Las circunstancias actuales plantean a católicos y ortodoxos los mismos desafíos
Jueves, 1 dic (RV).- El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para
la Promoción de la Unidad de los Cristianos, encabeza este año la delegación de la
Santa Sede que viajó viajado a Estambul en Turquía, para participar, ayer, en la celebración
de San Andrés, Patrono del patriarcado ecuménico de Constantinopla. Como se recordará,
el intercambio de delegaciones entre la Santa Sede y el patriarcado con motivo de
la fiesta de sus respectivos santos patronos es una tradición consolidada.
Las
celebraciones de este año han adquirido un carácter especial, ya que coinciden con
el XX aniversario de la elección de Su Santidad Bartolomé I como Arzobispo de Constantinopla
y Patriarca Ecuménico. La delegación de la Santa Sede, formada también por el obispo
Brian Farrell; el Rev. Andrea Palmieri y el nuncio apostólico en Turquía, el arzobispo
Antonio Lucibello, participó en la solemne Liturgia Divina presidida por Bartolomé
I en la iglesia patriarcal de El Fanar. Seguidamente, tuvo lugar un encuentro con
el Patriarca y con la Comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia
Católica.
El cardenal Koch, por su parte, entregó al Patriarca Bartolomé I
un obsequio y un mensaje del Santo Padre Benedicto XVI, que fue leído al final de
la Liturgia Divina. En el texto, el Papa recuerda su último encuentro con el Patriarca
durante la Jornada de oración por la paz en Asís, el pasado mes de octubre, y agradece
al Señor que le haya permitido reforzar los lazos de amistad sincera y fraternidad
auténtica que los unen, así como dar testimonio al mundo entero de la amplia visión
que comparten.
“Las circunstancias actuales –escribe el Papa–, tanto de orden
cultural como social, económico, político y ecológico, plantean a los católicos y
a los ortodoxos exactamente los mismos desafíos. El anuncio del misterio de la salvación
a través de la muerte y resurrección de Cristo necesita ser renovado hoy con fuerza
en numerosas regiones que un día acogieron la luz, y actualmente sufren los efectos
de una secularización que empobrece al hombre en su dimensión más profunda”.
Ante
esta urgencia, Su Santidad afirma que “tenemos el deber de ofrecer a toda la humanidad
la imagen de personas que han adquirido una madurez en la fe, capaces de reunirse,
a pesar de las tensiones humanas, gracias a la búsqueda común de la verdad, siendo
concientes de que el futuro de la evangelización depende del testimonio de unidad
que dé la Iglesia y de la calidad de la caridad”. El Papa concluye su mensaje pidiendo
al Señor, mediante la intercesión de los santos Pedro, Andrés y Pablo, que ambas Iglesias
reciban “el don de la unidad que proviene de lo alto”. (MFB – RV).