2011-11-01 12:35:01

Cariño, devoción y gratitud al Papa


Lunes, 7 nov (RV) - Nuestra gran tarea: «mostrar al mundo que Dios es Dios de paz y no de violencia» y abogar por la tutela jurídica y social de la dignidad de la vida humana, del matrimonio y de las familias. Palabras del Papa hace un año, consagrando la Sagrada Familia en Barcelona. ‘Milagro arquitectónico’ de Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente.

Como recordó ayer Benedicto XVI con gran alegría, hoy se cumple el primer aniversario de la consagración - que realizó él mismo en Barcelona - de la Basílica de la Sagrada Familia, ungiendo su altar, cuyo fundamento es Cristo y «presentando ante el mundo a Dios que es amigo de los hombres». Era el anhelo del siervo de Dios Antonio Gaudí, como enfatizó el Papa el 7 de noviembre de 2010:

RealAudioMP3

«Recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta».

«Hemos dedicado este espacio sagrado a Dios, que se nos ha revelado y entregado en Cristo, para ser definitivamente Dios con los hombres», reiteró Benedicto XVI, haciendo hincapié en que «la Iglesia no tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato». El Papa invitó a que «apoyados en esa fe, busquemos juntos mostrar al mundo el rostro de Dios, que es amor y el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre»:

RealAudioMP3
«¡Ésa es la gran tarea, mostrar a todos que Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia! En este sentido, pienso que la dedicación de este templo de la Sagrada Familia, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado. Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad está, como decía él, en volver al origen que es Dios. Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma. Así expresaba el arquitecto sus sentimientos: «Un templo [es] la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre».

Refiriéndose a la iniciativa de este templo, Benedicto XVI ponía de relieve que se debe a la Asociación de amigos de San José, quienes quisieron dedicarlo a la Sagrada Familia de Nazaret. Pues «desde siempre, el hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor, oración y trabajo». Y los patrocinadores de este templo querían mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret. En este contexto, el Santo Padre señaló la constante preocupación de la Iglesia por la tutela jurídica y social de la dignidad de la vida humana, del matrimonio y de las familias:

RealAudioMP3

«Las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar».

Y cómo no recordar que Benedicto XVI confió a la amorosa protección de la Madre de Dios, María Santísima, Rosa de abril, Madre de la Merced, a todos los numerosísimos fieles presentes y a todos los que «con palabras y obras, silencio u oración, han hecho posible este milagro arquitectónico». Deseando que «Ella presente también a su divino Hijo las alegrías y las penas de todos los que lleguen a este lugar sagrado en el futuro, para que - como reza la Iglesia al dedicar los templos - los pobres puedan encontrar misericordia, los oprimidos alcanzar la libertad verdadera y todos los hombres se revistan de la dignidad de hijos de Dios».


CdM

Domingo, 6 nov (RV) - Un día como hoy, el 6 de noviembre de 2010, Benedicto XVI emprendía el Viaje Apostólico que le llevaba como peregrino a Santiago de Compostela, para luego llegar a Barcelona, donde - como él mismo recordó hoy en el Ángelus - consagró la Basílica de la Sagrada Familia.

Hoy nos detenemos sobre la etapa compostelana y mañana sobre la de Barcelona. Acogido con grandes manifestaciones de alegría, cariño y devoción, Benedicto XVI llegaba, pues, hace un año a Santiago de Compostela. Y peregrino entre los peregrinos, renovaba la exhortación del Beato Juan Pablo II, alentando «a España y a Europa» a reimpulsar sus «raíces cristianas», «edificando su presente y proyectando su futuro desde la verdad auténtica del hombre, desde la libertad que respeta esa verdad y nunca la hiere, y desde la justicia para todos, comenzando por los más pobres y desvalidos».

En el marco del Año Santo Compostelano, como Sucesor de Pedro, Benedicto XVI quiso peregrinar él también a la Casa del Señor Santiago, para celebrar el ochocientos aniversario de su consagración, para confirmar a los hermanos en la fe y avivar la esperanza, y para confiar a la intercesión del Apóstol anhelos, fatigas y desafíos para impulsar el Evangelio.

