2011-10-08 14:38:02

Alegría del cardenal Turkson por el Nobel de la Paz a tres mujeres


RV- Tres mujeres -la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, la también liberiana Leymah Gbowee y la yemení Tawakkul Karman- son las ganadoras del Premio Nobel de la Paz 2011, tal como informó ayer el Comité Nobel de Noruega. El jurado destacó en su argumentación su "lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y por los derechos de las mujeres para participar plenamente en las tareas de pacificación". A la vez que subrayó que no se puede alcanzar "la democracia y una paz duradera en el mundo hasta que las mujeres no obtengan las mismas oportunidades que los hombres para influir en el desarrollo social a todos los niveles".

Por su parte, el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, quien conversó con nuestro colega Sergio Centofanti, le manifestó su alegría por la asignación del premio Nobel de la Paz a tres mujeres.

“Ciertamente –dijo– es algo muy noble y alentador para las mujeres que sus iniciativas sean reconocidas a nivel mundial; es algo muy positivo y una buena señal también para las demás mujeres, así como un aliciente para sus iniciativas”. El Purpurado afirmó que conoce a la presidenta liberiana, por lo que puede testimoniar que su leadership, su iniciativa a nivel político, es muy apreciada por todos ellos, en toda la zona de África Occidental. Y añadió que dirigir el país, tras la guerra civil, ha sido algo sumamente difícil, puesto que ha tenido que guiarlo en medio de facciones y miembros del gobierno opuestos entre sí. De modo que es algo que hay que apreciar.

En cuanto a la otra activista liberiana, el Cardenal Turkson dice que ha llevado adelante una gran campaña a favor de las mujeres en una situación de guerra civil, donde muchísimas de ellas han sufrido –por secuestros o violaciones–, y añade que en el período que siguió a la guerra, la rehabilitación de estas mujeres –con todas sus historias de abusos– ha sido algo muy triste. En su opinión, se trata de una persona que ha animado a las mujeres. “Me alegra –dice el purpurado– que el mundo aprecie tales iniciativas y haya querido premiarlas de un modo tan clamoroso”; a la vez que da su apoyo a la activista yemení por lo que ha hecho. “Aprecio, por tanto –dijo– que la comunidad internacional reconozca las iniciativas de estas mujeres”.
(M. F. Bernasconi – RV).








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