La mujer no desistió, aunque la respuesta parecía cerrar toda esperanza, explicó el
Papa Benedicto en su reflexión previa a la oración del ángelus, comentando el Evangelio
en el que la mujer cananea ruega a Jesús con gritos la liberación de su hija. La aparente
indiferencia de Jesús –dijo el Papa- citando a san Agustín “no es para negarle la
misericordia, sino para inflamarle el deseo”. “Jesús queda admirado por una respuesta
de fe tan grande y le dice: “Que suceda como tu deseas”.
Estamos llamados a
crecer en la fe –exhortó Benedicto-, “por esto, cada día, nuestro corazón debe vivir
la experiencia de la conversión, pasar del hombre replegado en sí mismo, al hombre
abierto a la acción de Dios, al hombre espiritual, que se deja interpelar por la palabra
del Señor y abre la propia vida a su Amor”.
Antes de invitar a invocar la intercesión
de la Virgen María en la vigilia de la fiesta de su gloriosa asunción Benedicto concluyó
desde Castel Gandolfo: “Alimentemos cada día nuestra fe con la escucha profunda de
la Palabra de Dios, con la celebración de los sacramentos, con la oración personal
y con la caridad hacia los otros”. jesuita Guillermo Ortiz
Palabras del Papa
a los peregrinos de lengua española:
Saludo
con afecto a los grupos de lengua española, en particular a los fieles llegados de
Cuba, acompañados por el Señor Cardenal Jaime Ortega Alamino, que encabeza la primera
peregrinación de cubanos a los sepulcros de los Santos Apóstoles, y renuevo mi cercanía
y afecto a todos los hijos de ese amado País. Un saludo cordial también a los jóvenes
de Colombia, de Venezuela y de Argentina, así como a los que se unen a ellos de camino
a Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud. Invito a todos a encomendar en la
oración este Viaje Apostólico a España, que llevaré a cabo dentro de pocos días, para
que en él se cosechen abundantes frutos de vida cristiana.
Texto completo
de la reflexión del ángelus y saludos
(Audio)
El pasaje evangélico de este domingo inicia con la indicación de la región adonde
Jesús se estaba dirigiendo: Tiro y Sidón, en el noroeste de Galilea, tierra pagana.
Y es allí donde Él encuentra a una mujer cananea que se dirige a Él pidiéndole que
cure a la hija atormentada por un demonio (cfr Mt 15,22). Ya en esta petición, podemos
vislumbrar un inicio del camino de fe, que en el diálogo con el divino maestro crece
y se refuerza. La mujer no tiene temor de gritar a Jesús, “Ten piedad de mi”, una
expresión recurrente en los Salmos (cfr 50,1), lo llama “Señor” e “Hijo de David”
(cfr Mt 15,22), manifiesta así una firme esperanza de ser escuchada. ¿Cuál es la actitud
del Señor frente a ese grito de dolor? Puede parecer desconcertante el silencio de
Jesús, tanto que suscita la intervención de los discípulos, pero no se trata de insensibilidad
al dolor de aquella mujer. San Agustín comenta: “Cristo se mostraba indiferente hacia
ella, no para negarle su misericordia, sino para enardecer su deseo” (Sermón 77, 1:
PL 38, 483). La aparente indiferencia de Jesús, que dice: “No he sido enviado más
que a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (v. 24), no desalienta a la cananea
que insiste: “Señor, socórreme” (v. 25). Y cuando recibe una respuesta que parece
cerrar toda esperanza- “No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos”
(v. 26)- no desiste. No quiere quitarle nada a nadie: en su sencillez y humildad le
basta poco, le bastan las migajas, le basta sólo una mirada, una palabra del Hijo
de Dios. Y Jesús queda admirado por una respuesta de fe tan grande y le dice: “que
te suceda como deseas” (v. 28)
Queridos amigos, también nosotros estamos
llamados a crecer en la fe, a abrirnos y a acoger con libertad el don de Dios. Es
el camino que Jesús ha hecho cumplir a sus discípulos, a la mujer cananea y a los
hombres de cada tiempo y pueblo, a cada uno de nosotros. La fe nos lleva a conocer
y a acoger la real identidad de Jesús, su novedad y unicidad, su Palabra, a vivir
una relación personal con Él. El conocimiento de la fe es un don de Dios que se revela
a nosotros no como una entidad abstracta sin rostro y sin nombre, sino como una Persona
que quiere entrar en una relación de amor profundo con nosotros e involucrar toda
nuestra vida. Por ello, cada día, nuestro corazón debe vivir la experiencia de la
conversión, pasar del hombre replegado en sí mismo al hombre abierto a la acción de
Dios, al hombre espiritual (cfr 1Cor 2, 13-14), que se deja interpelar por la Palabra
del Señor y abre la propia vida a su Amor.
Queridos hermanos y hermanas,
alimentemos cada día nuestra fe, con la escucha profunda de la Palabra de Dios, con
la celebración de los Sacramentos, con la oración personal y con la caridad hacia
el prójimo. Invoquemos la intercesión de la Virgen María, que mañana contemplaremos
en su gloriosa asunción al cielo en cuerpo y alma, para que nos ayude a anunciar y
testimoniar con la vida, la alegría de haber encontrado al Señor. Traducción
del italiano: Alina Tufani
Tras el rezo del Ángelus y el responso por
los fieles difuntos
Dirigiéndose a los peregrinos de lengua francesa el
Papa les la manifestado que, "en unión con los jóvenes en marcha hacia Madrid para
vivir las jornadas Mundiales de la Juventud, os invito a meditar sobre el tesoro de
la fe que se nos ha transmitido y a acogerlo con gratitud.
Comprometeos
a responder de manera responsable a la llamada de Dios y elegir fundamentar nuestra
vida en Cristo. Sobre este camino, nosotros no estamos solos. Reconozcamos a Dios
como el manantial y la plenitud de felicidad al que aspiramos. Que la Virgen María
sea nuestro modelo”.
En alemán el Pontífice ha saludado de corazón, en
Castel Gandolfo, a todos los peregrinos y visitantes de lengua alemana, junto a un
grupo de estudiantes que viven en Alemania por el intercambio entre estudiantes,
junto a las familias que les hospedan en aquel País. "El jueves partiré a Madrid,
donde este año tendrá lugar la Jornada mundial de la juventud. Estoy feliz de encontrar
allí a todos los jóvenes que estarán presentes de los diversos Países del mundo. Os
pido a todos que me acompañéis con la oración, para que estos días den abundantes
frutos espirituales".
Saludando a los fieles de lengua polaca el Santo
Padre les ha recordado que, "hoy se cumple el 70 aniversario del martirio de san
Maximiliano Kolbe en el campo de concentración de Auschwitz. Su heroico amor es signo
luminoso de la victoriosa presencia de Dios en el drama humano del odio, del sufrimiento
y de la muerte. Recemos para que, por medio de nuestro amor a los hombres en todo
el mundo experimenten esta divina presencia. ¡Que Dios os bendiga!".
El
Santo Padre ha finalizado alocución en el patio del Palacio apostólico saludando a
los peregrinos de lengua italiana, en particular a los fieles de Latina, que han
llegado junto a la antorcha “Stella Maris”. A todos pido que me acompañéis con la
oración en mi Viaje a Madrid, que realizaré dentro de unos días en ocasión de la Jornada
Mundial de la Juventud. Deseo a todos un buen domingo.