(RV).- "Ser la conciencia de la nación". Ésta es la tarea a la que la Iglesia está
llamada hoy en la India. Son palabras del cardenal Oswald Gracias, Presidente de la
Conferencia Episcopal de la India (CECI), en la apertura de los trabajos de la 30ª
Asamblea General de la India que se está celebrando hasta el 8 de febrero sobre el
tema: "El papel de la Iglesia para una India mejor”. En su intervención -según ha
informado la agencia UCAN- el arzobispo de Bombay invitó a sus hermanos a reflexionar
sobre el bien que ha hecho la Iglesia, y también sobre lo que ha dejado de hacer o
ha sido incapaz de realizar para mejorar el país, a partir de la lucha contra el las
desigualdades sociales.
En este sentido, el cardenal expresó su preocupación
por la aparición en la India de dos realidades. Una India rica, y otra de pobres y
marginados, con un crecimiento de la intolerancia religiosa. Estos temas, dijo, representan
una oportunidad y un desafío para la Iglesia. Y sobre el papel de la Iglesia frente
a estos retos se centró la intervención del Secretario General de la Conferencia Episcopal
de la India, Mons. Albert D'Souza, que trazó un panorama de la situación socio-política
del país en su informe introductorio, en el que señaló que "hay un generalizado deseo
de transparencia en la vida pública, y una demanda de mayores oportunidades de crecimiento
y desarrollo, para construir una nación fuerte y vibrante”. "Esto, dijo el prelado,
será posible" sólo con un esfuerzo de colaboración de todas las fuerzas sociales del
país "y entre ellas la Iglesia”.
En la Asamblea de los obispos de la India
participan asimismo el cardenal Peter Turkson, Presidente del Consejo Pontificio para
la Justicia y la Paz, y Mons. Salvatore Pennacchio, nuncio Apostólico en la India.
Según informó la Agencia Fides, el nuncio puso de relieve el pluralismo de la Iglesia
de la India, donde las comunidades católicas "trabajan juntas para el desarrollo de
la nación a través de una amplia red de instituciones de servicios y organizaciones.
" Es importante preservar este valioso patrimonio de la Iglesia en la India, adaptándose
al mismo tiempo a la modernización del país", señaló Mons. Pennacchio, quien recordó
la tarea concreta de la Iglesia de "fomentar las pequeñas comunidades cristianas,
asistir a los pobres y marginados y, en este contexto, sobre todo los dalit (los “miserables”:
término más bajo en las castas) cristianos, para que puedan ver reconocidos sus derechos
constitucionales. Según el cardenal Turkson, si la Iglesia en la India quiere trabajar
"para una India mejor" deberá obtener, como condición previa "la confianza de todas
las personas y ser ella también digna de confianza", por esto los obispos deben ser
"hombres de confianza en la casa de Dios".
Durante la reunión, los obispos
están examinando los problemas de la conversión, las limitaciones de la libertad religiosa
y la discriminación contra los cristianos. Algunos obispos han señalado que la India
ha aprobado una serie de leyes que prohíben la conversión, destinadas principalmente
a los misioneros cristianos. Disposiciones que vienen aplicadas a muchos misioneros,
acusados de "practicar conversiones". Algunos han sido procesados. Los grupos extremistas
usan estas denuncias para golpear a los líderes y fieles cristianos. La conversión
al hinduismo, sin embargo, no es un delito, y los grupos hindúes siguen convirtiendo
abiertamente a grupos tribales al hinduismo. Por otra parte, según fuentes de la sociedad
civil de la India, muchas organizaciones de los grupos religiosos hindúes reciben
fondos del gobierno para la construcción de escuelas y centros comunitarios, en favor
de los miembros de las castas más bajas de los pueblos indígenas. Estas organizaciones
hindúes adoptan los mismos métodos que los misioneros, ofreciendo prestación de asistencia
social y educativa.