El Santo Padre en su homilía en la Santa Misa con ocasión del Año Jubilar Compostelano, en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, lamentó como una “tragedia que en Europa, sobre todo en el siglo XIX, se afirmase y divulgase la convicción de que Dios es el antagonista del hombre y el enemigo de su libertad”. Y subrayó la imperante necesidad de que Europa se abra a Dios “que envió al mundo a su Hijo Jesucristo, a fin de que nadie perezca, sino que todos tengan vida eterna”:

RealAudioMP3
Es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios. Es menester que se profiera santamente. Es necesario que la percibamos así en la vida de cada día, en el silencio del trabajo, en el amor fraterno y en las dificultades que los años traen consigo.
Europa ha de abrirse a Dios, salir a su encuentro sin miedo, trabajar con su gracia por aquella dignidad del hombre que habían descubierto las mejores tradiciones: además de la bíblica, fundamental en este orden, también las de época clásica, medieval y moderna, de las que nacieron las grandes creaciones filosóficas y literarias, culturales y sociales de Europa.

Benedicto XVI señaló a la cruz de Cristo como “nuestra estrella orientadora en la noche del tiempo”. Cruz y amor, cruz y luz han sido sinónimos en nuestra historia, porque Cristo se dejó clavar en ella para darnos el supremo testimonio de su amor, para invitarnos al perdón y la reconciliación, para enseñarnos a vencer el mal con el bien. “No dejéis de aprender las lecciones de ese Cristo de las encrucijadas de los caminos y de la vida, en el que nos sale al encuentro Dios como amigo, padre y guía”.

Desde Santiago de Compostela el Papa quiso proclamar la gloria del hombre, advertir de las amenazas a su dignidad por el expolio de sus valores y riquezas originarios, por la marginación o la muerte infligidas a los más débiles y pobres:

RealAudioMP3
La Europa de la ciencia y de las tecnologías, la Europa de la civilización y de la cultura, tiene que ser a la vez la Europa abierta a la trascendencia y a la fraternidad con otros continentes, al Dios vivo y verdadero desde el hombre vivo y verdadero. Esto es lo que la Iglesia desea aportar a Europa: velar por Dios y velar por el hombre, desde la comprensión que de ambos se nos ofrece en Jesucristo.

Con emoción particular, el Pontífice se dirigió en concreto a los peregrinos, “forjadores del genuino espíritu jacobeo, sin el cual poco o nada se entendería de lo que aquí tiene lugar”.

RealAudioMP3
Desde aquí, como mensajero del Evangelio que Pedro y Santiago rubricaron con su sangre, deseo volver la mirada a la Europa que peregrinó a Compostela. ¿Cuáles son sus grandes necesidades, temores y esperanzas? ¿Cuál es la aportación específica y fundamental de la Iglesia a esa Europa, que ha recorrido en el último medio siglo un camino hacia nuevas configuraciones y proyectos? Su aportación se centra en una realidad tan sencilla y decisiva como ésta: que Dios existe y que es Él quien nos ha dado la vida. Solo Él es absoluto, amor fiel e indeclinable, meta infinita que se trasluce detrás de todos los bienes, verdades y bellezas admirables de este mundo; admirables pero insuficientes para el corazón del hombre. Bien comprendió esto Santa Teresa de Jesús cuando escribió: “Sólo Dios basta”.

Benedicto XVI subrayó, una vez más que “para los discípulos que quieren seguir e imitar a Cristo, el servir a los hermanos no es una mera opción, sino parte esencial de su ser”. “Un servicio - precisó el Papa - que no se mide por los criterios mundanos de lo inmediato, lo material y vistoso, sino porque hace presente el amor de Dios a todos los hombres y en todas sus dimensiones, y da testimonio de Él, incluso con los gestos más sencillos.

