalo de los abusos sexuales a menores perpetrados por
miembros del clero católico, su devastación y consecuencias fue el eje central de
la intervención del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich, clausurando ayer
el Simposio internacional “Hacia la curación y la renovación”. Un simposio promovido
por la Santa Sede y organizado por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma para
dar luz y enfoques, en vista de las directrices que las Conferencias Episcopales han
de preparar este año sobre este tema.
El purpurado alemán usó palabras durísimas
contra los que de algún modo “cubrieron” los abusos para ofuscar el problema. “La
Iglesia -afirmó el cardenal Marx- debe hacer todo lo posible para superar esta tensión
entre apariencia y realidad. Se trata de mirar cara a cara el pecado y proceder por
el camino del arrepentimiento, por ello es indispensable buscar la verdad y expresarla
públicamente, reconocer la culpa y tomar medidas concretas”. “La Iglesia está llamada
a un gran compromiso moral y responsable para un camino de curación, de renovación
sincera y de reparación, como ha pedido el Papa Benedicto XVI.
En el Simposio
una vez más se ha insistido en que las víctimas de los abusos de los pedófilos vienen
en primer lugar y que la atención hacia ellas debe dar precedencia a lo demás. No
por casualidad, abrió el encuentro, el lunes, el doloroso testimonio de una víctima,
Mary Collins. Durante el Simposio se ha insistido que “la búsqueda de la verdad es
una exigencia y un deber inevitable de justicia”. Que es necesario también ser exigente
en la formación y selección de las personas candidatas al sacerdocio y a la vida consagrada
y que es indispensable siempre colaborar con las autoridades civiles y judiciales
en la lucha contra la pedofilia.
Pero sobre, estos cuatro días de debates y
encuentros en la Gregoriana han puesto de manifiesto la oración común de la Iglesia
y su esperanza y fe en la Misericordia divina que “es la única que cura y renueva
plenamente”. Porque como ha escrito Benedicto XVI en su carta enviada hace dos años
a los católicos irlandeses: “el arrepentimiento sincero abre la puerta al perdón de
Dios y a la gracia de la verdadera penitencia”.
Durante la Conferencia de
prensa de clausura ayer tarde en el ateneo de la Gregoriana fue ilustrado la creación
de un centro para la protección de menores que será, como explicó el rector padre
François-Xavier Dumortier, “un instrumento de aprendizaje, moderno, didáctico y de
búsqueda de respuestas globales, fácil de usar para difundir una cultura de la escucha,
de la reflexión para acabar con los abusos. ER - RV