(RV).- (Audio) La actividad de los
Misioneros salesianos en el Alto Orinoco, en el corazón de la selva amazónica entre
el pueblo de los Yanomami, con una misión fundada hace 55 años. Vida Consagrada, destello
de la infinita misericordia de Dios abre un capítulo dedicado a la gran obra de San
Juan Bosco, fundador de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales, el 18 de diciembre
de 1859, actualmente con su rama femenina y masculina tiene la gran misión de apoyar
a la juventud. Presente en todo el mundo, el apostolado de San Juan Bosco se enriquece
también de la tradición y la cultura del gran pueblo Yanomami, enclavado en la Selva
amazónica entre Venezuela y Brasil. Nuestro invitado de honor hoy es el Padre Eduardo
Marroquín, SDB, natural de Fuentebureba, Burgos, España, quien en secuencias radiofónicas
nos transmitirá el testimonio que la familia salesiana rinde entre el pueblo Yanomami
donde hace 55 años existe una misión dedicada a la evangelización, la educación y
la cooperativa. Producción: Patricia L. Jáuregui Romero
Vida Consagrada,
destello de la infinita misericordia de Dios, espacio radiofónico en onda en nuestra
edición vía satélite todos los martes a las 17.30 UTC .
CARTA DE P. EDUARDO
MARROQUÍN SDB: Me llamo Eduardo Marroquín y Ya estoy cumpliendo 6 años entre
estos queridos indígenas Yanomami, desde que llegué en septiembre del 2004. Algunos
ya me conocéis porque procedo de la inspectoría de Bilbao. Para los que no, les presento
mi trabajo. Aquí estamos en el Alto Orinoco (Amazonas) y sólo nos movemos por el
río con barcas o caminando por la selva con ayuda de guías indígenas. Nuestro trabajo
se centra en tres apartados: la evangelización, la educación y la cooperativa. Quiero
hablar un poco de cada una. La evangelización: el pueblo yanomami es muy religioso,
reza con confianza a Papá Dios. Eso lo vemos en la oración de los fieles tanto en
la eucaristía con los cristianos como en las celebraciones de la palabra con los catecúmenos.
Rezan largo, pausado, viviendo lo que dicen. La iglesia yanomami está surgiendo con
fuerza. Tiene abundantes mitos en su cultura, con valores humanos de generosidad,
solidaridad, compartir, hospitalidad. Nosotros queremos con la Buena Noticia de Jesús
ver qué novedad llega al pueblo yanomami desde su riqueza cultural como pueblo. Ellos
dicen que donde están los misioneros la comunidad ha encontrado la paz, las familias
están unidas; y por eso nos quieren y les agradecemos su cercanía y presencia. Es
muy interesante los tiempos litúrgicos principales: Pascua y Navidad, en los que participan
muy activamente y muestran los rasgos de su cultura en la liturgia; también en los
sacramentos sobre todo el bautismo, tiene una gran riqueza expresiva. Otro campo
es la educación: llevamos adelante las escuelas en muchas comunidades y con maestros
yanomami; les damos formación y talleres a los docentes; también cuidamos los buenos
días con educación en valores, el aspecto religioso con las fiestas salesianas y marianas
del año que las esperan con alegría y participan. Les gusta mucho el teatro, la escenificación,
el baile, la música… En la cooperativa recogemos su artesanía: cestas, flechas…
y les damos machetes para sus conucos-huertas, material-rollo y anzuelos para su pesca,
jabón, sal, ollas, baterías y “frenteras” para alumbrar buscando cacería; hay mucha
carne en su hábitat. Buscan mucha fruta en la selva. Es un pueblo muy inquieto y resolutivo. Habría
muchas más cosas, pero puedo decir que para esta entrega puede quedar ahí. No quiero
acabar sin decir una palabra vocacional para los que lo lean. Mirad: en primer lugar
hay dos salesianos vietnamitas, jóvenes, que están para llegar a esta misión, me parece
algo maravilloso, con su cultura asiática, el idioma, el deseo universal de la entrega
a los demás llevando a Jesucristo al estilo de Don Bosco, sin fronteras, con total
generosidad y entrega. Yo os puedo decir y me sincero que el que yo me encuentre aquí
se debe sencillamente a mis inicios vocacionales, al grupo misionero de cuando era
chaval en el colegio, y el querer imitar a los primeros salesianos misioneros que
leíamos con tanto interés y admiración. Estoy escribiendo en los días que con gran
alegría veo a Xabi Camino ordenarse de sacerdote, es un motivo de satisfacción, hemos
compartido años de aspirantado y para los que seguimos ver estos pasos vocacionales
es un gracias a Dios de corazón. Acabo con un saludo para todos. Vaya mi cariño,
mi recuerdo y mi oración, por todos. Eduardo Marroquín Enlaces: http://www.somalojoven.org/?p=2386