Y, en particular, el Papa expresó su deseo de que este mensaje llegue sobre todo a los jóvenes, porque precisamente a ellos, este contenido esencial del Evangelio les indica el camino para que “renunciando a un modo de pensar egoísta, de cortos alcances”, como tantas veces se propone a la juventud, y siguiendo a Jesús, se puedan realizar plenamente y ser semilla de esperanza.

CdM


Martes, 1 nov (RV)- En España, las diócesis de Santiago de Compostela y Barcelona recuerdan - entrañable y solemnemente - que el próximo domingo se cumple un año de la visita de Benedicto XVI.

Barcelona está preparando la celebración - el 6 de noviembre - del primer aniversario de la Dedicación de la Basílica de la Sagrada Familia, que presidió el Santo Padre Benedicto XVI el 7 de noviembre de 2010. Y junto con esta efeméride la misma Archidiócesis española celebrará el 50 aniversario de la ordenación sacerdotal de su Arzobispo, Card. Lluis Martínez Sistach.

En este contexto - se lee en la página web del Arzobispado de Barcelona - el Cardenal Martínez Sistach «en sus bodas de oro sacerdotales, consciente de la realidad que afecta a miles de jóvenes que se encuentran en situación de desempleo y con dificultades para la inserción en el mundo laboral, pide a las personas que quieran hacer llegar un eventual obsequio con motivo de esta celebración que destinen el importe al proyecto "Jóvenes en paro" de la Cáritas Diocesana.

Recordando que el domingo día 6 de noviembre se celebrará el primer aniversario de la dedicación de la basílica de la Sagrada Familia, que fue presidida por el Santo Padre Benedicto XVI el 7 de noviembre de 2010, se pone de relieve que esa misma anhelada dedicación coincidía con el 25 aniversario de la visita a Montserrat y Barcelona del beato Juan Pablo II, el 7 de noviembre de 1982, en la visita apostólica en la que también rezo el ángelus en la Sagrada Familia.

Por su parte, el Arzobispo de Santiago de Compostela, escribió una Carta Pastoral en el aniversario de la peregrinación de Benedicto XVI. Queridos diocesanos, escribe Mons. Julián Barrio Barrio - «el día seis de noviembre conmemoraremos el aniversario de la peregrinación del Papa a la Tumba del Apóstol Santiago. Fue un gran acontecimiento pastoral para nuestra comunidad diocesana. Vino como peregrino de la fe y testigo de Cristo resucitado para confirmarnos en la fe y dejarnos su testimonio y mensaje como referencia en nuestra peregrinación cristiana. “Levantemos, nos dijo, una mirada esperanzadora hacia todo lo que Dios nos ha prometido y nos ofrece, pidiendo que Él nos dé su fortaleza, que aliente esta Archidiócesis compostelana, que vivifique la fe de sus hijos y los ayude a seguir fieles a su vocación de sembrar y dar vigor al Evangelio, también en otras tierras».

«El Papa, en su misión como sucesor del Apóstol San Pedro, conforta constantemente a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad con gestos y palabras de extraordinaria solicitud, manifestándonos su preocupación pastoral», hace hincapié Mons. Barrio Barrio, recordando luego las palabras con que Benedicto XVI advertía que: «el auténtico problema en este momento actual de la historia es que Dios desaparece del horizonte de los hombres y, con el apagarse de la luz que proviene de Dios, la humanidad se ve afectada por la falta de orientación, cuyos efectos destructivos se ponen cada vez más de manifiesto. Conducir a los hombres hacia Dios, hacia el Dios que habla en la Biblia: Ésta es la prioridad suprema y fundamental de la Iglesia y del Sucesor de Pedro en este tiempo»

«Entonces le acogimos con nuestras manifestaciones de afecto filial. Ahora, queremos reiterarle nuestro agradecimiento», destaca el Arzobispo de Santiago de Compostela. Y anuncia que entre los diferentes actos programados para recordar este acontecimiento, tendrán la celebración de la Eucaristía el domingo, día 6 de noviembre a las seis de la tarde, en la Catedral.

CdM








All the contents on this site are copyrighted ©.