Honduras: Mensaje del Secretariado Episcopal de América Central
Sábado, 26 nov (RV)- Del 21 al 25 de noviembre en Valle de Ángeles, Honduras, se dieron
cita los Obispos de Centro América, para celebrar la Asamblea Ordinaria Anual del
Secretariado de América Central, SEDAC por sus siglas. Tras el encuentro, ayer viernes
se publicó un comunicado dirigido a los sacerdotes, religiosos y religiosas, agentes
de pastoral, pueblo católico, hermanos en la fe cristiana, a todos los centroamericanos,
hombres y mujeres de buena voluntad.
El comunicado destaca que los representantes
del Organismo vivieron una asamblea rica de experiencia, y que es en este espíritu
de oración y de comunión que dirigen, a la luz de tres parábolas del evangelio, un
mensaje de fe y de esperanza que, aun en medio de las oscuridades e incertidumbres
de la historia, contribuya a reconocer la presencia del Reino de Dios en nuestros
pueblos. La primera parábola es la de la cizaña «Dejen que el trigo y la cizaña crezcan
juntos hasta la cosecha» recordando que en ella Jesús nos enseña que el Reino de
Dios se abre paso en la historia en medio de la malicia y del pecado humano, creciendo
como el trigo en medio de la maleza. Y escriben: “Reconocemos como trigo bueno, signo
del Reino, el amor a la vida, arraigado en el corazón de nuestros pueblos y distintivo
de nuestra cultura, vivido, sin embargo, en medio de la maleza de una alarmante violencia
que reviste diversas formas y tiene diversos agentes: el crimen organizado y el narcotráfico,
violencia común y creciente violencia intrafamiliar. Vemos, como trigo en medio de
la maleza, el aprecio por el valor de la familia todavía existente en nuestra sociedad,
a pesar de que hoy se ve amenazada por ideologías, leyes y situaciones de inseguridad
económica que no la favorecen”.
La segunda parábola: «El Reino es como
un grano de mostaza, la más pequeña de todas las semillas» con la que Jesús nos enseña
que el Reino de Dios no llega necesariamente a través de acciones o gestos grandiosos,
sino discretamente por medio de realizaciones humanas, inicialmente sencillas o limitadas.
Y citamos el mensaje de los Obispos de Centroamérica: Reconocemos con alegría algunos
signos de vida eclesial, que como granitos de mostaza pueden parecer pequeños, pero
ya están dando mucho fruto en nuestras comunidades. Entre ellos podemos señalar la
profunda «espiritualidad» de nuestro pueblo centroamericano, con la que se aferra
al amor de Dios y no pierde la esperanza aun viviendo situaciones dramáticas de dificultad
y de dolor; la entrega generosa de tantos sacerdotes, religiosos religiosas y laicos,
que en el campo y la ciudad dan testimonio de Cristo y sirven a la Iglesia aun en
medio de no pocas limitaciones y sacrificios; y, en tercer lugar, el camino de renovación
de muchas parroquias, que se está abriendo paso a pesar de ciertas resistencias personales
y estructurales. Otro signo sumamente esperanzador es la fe entusiasta de muchos jóvenes,
«amigos y discípulos de Cristo» (Aparecida, 443), quienes ciertamente son y seguirán
siendo en el futuro fermento de renovación de nuestra sociedad a la luz el Evangelio.
La tercera parábola es la del sembrador: «Una vez salió un sembrador a sembrar»,
con la que “Jesús se presenta a sí mismo anunciando con optimismo el Reino, con sus
palabras y sus obras, sin excluir a nadie del proyecto de Dios. Con la parábola Jesús
quiere también combatir la desesperanza de quienes no ven resultados inmediatos, exhortándonos
a proclamar siempre la Palabra con confianza en su eficacia transformadora, sin desanimarnos
por los aparentes fracasos y sin importar que haya corazones duros que no estén dispuestos
a recibirla. Jesús continúa sembrando la semilla del Evangelio a través de la misión
evangelizadora de la Iglesia. La parábola del sembrador exige la fe de quien lanza
la semilla y la fe del terreno que la recibe”. Por eso los la Asamblea Ordinaria Anual
del Secretariado de América Central, en su comunicado exhorta a todo el pueblo de
Dios para que acoja con renovada gratitud del don de la fe, viviendo sus exigencias
con coherencia y radicalidad.
En el mensaje queda manifestada la profunda
gratitud a Adveniat, organismo de la Conferencia Episcopal Alemana, que está cumpliendo
en este año cincuenta años de existencia, y a todo el pueblo católico de Alemania.
Creada por los obispos alemanes con el propósito de apoyar en modo solidario el camino
evangelizador de la Iglesia de América Latina, y concluye invocando “que la Virgen
María, «la discípula más perfecta del Señor», quien «con su fe, llega a ser el primer
miembro de la comunidad de los creyentes en Cristo», ilumine con su amor maternal
el camino de la Iglesia en Centro América, para que vivamos nuestra fe como ella,
tanto en la actitud de escucha orante como en la generosidad del compromiso en la
misión y el anuncio”.