(RV) «El Beato Juan Pablo II regresa a Colombia», como anuncia el Postulador de la
Causa de Canonización del Papa Karol Wojtyla, que acompaña la reliquia del Pontífice:
Proveniente
de Roma, la Reliquia del Beato Juan Pablo II - su sangre – llega este viernes 20
de enero a la nación colombiana, donde permanecerá hasta el domingo 22, y donde se
han organizado diversos actos de veneración, para invocar la reparación espiritual
de las víctimas de la violencia y la redención para Colombia.
«Vengo a compartir
vuestra fe, vuestros afanes, sufrimientos y esperanzas». Es el lema de esta peregrinación
que se inspira en las palabras que Juan Pablo II pronunció a su llegada a Bogotá,
el 1 de julio de 1986. «Vengo como Mensajero de Evangelización que enarbola la cruz
de Cristo, deseando que su silueta salvadora se proyecte sobre todas las latitudes
de esta tierra bendita», dijo después de besar el suelo colombiano, que 18 años antes
había acogido con afecto filial a Pablo VI.
«Pasaré por todas partes bendiciendo»,
dijo también Juan Pablo II, destacando el fervor y la fe del Pueblo de Dios, en Colombia
y en el amado continente latinoamericano. Escuchemos sus palabras:
«Vengo a
compartir vuestra fe, vuestros afanes, sufrimientos y esperanzas. A todos vaya, desde
este primer momento, mi saludo eclesial y mi bendición. Sí, pasaré por todas partes
bendiciendo, porque sé que vosotros, como todos los hijos de este amado continente
latinoamericano, estáis convencidos de que la bendición es expresión connatural de
la actitud religiosa, de la proximidad de Dios que efunde su infinita bondad en todos
los corazones».
Los actos de veneración de la Reliquia del Beato Juan Pablo
II empezarán en la Catedral Primada en Bogotá y culminarán el domingo con el Santo
Rosario por la Paz y por las víctimas de las violencias, que se rezará en Cartago,
diócesis colombiana que celebra su Año jubilar.
Casi inmediatamente después
de la beatificación, en el verano del año pasado, comenzó espontáneamente la solicitud
de la pellegrinatio de las reliquias del Beato en diversas realidades eclesiales,
señala el Postulador mons. Slawomir Oder y recuerda que «las reliquias son un signo
tangible de la presencia de los santos entre nosotros. La Iglesia permite su veneración
porque son instrumentos que nos ayudan a orientar nuestras oraciones a Dios por intercesión
de nuestros amigos los santos». CdM