Sábado, 31 dic (RV). “Educación y paz”, es el título del editorial de nuestro Director
General, el P. Federico Lombardi, para el semanario Octava Dies del Centro Televisivo
Vaticano:
Educar a los jóvenes
en la justicia y en la paz”: es el Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la
Paz, del 1° de enero. Hasta ahora no ha tenido el eco que se merece. Pero cada tanto
sucede: no siempre las cosas más importantes son aquellas de las que se habla más.
En realidad, si los jóvenes hoy no son educados a la paz, ciertamente la paz mañana
no existirá. Con ocasión de los grandes cambios iniciados en
el Norte de África y en Oriente Medio, o también en los movimientos de los indignados
que han recorrido los países occidentales, desde España hasta Inglaterra o los Estados
Unidos, la atención se ha dirigido con frecuencia los jóvenes, a sus frustraciones
y a sus expectativas, a su modo de comunicarlas y de expresarlas. ¿Cuáles serán los
éxitos, más allá del breve período que han tenido en las primeras páginas de los medios
de comunicación? Depende en gran parte de la educación, de lo contrario, a las frustraciones
de hoy seguirán, inevitablemente, las de mañana y de pasado de mañana.
“La
educación es la aventura más fascinante y difícil de la vida” –afirma el Papa–. Y
todos estamos implicados en ello. El mensaje del Papa no se limita a animar o exaltar
un papel activo de los jóvenes. Hace comprender que sus premisas vienen del servicio
responsable de los educadores, que no son sólo los padres y los maestros, sino también
los políticos y los agentes de los medios de comunicación: todos aquellos, en suma,
que pueden y deben transmitir una orientación a esos valores sobre los que se construye
una sociedad justa y pacífica, y facilitar esos pasos de crecimiento cultural y de
inserción social que acercan a esta meta. Si esos valores son destruidos por el relativismo
y por una exaltación de la libertad arbitraria, si no son propuestos con testimonios
concretos de honestidad, de empeño y de solidaridad –digamos también incluso de amor–…
mañana no habrá justicia ni paz. Si se quiere que el mañana del mundo sea menos oscuro,
es necesario afrontar con decisión las “emergencias educativas” de hoy. (Traducción
de María Fernanda Bernasconi – RV).