Benedicto XVI impone el Palio al cardenal Scola, arzobispo de Milán
RV - Este mediodía, en la Sala del Consistorio, del Palacio Apostólico de Castelgandolfo,
Benedicto XVI ha impuesto el Palio al Card. Angelo Scola, Arzobispo de Milán. El Palio,
recordamos, expresa el principio fundamental de comunión, que da forma a la vida eclesial
en todos sus aspectos; recuerda que esta comunión es orgánica y jerárquica; manifiesta
que la Iglesia, para ser una, necesita el servicio peculiar de la Iglesia de Roma
y de su Obispo, cabeza del Colegio episcopal. El otro aspecto complementario, que
el rito del palio pone muy bien de relieve, es el de la catolicidad de la Iglesia.
En efecto, la Iglesia ha sido enviada por Cristo para anunciar el Evangelio a todas
las naciones y para servir a la humanidad entera.
Desde el siglo noveno, los
arzobispos nombrados en las sedes metropolitanas reciben del Papa esta particular
insignia litúrgica, es decir, el ‘palio’, como signo de comunión con el Obispo de
Roma. Esta insignia, que el Sumo Pontífice viste también en todas las celebraciones
solemnes y los metropolitanos en circunstancias particulares, consiste en una estrecha
estola de lana blanca, de 4 a 6 centímetros de ancho adornada con seis cruces de seda
negra, que simbolizan la oveja perdida, buscada, salvada y puesta sobre los hombros
del Buen Pastor y el cordero crucificado por la salvación de la humanidad perdida.