2011-11-14 11:01:09

Papa: 50ª de coronación de La Virgen de los Treinta y Tres; Patrona de Uruguay


Lunes, 14 nov (RV).- En el año 1961, Papa Juan XXIII declaraba a Nuestra Señora de los Treinta y Tres Orientales, la celestial Patrona de Uruguay, coronada solemnemente en Piedra Alta. Figura mariana muy unida a la devoción del pueblo uruguayo, la Virgen de los Treinta y Tres, marca el compás de independencia del hermano País. El Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario, 13 de noviembre, con la celebración de la Santa Eucaristía, y ante la presencia de los Obispos uruguayos, sacerdotes, religiosos, religiosas y miles de fieles provenientes de todas las regiones de País, reunidos en Florida, veneraron a la que es conocida como la Patrona de la Patria, clausurando las celebraciones de la Coronación pontificia de la imagen, y el bicentenario de la independencia. Para la ocasión Su Santidad Benedicto XVI ha enviado un mensaje a la Iglesia Peregrina de Uruguay, en el Continente de la Esperanza.


TEXTO MENSAJE DEL SANTO PADRE:

Excmo. Mons. Carlos María Collazzi Irazábal, sdb
Obispo de Mercedes y Presidente de la Conferencia Episcopal Uruguaya

Al conmemorarse solemnemente el 50 aniversario de la Coronación canónica de Nuestra Señora de los Treinta y Tres Orientales, celestial patrona del Uruguay, su Santidad Benedicto XVI saluda cordialmente a los obispos, sacerdotes, seminaristas y fieles de ese amado país, que, en tan fausta circunstancia, renuevan su filial amor a la Virgen Santísima bajo esa entrañable advocación, a la vez que le presentan confiados su ferviente alabanza y humilde súplica.

Asimismo, el Sumo Pontífice les exhorta a acrecentar la devoción a la Madre de Dios, tan intensamente vivida en el seno de las familias y comunidades cristianas de esa bendita tierra, que se goza en el Bincentenario del proceso de emancipación oriental, para que, siguiendo fielmente el ejemplo de la Reina del Cielo, acojan con docilidad el Evangelio y se dediquen asiduamente a la plegaria. De este modo, encontrarán fuerzas para ser auténticos discípulos y misioneros de Jesucristo, permaneciendo hondamente arraigados en la fe, firmes en el amor a la Iglesia y siempre dispuestos a colaborar con todos en la construcción de una sociedad cada vez más justa, fraterna y solidaria.

Con estos nobles sentimientos, y al tiempo que invoca sobre los queridísimos hijos e hijas de esta nación la protección de María, Estrella de la Esperanza, el Santo Padre les imparte con afecto una especial bendición apostólica, prenda de copiosos favores divinos.

Cardenal Tarcisio Bertone
Secretario de Estado de Su Santidad







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