Aunque viven en el país con
mayores logros en educación en los últimos años, los jóvenes brasileños aún afrontan
problemas estructurales de violencia y desigualdad social. Para los jóvenes católicos
brasileros los retos y los problemas son los mismos que afronta la juventud del mundo,
el relativismo, la falta de solidez en los valores, el desaliento ante perspectivas
de futuro cada vez más precarias, una globalización que uniformiza, que debilita la
identidad cultural que invoca falsos ídolos y un fuerte proselitismo de las sectas
que se insertan en esa maraña de dudas pretendiendo tener la verdadera respuesta.
Pero los jóvenes católicos de las jornadas de Brasil, serán también los testigos de
Jesucristo, alegres y fervorosos ATD