2011-08-23 12:41:46

Primeros frutos de la JMJ


El Camino neocatecumenal concluyó ayer por la tarde en Madrid, el encuentro vocacional que realiza siempre tras una JMJ. Participaron más de 150 mil jóvenes provenientes de un centenar de Países. Presidió la Liturgia de la Palabra, en la que se inscribe esta iniciativa, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, al que acompañaron 5 cardenales y 59 obispos. La celebración comenzó a las 5 de la tarde en la Plaza de Cibeles que ha sido escenario de algunos importantes eventos de la misma JMJ con Benedicto XVI.

Los iniciadores del camino – Kiko Argüello, Carmen Hernández y el sacerdote italiano don Mario Pezzi – convocaron a los jóvenes catecumenales de todo el mundo para un encuentro que recogiera los frutos inmediatos de la JMJ. En el curso de la celebración intervinieron además del cardenal Rouco Varela, Kiko Argüello que relató cómo conoció el Camino neocatecumenal en 1974 el entonces profesor Ratzinger. También tomaron la palabra Carmen Hernández y Don Mario Pezzi. Estos jóvenes, antes de llegar a la JMJ han anunciado el Evangelio por las calles de 500 ciudades de Europa y algunos participantes contaron algunas experiencias de conversión muy impresionantes.

Y tras un tiempo de oración y recogimiento tuvo lugar la llamada vocacional. Primero unos 5 mil muchachos se dirigieron al palco donde los cardenales y obispos les impusieron las manos para después, con el consiguiente discernimiento, llegar a ser sacerdotes. También más de 3 mil muchachas, siguiendo los pasos de los muchachos, manifestando su disponibilidad para recorrer un itinerario en la vida consagrada.

Todos fueron invitados a ofrecer su existencia para la Nueva Evangelización de manera concreta, en el ministerio sacerdotal y en la vida consagrada. Este encuentro vocacional al final de una JMJ es una tradición con la “Jornada” de 1989 en Santiago de Compostela. En el encuentro de ayer una orquesta formada por 170 jóvenes músicos del Camino interpretó una versión breve de la sinfonía “El sufrimiento de los inocentes”, compuesta por Kiko Argüello e interpretada en Israel, París, Düsseldorf y en la Catedral de Madrid.








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