Domingo, 13 nov (RV).- Como “un tesoro para enriquecer cada día” ha definido el Sucesor
de Pedro y Obispo de Roma, los dones que el Señor depositó en nosotros, refiriéndose
al Evangelio de la liturgia del domingo, en su saludo a los peregrinos de lengua española
presentes en la oración mariana del Ángelus en la Plaza de San Pedro. De este “tesoro”
depositado para nosotros, se sigue la exhortación de la liturgia a una vida sobria,
vigilante, activa y diligente. (jGO-RV)
Palabras de Papa en español:
(Audio) Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española que han participado en esta oración mariana del
Ángelus. En la liturgia de hoy, la Palabra de Dios nos exhorta a la sobriedad, a la
vigilancia y a una vida cristiana activa y diligente. Los dones que el Señor ha depositado
en nosotros son un tesoro que hemos de enriquecer cada día, como tierra fértil que
da buenos frutos, y contribuir así a la edificación de la Iglesia y de la sociedad.
Que la Virgen María nos acompañe en este servicio a la obra salvadora de Cristo. Muchas
gracias y feliz domingo.
Una Peregrinación
Lo provisorio
de la vida nos invita a vivir la existencia terrena « como una peregrinación », es
la imagen que el Papa Benedicto rescató de la liturgia, para su reflexión previa a
la oración dominical mariana del Angelus desde la ventana de su estudio con los peregrinos
en la Plaza de San Pedro. Una peregrinación con los ojos fijos en la meta, es decir
en el Dios que nos ha creado para sí ; con la conciencia constante del regreso de
Jesús que viene, sin aviso previo, para ver en nosotros los frutos de su amor. « La
caridad es el bien fundamental que ninguno puede dejar de hacer fructificar, y sin
la cual todo otro don es vano» expresó el Papa. (jGO- RV)
Texto
completo de las palabras del Papa en el Ángelus
¡Queridos
hermanos y hermanas!
La palabra de Dios de este domingo – la penúltima
del año litúrgico- nos advierte sobre lo provisorio de la existencia terrena y nos
invita a vivirla como una peregrinación, teniendo la mirada, dirigida hacia la meta,
hacia aquel Dios que nos ha creado y porque nos hizo para sí, es nuestro último destino,
y el sentido de nuestro vivir. Pasaje obligado para alcanzar esta realidad definitiva
es la muerte, seguida del juicio final. El Apóstol Pablo recuerda que “el día del
Señor vendrá como un ladrón en plena noche.” (1 Ts 5,2), esto es sin preaviso. La
conciencia del regreso glorioso del Señor Jesús nos anima a vivir en una actitud de
vigilancia, esperando su manifestación con la constante memoria de su primera venida.
En la célebre parábola de los talentos –que recuerda el evangelista
Mateo (cfr 25,14-30) – Jesús habla de los tres servidores a los cuales el patrón,
al momento de partir por un largo viaje, confía sus propios bienes. Dos de ellos se
comportan bien, porque hacen fructificar el doble de los bienes recibidos. El tercero
en cambio, esconde el dinero recibido en un hoyo. Al regresar a su casa el patrón
pide la cuenta a sus servidores de cuanto les había confiado y mientras se complace
de los dos primeros, queda desilusionado del tercero. En efecto, ese servidor, que
ha escondido el talento sin valorizarlo, hizo mal sus cuentas: se comportó como si
su patrón no tendría que regresar más, como si no habría venido el día en que le
habría pedido cuentas de su obrar. Con esta parábola, Jesús quiere enseñar a los
discípulos a usar bien sus dones: Dios llama a cada hombre a la vida y le entrega
los talentos, confiándole al mismo tiempo una misión por cumplir.
Sería
de necios pensar que estos dones sean debidos, así como renunciar a emplearlos, sería
como no responder al objetivo de la propia existencia. Comentando esta página evangélica,
san Gregorio Magno, nota que a nadie el Señor le deja sin el don de su caridad, del
amor. Él escribe: “es por esto necesario, hermanos míos, que pongan todo cuidado en
la custodia de la caridad, en toda acción que tengan que cumplir” (Homilía sobre los
Evangelios 9,6). Y tras haber precisado que la verdadera caridad consiste en el amar
tanto a los amigos como a los enemigos, agrega: “si a uno le falta esta virtud, pierde
todo bien que tiene, y es privado del talento recibido y será expulsado afuera, en
las tinieblas”. (ibidem).
Queridos hermanos, ¡recibamos la invitación
a la vigilancia, a la que muchas veces nos llaman las escrituras! Esta es la actitud
de quien sabe que el Señor regresará y querrá ver en nosotros los frutos de su amor.
