La participación de los obispos de Indonesia en el diálogo interreligioso es decisiva
Viernes, 7 oct (RV).- Benedicto XVI animó hoy a los obispos de Indonesia a continuar
promocionando y apoyando el diálogo interreligioso en este país, cuya numerosa población,
rica de diversidad cultural, acoge a un significativo número de seguidores de distintas
tradiciones religiosas. En su audiencia a los prelados indonesios, recibidos esta
mañana en vista ad limina, el Papa les animó a proseguir en este camino porque su
“participación en esta gran empresa es decisiva”.
“Los creyentes
en Cristo, radicados en la caridad, deben comprometerse con el diálogo con otras religiones,
respetando las mutuas diferencias. Los esfuerzos comunes para la edificación de la
sociedad serán de gran valor cuando se fortalezca la amistad y se supere la incomprensión
o la desconfianza”.
El Santo Padre manifestó además su confianza en que
tanto obispos, como sacerdotes, religiosos y laicos promocionen la apertura al diálogo
y hagan todo lo posible para que sean respetados los derechos de las minorías, base
y fundamento de la tolerancia y la convivencia común de cualquier sociedad.
Benedicto
XVI manifestó su aprecio por los intensos esfuerzos realizados por numerosas personas
y organismos eclesiales que contribuyen a manifestar la vitalidad espiritual de la
Iglesia en la sociedad Indonesia, mediante la promoción de valores como la tolerancia,
la unidad y la justicia para todos. De hecho el Papa recordó que aunque la Constitución
de Indonesia garantice la libertad religiosa, no debe darse nunca por sentado este
derecho humano fundamental.
“La libertad de vivir y predicar el Evangelio no
puede darse por sentada – dijo el Santo Padre – y tampoco es únicamente un derecho
a no padecer presiones externas. Es además, un derecho a ser auténtica y plenamente
católica, a practicar la fe, a edificar la Iglesia y a contribuir al bien común”.
El
Pontífice también agradeció la labor caritativa y educativa que se está llevando a
cabo en las diócesis indonesias por parte de religiosos y religiosas “cuya consagración
a Cristo y vida de profunda oración y sacrificio enriquecen la Iglesia y hacen visible
y activa la presencia de Dios en el país”. En este mismo contexto Benedicto XVI ha
subrayado la necesidad de una buena formación y pidió a los obispos que continúen
velando para que la preparación y la educación de los seminaristas y religiosos sea
siempre la adecuada.