“Un Ángel contra la peste”, es la reflexión de nuestro responsable, el Jesuita Guillermo
Ortiz. El tema es la conmemoración de hoy: san Gregorio Magno.
(Audio) En Roma, al frente
de los estudios de Radio Vaticano, se levanta el famoso Castel Sant’ Angelo o Castillo
de san Ángel. Con la fiesta litúrgica de san Gregorio Magno hoy, nos viene a la memoria
la causa del cambio de nombre de semejante edificio, que tiene en su cúspide un ángel
inmenso envainando una espada.
Resulta que durante una solemne procesión que
celebró san Gregorio Magno papa, en el año 590, para implorar a la Virgen que acabara
con la peste que diezmaba Roma, apareció en el cielo un ángel que se posó en la cúspide
de la fortaleza, envainando la espada como signo de la gracia concedida. Por esto
se erigió más tarde la estatua que recuerda el milagro.
En sus orígenes, el
monumental edificio fue construido por Adriano, emperador romano entre el 117 y el
138, como mausoleo para él y su familia. La construcción se inició en el 130 d.C.
y fue terminada en el 139 d.C. por Antonino Pío. Probablemente bajo Honorio, en el
403, se convirtió en fortaleza militar para defender la orilla occidental del Tíber.
Fue prisión en la Edad Media y residencia de los papas en el Renacimiento. Su transformación
en castillo se produjo probablemente en el siglo X.
El ángel gigante de bronce
nos recuerda el salmo 91, que canta la confianza en el Señor: “Él te librará de la
peste funesta; te cubrirá con sus plumas, y hallarás refugio bajo sus alas”.