Sábado, 16 jul (RV).- Desde la República de Sudán del Sur, llega la noticia del fallecimiento
repentino de Mons. Cesare Mazzolari, obispo de Rumbeck. El prelado, que tenía 74
años - de los cuales más de treinta transcurridos compartiendo con el pueblo de esta
región las tragedias de la guerra y de la pobreza – estaba celebrando la Santa Misa
en este día de la Virgen del Carmen - y tuvo un malestar en el momento del comienzo
del rito de la consagración. Falleciendo luego, a pesar del socorro que se le prestó.
El
pasado sábado, Mons. Cesare Mazzolari había participado, en la proclamación de independencia
de esta nueva república de Sudán del Sur, en Yuba, junto con la Delegación Oficial
enviada por Benedicto XVI, para transmitir a las autoridades del nuevo Estado y a
todos sus ciudadanos, muchos de los cuales son católicos, el deseo de paz y de prosperidad.
En numerosas oportunidades este misionero comboniano, nacido Brescia, Italia, había
invitado a todos a no olvidar la realidad de la gente de Sudán del Sur, defendiendo
su legítimo anhelo de paz justa, en el respeto de los derechos humanos. En 1990, fue
nombrado administrador apostólico de la diócesis de Rumbeck, por el Beato Juan Pablo
II, que el 6 de enero de 1999, lo consagró obispo.
«Hoy tengo la alegría de
consagraros a vosotros, amadísimos hermanos, para que, con la plenitud del sacerdocio,
lleguéis a ser ministros de la epifanía de Dios entre los hombres», decía Juan Pablo
II a los nuevos obispos, recordando que a cada uno se les confiaban «misiones específicas,
diferentes una de otra, pero todas encaminadas a difundir el único Evangelio de salvación
entre los hombres».
A ti, monseñor Cesare Mazzolari – dijo Juan Pablo II -
te ha sido encomendada la diócesis de Rumbek, en Sudán, una tierra cuya población,
que desde hace años vive en medio de grandes sufrimientos, espera una paz justa, en
el respeto a los derechos humanos de todos, comenzando por los más débiles».
En
su infatigable testimonio de Cristo, el primer año que llegó a Rumbeck logró la liberación
de 150 jóvenes y niños esclavos, volvió a abrir la misión de Yirol, la primera de
muchas otras, que luego se tuvieron que abandonar debido a la guerra. En 1994, Mons.
Cesare Mazzolari fue capturado y estuvo como rehén del Ejército Sudanés de Liberación
Popular, durante 24 horas. Fue entrevistado varias veces por Luca Collodi. En una
de esas entrevistas, se le preguntó sobre el papel de la Iglesia en la independencia
de Sudán del Sur:
«Estamos focalizados
en el hecho de que nuestro pueblo viva en paz y nosotros favorecemos ciertamente la
posición que asegure la paz. Nuestro conocimiento directo de lo que la gente quiere
nos lo dice la población del Sur, que aspira a la independencia. Y nosotros intentamos
siempre apoyar la voz del pueblo, sosteniendo el clima de paz en este camino».