Lunes, 2 ene (RV).- Berlín fue la sede, del 28 de diciembre al 1 de enero del tradicional
encuentro europeo de la Comunidad de Taizé, la “peregrinación de la confianza” promovido
como cada año que concluye por la Comunidad ecuménica, con la participación de miles
de jóvenes provenientes de toda Europa. Frére Alois Prior de la Comunidad de Taizé
hizo un balance de este año destacando las tres experiencias más importantes del encuentro,
la primera fue que los jóvenes acudieron de toda Europa dando un signo de querer construir
juntos la comunidad de Europa.
La segunda experiencia fue el que vinieron
para rezar con una gran seriedad, al respecto el Prior de la Comunidad de Taizé explicó
que hoy debemos buscar las condiciones más profundas en un tiempo en donde las dificultades
económicas son más grandes y se hace necesario encontrar el modo de vivir la confianza
en Dios. La tercera experiencia fue la de la unidad de la Iglesia, porque en este
encuentro ecuménico se dieron cita jóvenes católicos, protestantes, ortodoxos, que
vivieron juntos las oraciones que se celebraban tres veces al día. “Se trató, dijo,
de una experiencia de la unidad que buscamos entre las Iglesias”.
Sobre la
diversidad de proveniencias Frére Alois destacó que ha sido estupendo el que vinieran
de lejos, desde la Europa del este, Ucrania, Bielorrusia, pero también de Portugal,
España e Italia porque querían encontrarse y hacer experiencia de una amistad de una
comunión y tal vez esto ha sido un aliento para los jóvenes de Berlín.
Al ser
cuestionado sobre el modo de volver a lanzar la confianza en una época de crisis,
el Prior de la Comunidad ecuménica de Taizé expresó que los encuentros personales
son muy importantes: “No podemos encontrar la solución para las dificultades en el
aislamiento, sino que debemos buscar juntos –dijo- la superación del miedo y encontrar
la confianza entre los pueblos en Europa. Sobre la contribución que puede dar la Comunidad
al mundo de hoy explicó que son una pequeña comunidad ubicada en Taizé, Francia, que
tiene el cometido de acoger a los jóvenes, escucharlos para que puedan saber que siempre
en Taizé podrán encontrar hermanos que simplemente quieren acompañarlos en la fe.
Patricia L. Jáuregui R. - RV