(RV).- La Presentación de Jesús en el templo constituye un icono elocuente de la
entrega total de la propia vida para cuantos, hombres y mujeres, están llamados a
reproducir en la Iglesia y en el mundo, mediante los consejos evangélicos, “ los rasgos
característicos de Jesús virgen, pobre y obediente”. Por ello, el beato Juan Pablo
II eligió la fiesta de hoy para celebrar la Jornada anual de la vida consagrada, enfatizaba
Benedicto XVI en esta fiesta, el año pasado. Ante los desafíos de nuestro tiempo y
con una exhortación especial a un testimonio cristiano luminoso y coherente, el Papa
aseguró - un día como hoy hace un año- su afecto a los numerosos consagrados y consagradas,
que desarrollan su apostolado en todos los rincones de la tierra. (Audio) (Raul Cabrera)