“Maravilloso silencio”. Editorial de nuestro director general
RV- “Maravilloso silencio”. Es el titulo del editorial de nuestro director general,
el P. Federico Lombardi, para el semanario Octava Dies del Centro Televisivo Vaticano:
El 29 de septiembre
se había anunciado el tema de reflexión para la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales: “Silencio y Palabra: camino de evangelización” y, pocos días después, el
domingo 9 de octubre, el Papa visitó la Cartuja de Serra San Bruno, en Calabria, para
rezar con los monjes en uno de los lugares más característicos de la espiritualidad
de la Iglesia, donde –como decía el Prior– desde hace siglos se “tiene encendida la
lámpara de la oración en el silencio y en el ocultamiento”.
No hay antítesis
entre el silencio y la palabra; entre la oración y el anuncio. Porque el silencio
es la premisa esencial para acoger y preparar la escucha de la Palabra. Porque el
sonido de la palabra se vuelve significativo precisamente por su modulación con intervalos
de silencios.
Para la persona de hoy, inmersa en el flujo de un rumor continuo
–físico o mental–, la vida de los monjes suscita admiración y temor reverencial, nostalgia
de ritmos y equilibrios de vida perdidos en el pasado. En todo caso casi todos sienten
atracción y comprenden –al menos confusamente– la importancia esencial de un lugar
donde el silencio no equivale al vacío de la nada, sino al respiro del espíritu, donde
se hace posible advertir el giro sumiso de las esferas celestes y, al final, el soplar
de la “brisa suave”, de la presencia de Dios, “la Realidad más real que existe– como
decía el Papa – y que está más allá de la dimensión sensible”.
Mientras nos
interrogamos acerca de cómo dar alas a la “nueva evangelización” y a sus mensajes,
no olvidemos que su eficacia nace de la escucha, cuyas premisas están, precisamente
en el silencio, lleno de la realidad de la vida de Dios. La existencia escondida de
los monjes, que – como también decía el Prior– en Dios se sienten cercanos a todos
los hombres de la tierra, especialmente a aquellos que buscan, luchan y sufren”, nos
acompaña y nos consuela. (Traducción de María Fernanda Bernasconi – RV).