2012-01-14 10:44:35

“Bienaventurados los perseguidos”


Sábado, 14 ene (RV).- Nuestro Director General, el P. Federico Lombardi titula “Bienaventurados los perseguidos” su editorial para el semanario Octava Dies del Centro Televisivo Vaticano.

En el discurso de principio de año al Cuerpo Diplomático, si bien desarrollando una panorámica muy amplia sobre la situación internacional, el Papa ha vuelto al tema crucial de la libertad religiosa, centro de la alocución del año pasado y que ha seguido siendo de dramática actualidad en muchas partes del mundo, culminando de la manera más clamorosa con el asesinato del ministro pakistaní de las minorías, el católico Shabaz Bhatti.

A propósito señalamos la reciente relación anual de la Organización No Gubernamental internacional evangélica “Puertas Abiertas” sobre “La persecución de los cristianos en el mundo”, que se refiere al conjunto de las denominaciones cristianas. La Organización elabora y estudia un “índice mundial de persecución”, que ve en los primeros diez puestos en el mundo a los siguientes países en orden decreciente: Corea del Norte, Afganistán, Arabia Saudí, Somalia, Irán, Maldivas, Uzbekistán, Yemen, Irak y Pakistán.

Entre las preocupaciones más graves hay que señalar el crecimiento del islamismo extremista, con los hechos de horrible violencia de la que es ejemplo la secta Boko Haram en Nigeria, y el clima de inseguridad o de violencia que acompaña, lamentablemente, en varios países los desarrollos sucesivos a la “primavera árabe”, y que impulsa a tantos cristianos a huir o emigrar.

La Agencia Fides ha publicado en cambio su habitual lista de los agentes católicos asesinados en el mundo durante el año pasado. Esta cuenta 26 personas -18 sacerdotes, cuatro religiosas, y cuatro laicos-. Los 13 sacerdotes asesinados en América Latina reflejan el clima de gran violencia que caracteriza la situación en algunos países de este continente, Colombia y México en primera fila.

Sufrir persecución por el nombre de Jesucristo, pagar con el precio de la propia vida el servicio de la fe y de la justicia acompañan y acompañarán siempre el camino de los discípulos. No podemos sorprendernos: nos lo dijo Jesús en el Sermón de la Montaña, proclamando la última de las Bienaventuranzas y prometiendo la “recompensa en los cielos”. (Traducción de María Fernanda Bernasconi – RV).







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