Un camino de la inteligencia y del amor, de la razón y de la fe
El camino hacia la verdad plena es “un camino de la inteligencia y del amor, de la
razón y de la fe”, tal como se lee en uno de los pasajes clave del discurso que el
Santo Padre dirigió a los jóvenes docentes universitarios españoles durante el encuentro
que celebró la semana pasada en el Escorial, durante los actos de la Jornada Mundial
de la Juventud de Madrid. Precisamente el tema del diálogo entre fe y razón, que caracteriza
el Magisterio de Benedicto XVI, está en sintonía con la investigación teológica y
filosófica de Joseph Ratzinger. Sobre esta síntesis del pensamiento, que el Papa ha
subrayado en numerosas ocasiones, nuestro colega Alessandro Gisotti entrevistó a Mons.
Enrico Dal Covolo, rector de la Pontificia Universidad Lateranense:
En el Escorial,
hablando a los jóvenes docentes universitarios, el Papa colocó un elemento de novedad
que creo que es necesario subrayar con fuerza, cuando hacia el final de su discurso
dijo: “Si verdad y bien están unidos, también lo están conocimiento y amor. De esta
unidad deriva la coherencia de vida y pensamiento, la ejemplaridad que se exige a
todo buen educador”. En mi opinión, este pasaje es absolutamente central.
Teniendo
en cuenta que el Papa está relanzando con fuerza la necesidad de una nueva síntesis
de pensamiento, una exigencia más sentida hoy, en un tiempo marcado por la fragmentación
y el relativismo, como precisamente antes, el cardenal Ratzinger, y ahora el Papa
Benedicto XVI nos recuerda, Mons. Dal Covolo nos dijo:
Ciertamente. He
tratado recientemente de desarrollar este pensamiento con respecto al papel fundamental
que adquiere la teología en esta nueva y necesaria síntesis, que no se puede posponer.
Una síntesis filosófica y teológicamente fundada que debe orientar los saberes. De
lo contrario, si no existe esta síntesis –filosófica y teológicamente fundada– toda
rama del saber se encierra en sí misma, reivindicando una propia y autónoma verdad.
Dado que en los grandes discursos, especialmente en sus viajes apostólicos,
desde Ratisbona al Colegio de los Bernardinos en París, pero también en el Westminster
Hall de Londres, Benedicto XVI ha acentuado la cuestión entre fe y razón, hemos preguntado
al rector de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma si, a su juicio, también
por este binomio pasa la nueva evangelización:
Sin dudas, porque
el Papa, que cuando era cardenal ya había colaborado fuertemente con Juan Pablo en
la redacción de “Fides et ratio”, ha llegado, justamente, a la conclusión de que una
razón que se encierra en sí misma es una razón que se vuelve contra ella misma, por
tanto, ¡está contra una verdadera humanización de la persona! La razón, en cambio,
debe abrirse a lo que es propio de la persona humana, que son, precisamente, estos
horizontes de la fe y del amor.
Por último, hemos preguntado a Mons. Dal
Covolo si este llamamiento de Benedicto XVI a la unidad de la persona, al diálogo
entre fe y razón es un tema reservado a los teólogos, o si repercute concretamente
en la vida de un fiel:
Este razonamiento
no se dirige sólo a los teólogos; ¡sino que tiene que ver con la vida! El problema
es el de la coherencia de vida y de pensamiento, de la síntesis entre conocimiento
y amor, y de aquí parte el testimonio del educador. El buen educador sabe testimoniar
esta síntesis alcanzada personalmente. Se comprende entonces que el razonamiento se
refiere a todos: a los educadores, a los formadores y a los destinatarios del proceso
formativo.