La caridad es el bien fundamental que nadie debe dejar de hacer fructificar y sin
la cual cualquier otro don es vano (cfr 1 Cor 13,3). Si Jesús nos ha amado al punto
de dar su vida por nosotros (cfr 1 Gv 3,16), ¿cómo podremos dejar de amar a Dios con
todo nuestro amor y amarnos los unos a los otros de verdadero corazón?(cfr 1 Gv 4,11)
Solo practicando la caridad, también nosotros podremos tomar parte de la alegría de
nuestro Señor. Que la Virgen María sea nuestra maestra de laboriosa y alegre vigilancia
en el camino hacia el encuentro con Dios. (Traducción del italiano Patricia Ynestroza
- RV)
En sus saludos en diversas lenguas a los peregrinos el Papa Benedicto
XVI habló del Día Mundial de la diabetes, del día de la Acción de Gracias que celebra
la iglesia italiana, de su próximo viaje a Benín en África, de la beatificación de
Carl Lampert y del Día de la Solidaridad con la iglesia perseguida en Polonia.
En
efecto, después del rezo mariano del Ángelus, el Papa ha recordado que hoy se celebra
el Día Mundial de la Diabetes, enfermedad crónica que afecta a muchas personas, incluso
a muchos jóvenes. “Rezo -ha dicho el Pontífice- por todos estos hermanos y hermanas,
y por todos aquellos que comparten cada día con ellos esta dura enfermedad, así como
también rezo por los agentes sanitarios y voluntarios que les asisten y ayudan”.
El
Santo Padre también ha señalado, que “hoy la Iglesia italiana celebra el Día de Acción
de Gracias”. “Mirando los frutos de la tierra que una vez más este año el Señor nos
ha dado -ha afirmado Benedicto XVI- reconocemos que el trabajo del hombre, sería
vano e inútil si Dios no lo hiciera fructífero”. "Sólo con Dios hay futuro en nuestras
campiñas", ha dicho el Papa. “Demos gracias, y comprometámonos a respetar la tierra,
que Dios nos ha confiado.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española
que han participado en esta oración mariana del Ángelus. En la liturgia de hoy, la
Palabra de Dios nos exhorta a la sobriedad, a la vigilancia y a una vida cristiana
activa y diligente. Los dones que el Señor ha depositado en nosotros son un tesoro
que hemos de enriquecer cada día, como tierra fértil que da buenos frutos, y contribuir
así a la edificación de la Iglesia y de la sociedad. Que la Virgen María nos acompañe
en este servicio a la obra salvadora de Cristo. Muchas gracias y feliz domingo.
Saludando
a los fieles de lengua francesa, el Papa también les ha recordado que hoy “el Señor
nos invita a reconocer los dones que nos ha hecho. Y confía en cada uno de nosotros
para que los hagamos fructificar, para que sean la sal de la tierra y la luz del mundo”.
“Estas palabras de Cristo -ha dicho el Santo Padre- han guiado el trabajo de la Segunda
Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos. Y ha recordado que en su
inminente viaje, este mes de noviembre, a Benin, volverá a repetirlas: “para fortalecer
la fe y la esperanza de los cristianos en África y las islas adyacentes”.
“Encomiendo
a vuestras oraciones este viaje y los habitantes del querido continente africano,
especialmente los que conocen la inseguridad y la violencia. ¡Que Nuestra Señora de
África, acompañe y apoye los esfuerzos de todos aquellas personas que trabajan por
la reconciliación, la justicia y la paz!”
En alemán, el Pontífice ha saludado
a los fieles que asistirán esta tarde en Dornbirn, a la beatificación de Carl Lampert,
sacerdote que fue decapitado y murió mártir durante la segunda guerra mundial. “En
los oscuros días del nazismo -ha afirmado el Papa-, a él le llegaron claramente las
palabras de San Pablo: “todos sois hijos de la luz, e hijos del día”.
Durante
un interrogatorio, que le proporcionó la posibilidad de la libertad, el futuro beato,
ha señalado Benedicto XVI, estuvo plenamente convencido de su fe y confesó: "Yo amo
a mi iglesia. Me mantengo fiel a mi Iglesia y al sacerdocio. Estoy a favor de Cristo
y de su Iglesia”. "Confiemos nuestra fe -ha exhortado el Papa- a la intercesión
del nuevo beato, para que podamos participar de nuevo en la misma alegría del Señor”.
Y
finalmente a los peregrinos polacos, el Pontífice ha dicho que hoy, por iniciativa
de la "Ayuda a la Iglesia Necesitada", se celebra en Polonia el Día de Solidaridad
con la Iglesia Perseguida. “Este año, con vuestras oraciones y vuestras ofrendas,
sostenéis, en especial, a la Iglesia en Sudán. “Deseo -ha dicho el Papa- que esta
‘Jornada’ sensibilice a todos ante el drama de la pobreza humana y de las persecuciones,
y ante la necesidad de respetar la dignidad humana y el derecho a la libertad religiosa”.
(Traducción Eduardo Rubió – RV)