El Papa define 'día memorable' la consagración episcopal del cardenal Korec
Benedicto XVI ha enviado una Carta al cardenal Ján Chryzostom Korec, jesuita, obispo
emérito de Nitra, en Eslovaquia, en ocasión del 60 aniversario de su ordenación episcopal
que se celebró ayer.
El Papa expresa su profunda alegría por este aniversario,
definiendo “día memorable” la ordenación episcopal del cardenal Korec, realizada en
la clandestinidad el 24 de agosto del año 1951 durante el régimen comunista checoslovaco.
Recuerda por lo tanto “su ministerio episcopal, desarrollado de manera ejemplar durante
tantos años”, alabando la fidelidad del purpurado.
Ján Korec fue consagrado
obispo a los 27 años mientras se enfurecía la persecución comunista. Era el obispo
más joven del mundo. Trabajó en una fábrica durante nueve años, desarrollando su misión
de sacerdote y de obispo sin ser descubierto por nadie. Era el hermano de todos. Arrestado
en 1960 se convierte también en la prisión en el amigo de todos. Por doce años, en
prisión, celebra cada día la Santa Misa. Son sobre todo los jóvenes los que rezan
con él. “Si se vive el mandamiento del amor – decía – se cambia la gente que está
en prisión”. La experiencia más dura fue el aislamiento. Estaba acusado de traicionar
a la patria. Entre las acusaciones estaba la de su fidelidad al Papa. Una acusación
que consideraba un honor.
Sale de la prisión gravemente enfermo. Trabaja para
ganarse la vida primero como barrendero, después en una fabrica de alquitrán y después
como cargador de barriles en una fabrica química. Ofrecía su primera hora de trabajo
por el Papa, la segunda por su obispo, la tercera por los jóvenes, y así hasta el
final del día. Cada hora tenía su intención espiritual.
Juan Pablo II lo creó
cardenal en 1991. El cardenal Korec, que hoy tiene 84 años, es apreciado y estimado
por todos por su coherencia y por el testimonio de su vida. Pero él afirma: “No me
atribuyo grandes méritos. En la medida que los años pasan, veo con claridad que todo
aquello que tiene importancia pertenece a la gracia, es decir a Dios”