Intensa experiencia espiritual de los jóvenes guineanos en la JMJ Madrid
RV - «La JMJ Madrid 2011 con Benedicto XVI nos ha cambiado». Es la afirmación y testimonio
que ha publicado el delegado de misiones y de pastoral juvenil de la diócesis de Bata,
Guinea Ecuatorial, en una carta de agradecimiento por la JMJ, en la que relata lo
que ha significado para los jóvenes guineanos su presencia en este gran acontecimiento
eclesial con el Papa, al que nunca habían visto tan de cerca.
En la misiva
se pone de relieve que «la cosa empezó, en septiembre del año pasado», cuando empezaron
a repartir «a los distintos grupos juveniles de la diócesis de Bata, la carta que
el Papa Benedicto XVI dirigía a todos los jóvenes: ‘edificados y arraigados en Cristo,
firmes en la fe’. Destino Madrid, agosto de 2011».
Cinco días antes de la inauguración
de la Jornada, 44 jóvenes de toda Guinea Ecuatorial, elegidos en todos los grupos
juveniles parroquiales, de todas las etnias, chicos y chicas, llegaban a la capital
española. «La primera impresión es de las que marcan la vida y quedan siempre en el
recuerdo: nunca habían visto tantos blancos juntos, no sabían de la comida española
ni de los “burger”, las escaleras mecánicas, el metro todo prisas», destaca la carta
de agradecimiento y añade «a estos jóvenes les esperaban experiencias espirituales
fuertes e intensas»
Como fue «el encuentro con las Carmelitas Descalzas de
Boadilla del Monte y Cerro de los Ángeles, que provocó la emoción y la admiración
de muchos de ellos al escuchar el testimonio de una vida toda ella dedicada a la oración;
la sobria y recogida misa inaugural, la apoteósica acogida al Papa al que nunca habían
visto tan cerca, el rezo devoto del Vía Crucis, la oración intensa en la Vigilia y
la misa con Su Santidad. ¡No sabíamos cómo agradecer al Señor tantos dones!»
«Fue
como un nuevo Pentecostés. Sí, jóvenes de tantas lenguas, razas, culturas venidos
de cerca y de lejos... guapos, gordos, muchos en sillas de ruedas, otros con pearcing,
vaqueros rotos... Todos movidos y marcados por la fe, jóvenes cristianos que nos hacen
soñar con la posibilidad de un mundo nuevo gracias al amor que Dios nos tiene. Hemos
celebrado la fiesta de sabernos miembros de una familia tan grande. Agradecemos la
ausencia de gestos feos de discriminación». La carta de los jóvenes de Guinea Ecuatorial
termina con estas palabras: «Todos parecíamos tener un mismo sentir. El espíritu de
Dios estaba con nosotros. Madrid 11 nos ha cambiado».