RV - En el día de la Epifanía del Señor, el pasado 6 de enero de 2011 se publicó el
Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones – Domund 2011 bajo el título «Como
el Padre me ha enviado, así también os envío yo» (Jn 20,21).
En este marco
el próximo domingo 23 de octubre Trigésimo del Tiempo Ordinario, la Iglesia entera
nuevamente se unirá mediante la celebración del DOMUND 2011. Recordemos que “La Obra
Pontificia de Propagación de la Fe despliega su actividad a lo largo de todo el año,
pero con mayor intensidad durante el mes de octubre. Tal como lo recuerda el Estatuto
de las Obras Misionales Pontificias en su artículo 7, éste mes debe ser considerado
en todos los países como el Mes de las Misiones, del que el penúltimo domingo, denominado
Jornada Mundial de las Misiones, es su momento culminante”.
Como cada año Benedicto
XVI escribe un mensaje para la ocasión, el de este año se abre aludiendo al Beato
Juan Pablo II quien con ocasión del Jubileo del 2000, al inicio de un nuevo milenio
de la era cristiana, reafirmó con fuerza la necesidad de renovar el empeño de llevar
a todos el anuncio del Evangelio con “el mismo entusiasmo de los cristianos de los
primeros tiempos”.
El Papa cita las palabras de su predecesor y recuerda que
se trata del servicio más precioso que la Iglesia puede hacer a la humanidad y a
cada persona que busca las razones profundas para vivir en plenitud su propia existencia.
Por ello, esta misma invitación resuena cada año en la celebración de la Jornada Misionera
Mundial.
El Sucesor de Pedro recuerda que los destinatario del anuncio del
Evangelio son todos los pueblos. La Iglesia “es misionera por su naturaleza, puesto
que toma su origen de la misión del Hijo y del Espíritu Santo, según el designio de
Dios Padre”, y añade: “ésta es la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad
más profunda: Ella existe para evangelizar”, a la vez que subraya que esta tarea no
ha perdido su urgencia porque “la misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia,
está aún lejos de cumplirse… una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión
se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras
energías en su servicio” .
En un apartado especial dedicado por el Papa al
DOMUND 2011 a celebrarse el Domingo 23 de octubre, destaca en particular la corresponsabilidad
de todos en esta tarea explicando que “la misión universal implica a todos, todo
y siempre. El Evangelio no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido, sino que
es un don que compartir, una buena noticia que comunicar”.
Asimismo recuerda
que este don-compromiso está confiado no sólo a algunos, sino a todos los bautizados,
los cuales son “raza elegida … una nación santa, un pueblo adquirido por Dios”, para
que proclame sus obras maravillosas, por lo que la misma Jornada Misionera no es un
momento aislado en el curso del año, sino que es una preciosa ocasión para pararse
a reflexionar si y cómo respondemos a la vocación misionera; una respuesta esencial
para la vida de la Iglesia.
Sin embargo -en su mensaje- Benedicto XVI observa
que la Evangelización es un proceso complejo y comprende varios elementos. Entre estos,
una atención peculiar por parte de la animación misionera, se ha dado siempre a la
solidaridad. Este es también uno de los objetivos de la Jornada Misionera Mundial,
que a través de las Obras Misioneras Pontificias, solicita ayuda para el desarrollo
de las tareas de evangelización en los territorios de misión y que a través de la
participación corresponsable en la misión de la Iglesia, el cristiano se convierte
en constructor de la comunión, de la paz, de la solidaridad que Cristo nos ha dado,
y colabora en la realización del plan salvífico de Dios para toda la humanidad.
Les
proponemos el comentario a la Intención Misionera de Su Santidad Benedicto XVI en
la voz del Director Mundial del Apostolado de la Oración Padre Claudio Barriga Domínguez:
(audio)