2011-10-21 17:38:16

Santa Sede: evitar al pueblo libio más violencia, revanchas o venganza


Viernes, 21 oct (RV).- “La noticia de la muerte del coronel Muammar Gaddafi, cierra la demasiado larga y trágica etapa de la sangrienta lucha por el derrocamiento de un régimen duro y opresivo”. Así empieza la nota que ha hecho pública hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede tras la muerte ayer del dictador libio.

Un dramático acontecimiento que, una vez más obliga a reflexionar sobre el precio del sufrimiento humano y la caída de todo sistema que no esté fundado en el respeto y la dignidad de la persona, sino sólo en la afirmación del poder imperante.

“Es de esperar ahora - subraya el comunicado -, que se evite al pueblo libio más violencia, debido al espíritu de revancha o venganza, y que los nuevos gobernantes puedan emprender lo más rápidamente posible la tarea de pacificación y reconstrucción, con un espíritu de inclusión, sobre la base de la justicia y el derecho; y que la comunidad internacional se comprometa también a ayudar generosamente a la reedificación del país”.

“Por su parte, la pequeña comunidad católica, añade la nota de prensa de la Santa Sede, continuará ofreciendo su testimonio y su servicio desinteresado, en particular, en el sector caritativo y sanitario, y la Santa Sede se comprometerá a favor del pueblo libio, con los instrumentos a su disposición en el ámbito de las relaciones internacionales, en el espíritu de promoción de la justicia y la paz.

La Santa Sede -aclara la nota- no ha procedido de momento a un reconocimiento formal del Consejo Nacional de Transición (CNT) como Gobierno de Libia, puesto que es conocida su praxis diplomática de reconocer a los Estados y no a los gobiernos. Pero desde que la Junta de Transición en Libia se ha establecido como un gobierno efectivo, la Santa Sede lo considera el representante legítimo del pueblo libio, de acuerdo con el derecho internacional.

Se recuerda también que la Santa Sede ya ha tenido varios contactos con las nuevas autoridades de Libia. En primer lugar, la secretaria de Estado, que ha contactado con la Embajada de Libia ante la Santa Sede, después del cambio político en Trípoli. El Secretario para las Relaciones con los Estados, el arzobispo Dominique Mamberti, ha tenido también la oportunidad de tener una entrevista en Nueva York con el Representante Permanente de Libia ante la ONU.

Más recientemente, el Nuncio Apostólico en Libia, Mons. Tommaso Caputo, residente en Malta, se trasladó a Trípoli para una visita de tres días (del 2 al 4 de octubre) durante la cual se reunió con el Primer Ministro, Mahmoud Jibril. La Santa Sede ha deseado a las nuevas autoridades de Libia su apoyo en la reconstrucción del país.

"El mundo no puede celebrar la muerte de una persona, aunque sea un criminal". En el curso de una entrevista también, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, comentando la muerte de Gaddafi, ha señalado que en Libia, como en el resto de países del norte de África, marcados por la "primavera árabe", no basta la "libertad de ciertos líderes", sino que sirve una "libertad para todos", que también garantice a las minorías cristianas.

"La Iglesia siempre trabaja para la conversión de las personas. El coronel Gaddafi hubiera podido exiliarse, como han hecho otros presidentes, y aprovechar esta oportunidad para reflexionar y pedir perdón por lo ocurrido. Pero ha querido luchar hasta el final. Siento que haya terminado así", ha afirmado el cardenal de Ghana. "Toda pérdida de vida humana es siempre una cosa triste. "Ahora el interés está en comprender lo que sucederá en el futuro": "el objetivo debe ser la reconciliación. Porque, como ya ha ocurrido en Irak con Saddam Hussein, en Libia hoy hay personas que lloran la muerte de Gadafi. Una reconciliación es necesaria para que Libia siga adelante como una sola nación".

El cardenal Turkson ha explicado que en Irak, bajo Saddam Hussein, los cristianos se encontraban "mejor que en el período sucesivo, y también en Egipto, con Mubarak, estaban mejor que ahora". En cuanto a la llamada "primavera árabe" para el purpurado "aún no está claro quién está detrás de estos movimientos. Pero poco a poco -ha dicho- debe aclararse la situación y es necesario entender cuáles son los factores que han provocado estos eventos". “Esperemos que todo lo que está sucediendo en el norte de África termine con el nacimiento de la democracia, que consienta para todos la libertad y la paz".







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